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Hermann von Mühlenbrock, presidente de Sofofa, en respuesta al ministro de Hacienda: los empresarios ni se atrincheran ni son ideológicos

Hermann von Mühlenbrock, presidente de Sofofa, en respuesta al ministro de Hacienda: los empresarios ni se atrincheran ni son ideológicos

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Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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Es uno de los duros del empresariado que estuvo presente en el seminario de Moneda. Dice que han sido respetuosos con el Gobierno, que siempre consideraron que el acuerdo de los hermanos Fontaine con Andrés Zaldívar dejó una reforma mala y pide una mesa amplia para la reforma laboral.


Entre los personajes más críticos del Gobierno en el mundo empresarial, Hermann von Mühlenbrock, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), lleva la batuta. Ayer también estaba en el Hotel W.

Impregnado del ánimo conciliador, el ex gerente general de Gerdau Aza valoró el mensaje del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aunque aseguró que los empresarios no están en trincheras –como acusa a la CUT (la multisindical de trabajadores)– y añadió que no considera que se haya excedido en sus dichos en las últimas semanas a propósito de la reforma laboral y, antes, con la reforma tributaria.

-¿Cómo recibe el discurso de Valdés?
-Los llamados a los diálogos o conversas siempre son positivos y eso es lo que nosotros estamos pidiendo: poder conversar y llegar a acuerdos entre todos, pero no ponerse en trincheras que a la larga son poco conducentes a lo que todos queremos.

-¿Y no cree que ustedes los empresarios también están en trincheras?
-Yo creo que nosotros fuimos muy claros en términos de la reforma tributaria. Salió una reforma muy mala y en la reforma laboral la posición nuestra es muy clara. Consideramos que tiene una cantidad enorme de cosas malas y algunas cosas buenas que se pueden mejorar. Pero creo que una buena reforma va a ser una que represente bien lo que piense el Gobierno que tiene el poder, a los trabajadores y a los empresarios. Hoy, como está, solamente está representando lo que piensan, ni siquiera los trabajadores, lo que piensan grupos de dirigentes que no representan a todos los trabajadores de Chile.

-Cuando usted habla de esa forma del proyecto de ley que dice que representa más a los dirigentes sindicales que a los trabajadores, ¿de qué manera se puede sentar a la mesa cuando usted pone esa barrera de decir de inmediato que solo representan a algunos solamente, cómo se genera el ambiente para conversar así?
-Porque, primero, la cantidad de sindicatos y asociaciones de sindicatos en Chile es muy amplia, solamente está sentada la CUT, debería invitarse a un montón de otras organizaciones sindicales a participar y a opinar. Festepa, Fesipa, Consfetema, la CAT, hay una cantidad enorme de otros gremios que deberían opinar. Lo mismo a nivel de empresarios y Gobierno. Hemos planteado claramente hacer una mesa de conversa.

-¿Tal vez no será que a usted le incomoda más la CUT que otros gremios y por eso dice que deberían estar otros?
-Porque la CUT es mucho más ideológica que otros gremios y por eso creemos que se debe ampliar a todos los trabajadores.

-¿Por qué cree que es ideológica?
-Porque todos los dirigentes son comunistas y responden a las consignas del Partido Comunista.

-¿Y los empresarios no son ideológicos?
-Yo no pertenezco a ningún partido político.

-O sea, si no está en un partido ya no hay ideología. ¿La visión neoliberal no es ideológica?
-No, porque uno no está trincheras. Si uno es liberal significa que está abierto a escuchar un montón de planteamientos y un montón de posiciones. Si uno tiene esa doctrina está atrincherado en esa posición. Es bastante distinto.

-O sea, ¿no reconoce que ustedes tienen una posición radical?
-Radical en ningún caso. La posición nuestra es de conversar, discutir y analizar las cosas y a la larga se va a hacer… hay un Gobierno que fue elegido por una tremenda mayoría, hay un Parlamento que también tiene mayoría y obviamente estamos en democracia y se va a hacer lo que la mayoría decida. Nosotros lo único que decimos es que esto se dialogue, se escuche, y que salga lo mejor para el país. Pero no estamos ni atrincherados ni nada.

-Pero usted dice que los trabajadores están atrincherados.
-No he dicho los trabajadores.

-O sea, la CUT.
-Lo que he dicho es que hay una posición ideológica de la CUT, de defender a toda costa esta reforma. Nosotros estamos abiertos a conversar con la CUT, las mejores relaciones con Bárbara Figueroa, la encuentro una mujer tremendamente inteligente, independiente de sus posiciones.

-Pero la deslegitima por ser comunista.
-Pero me encantaría conversar y analizar con ella en una cosa mucho más amplia, estamos en el siglo XXI, no en el siglo XX, porque muchas veces se vuelve al pasado cada vez que se analiza esto. La visión que yo tengo de la empresa es muy distinta de la que tiene la CUT.

-Usted decía que la reforma tributaria salió muy mala, pero el acuerdo final lo hacen empresarios con el Gobierno, Bernardo y Juan Andrés Fontaine, la idea de tener dos sistemas tributarios la ponen representantes del empresariado.
-Ante una reforma muy mala salió una reforma mala.

-Ahora consideran que igual salió mala. La reforma de los Fontaine y Zaldívar igual fue mala.
-La Sofofa siempre consideró que era mala. Si mira las declaraciones de Sofofa fueron siempre las mismas. El comité tributario de Sofofa presidido por Félix Bacigalupo opinó y dijo que la reforma que estaba saliendo era mejor, se había avanzado respecto de la original que era muy mala y se llegó a una reforma mala.

-Este tema es interesante, porque en dicha reforma se llegó a un acuerdo entre todos los sectores políticos, desde la UDI al PC.
-Un acuerdo con un Gobierno que tenía mayoría, por dios.

-No había mayoría, porque la DC no puso los votos hasta que llegó al acuerdo de la cocina de Zaldívar.
-Pero tenía los votos para hacerlo solo.

-Pero no tenía los votos de la DC si no había acuerdo con todos.
-Bueno, pero qué quieres que te diga. Te estoy diciendo: la reforma a la que se llegó fue mejor que la de antes pero fue mala. Punto.

-Tanto que ahora hay que revisarla.
-Tanto que el mismo Gobierno la está revisando.

-Ahora, varios han criticado que empresarios han hecho un cierto chantaje con la inversión.
-Eso es una estupidez, en Chile hay un millón de empresarios, cada uno toma decisiones individuales, decisiones de acuerdo a la demanda, la oferta, a los mercados y productos. Pensar eso es no tener idea de economía y nuevamente se está partiendo de una posición absolutamente torpe de no entender cómo funciona la economía. Cada empresario toma sus decisiones de acuerdo a sus realidades. Entonces, hablar eso es no entender nada de lo que pasa en Chile.

-Pero los grandes empresarios son los que influyen más en la inversión.
-Grandes empresas, extranjeras, pequeñas personas, consumidores, las estatales. Las inversiones son producto de la demanda, la demanda la generan las personas, es toda una sociedad que está interactuando en la economía. El empresario tomará una decisión, pero en función de decisiones individuales que están tomando los consumidores. Si no hay demanda, difícilmente alguien va a hacer una inversión en un sector donde no hay demanda, la decisión previa la toma el consumidor.

-¿No siente que los empresarios y usted en especial, que ha sido más frontal en la discusión pública, se han excedido un poco en el tono en la relación con el Gobierno?
-No, nosotros hemos sido súper respetuosos, hemos llamado siempre al diálogo, hemos estado disponibles, se lo hemos dicho a la ministra (del Trabajo, Ximena Rincón) y a todo el mundo, estamos 24/7 para conversar. Lo que pasa es que nos parece que la reforma laboral es muy importante y por eso estamos dedicados, no solo la Sofofa, la Asech con Juan Pablo Swett, la Cámara Nacional de Comercio con Ricardo Mewes, los transportes, Conapyme, o sea, el frente que tenemos de trabajo representa a todos los empresarios y todos tenemos la misma opinión.

-Cuando usted dice «revisar reforma tributaria», el ministro Valdés dice «no se vuelve atrás en el compromiso». Pero sí se termina con la renta atribuida… O sea, ¿cómo se compatibilizan ambos objetivos?
-No soy experto, pero se podrá subir a lo mejor la tasa del 25% al 26%, no sé, pero tendrá que buscar la reforma que, juntando los dineros que se requiera para la reforma educacional, en lo cual todo el mundo estuvo de acuerdo, porque eso se le olvida a la gente, que hubo acuerdo en una reforma tributaria para una reforma educacional… Los empresarios estuvimos de acuerdo en que se suban los impuestos, los empresarios nunca se atrincheraron en que no se suban los impuestos. Lo que se reclamó es que era una mala reforma y a través de ese mecanismo no se iba a recaudar lo que se quería recaudar. Pero todos estábamos de acuerdo en que el objetivo era tan noble que los impuestos había que subirlos. Es un tema absolutamente clave. Ahora lo que hay que hacer es buscar la mejor manera para que se recauden esas platas.

-Pero usted dice que se pueden hacer cambios sin que se pierda el objetivo final de recaudación y redistribución.
-Pero, claro, puede subir la tasa.

-¿Pero mantiene el objetivo de redistribución? Que lo paguen los que más ganan.
-Estoy diciendo que si pasa de 25% a 26% están sacando más.

-Lo que pasa es que aunque suba la tasa sí hay forados que impiden…
-Bueno, entonces que Impuestos Internos haga bien la pega y se eviten los forados. Que hagan un buen sistema para evitar los forados y que impuestos internos cumpla la pega de fiscalizar.

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