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Cómo llegó CMPC a dominar el mercado y las prácticas que apuntan a que fue la impulsora de colusión con SCA

Cómo llegó CMPC a dominar el mercado y las prácticas que apuntan a que fue la impulsora de colusión con SCA

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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En la industria del papel describen a la empresa de los Matte como “el matón del barrio”. La historia del inicio de las rencillas confirma que el negocio de Gabriel Ruiz-Tagle generó ruido en la Papelera, la cual habría presionado en forma reiterada y con medidas de cohesión económica a la ex Pisa para contener su crecimiento. La compra de una máquina de alta tecnología en Brasil el año 2000 es el detonante de la pelea. Un rival del negocio, un ejecutivo de la industria y un director de empresa están entre las varias fuentes que avalaron a este medio dicha versión. Apuntan también al silencio de los supermercados en el caso, las dudas que genera el rol del ex ministro de Piñera y cuestionan la inocencia de Arturo Mackenna.


“No lo sabemos”, fue la respuesta de Eliodoro Matte, el presidente de Empresas CMPC, cuando en la entrevista con El Mercurio el domingo pasado fue consultado respecto de si fueron ejecutivos de su compañía o de Pisa (luego SCA) los que iniciaron la colusión de la que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) los acusó de haber sido parte por más de 10 años, entre 2000 y 2011.

La respuesta del presidente del Centro de Estudios Públicos (CEP) no es trivial. En ella juega la posibilidad de eludir la responsabilidad de ser el coaccionador –como le acusó SCA– y organizador del cartel que les permitió controlar precios y volúmenes de venta junto a SCA, perjudicando directamente a sus clientes finales, o sea, los consumidores.

Con ello podría evitar la multa de hasta 30 mil UTM (casi US$ 30 millones) que pudiera aplicarle el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia y la responsabilidad civil que le implicaría su protagónico rol en el caso. También deja en el limbo los beneficios que recibe por haberse acogido a delación compensada.

Sin embargo, la reconstrucción de la historia pareciera llevar inevitablemente a la conclusión de que el eje central del cartel lo acapara la papelera de los Matte. De paso, las fuentes consultadas aseguran que Arturo Mackenna –el ex compañero de universidad y amigo de Eliodoro– no solo dejó la compañía por su responsabilidad política en el caso sino que también habría estado informado de lo que ocurría en la compañía de la cual él era vicepresidente y Eliodoro timonel (en gran parte del período de la colusión).

Ambos se conocen desde su época de estudiantes en la Universidad de Chile y han sido siempre muy cercanos.

El incómodo Ruiz-Tagle

A fines de los 90 la papelera no tenía competencia en productos de papel de consumo doméstico para la higiene de los chilenos, como el papel higiénico (Confort), servilletas (Abolengo), pañuelos desechables (Elite).

La arremetida del que más tarde sería ministro de Deportes del Gobierno de Sebastián Piñera con su firma Papeles Industriales (Pisa), Gabriel Ruiz-Tagle, rompió completamente la tasa de leche en que navegaba CMPC Tissue.

En el 2000, Pisa trae de Brasil la Beloite Paper Machine, que le permite llegar a generar 50 mil toneladas de papel al año, con lo que consigue aspirar a la mitad del mercado. Eso vino a complementar la producción que tenía un tiempo antes con la máquina que originalmente había traído desde Suecia. Le suma, además, una estampadora y procesadora de alta tecnología, Perinni Alfeta, lo cual le posibilita cubrir toda la gama de productos y, además, producir para terceros, en especial los supermercados.

En poco más de dos años la firma alcanza el 26% del mercado y desata la furia de CMPC. La FNE fija el inicio de dicha guerra en la venta de productos propios por parte de la cadena de supermercados D&S (Lider), a través de la marca Acuenta.

De hecho, ingresan al mercado de los dispensadores de papel higiénico  y toallas de mano, alcanzando en poco tiempo casi el 80% de ese nicho, cosa que también despertó el interés de CMPC.

Como ha reconocido Ruiz-Tagle, en ese año se reúne con Jorge Morel, quien era gerente general de CMPC Tissue y que, si bien fue desvinculado de CMPC –según Pulso–, recibió indemnización pese a que la empresa lo acusa de haberla engañado, algo que a muchos en el mercado les resulta curioso. Jorge Awad –ex titular de la Asociación de Bancos y director de empresa– ha sido uno de los más claros en preguntar lo siguiente: ¿por qué, si engañó a los Matte Morel, lo indemnizan? ¿Por que no se querellan?

Según al menos tres fuentes consultadas y vinculadas al caso, Ruiz-Tagle efectivamente reclamaba por las prácticas de CMPC para sacarlos del mercado, incluyendo la baja de precios, pero también por los convenios de exclusividad con supermercados, para tener mayor visibilidad en las góndolas, además de poner énfasis en elevar las ventas de las marcas de la papelera.

La FNE hasta ahora no ha develado públicamente más antecedentes de la colusión, al menos hasta el 2005, y esta semana las empresas debían tener acceso al expediente, liberado tras la publicación del requerimiento ante el TDLC.

La tesis de Ruiz-Tagle y de SCA es que no hubo colusión sino hasta 2005; Ruiz-Tagle deja la firma ese año –y así se desliga hoy de responsabilidad– y SCA asegura que no hubo cartel antes y que lo ocurrido posteriormente fue idea de ejecutivos en forma aislada.

Las fuentes afirman que efectivamente Ruiz-Tagle intentó desafiar a CMPC y ganarle en la cancha, pero que las presiones de la firma de los Matte lo forzaron a coludirse.

Las mismas fuentes señalan que fue CMPC la articuladora del cartel y la que coaccionó a SCA para unirse a la oscura asociación. Quienes lideran dichas gestiones son Morel y Felipe Alamos por CMPC. Al comienzo, Miguel González es la contraparte por Pisa y, más tarde, lo harán Felipe Barahona y Eduardo Hola, gerentes general y comercial de SCA, respectivamente, quienes llegan entre fines de 2005 y comienzos de 2006.

Si bien anoche Arturo Mackenna aseguró a Mega que jamás supo ni participó de reuniones con SCA para coludirse, al menos tres fuentes del sector afirman que Morel informaba a Mackenna de las gestiones ante la competencia e, incluso, algunos dicen que estuvo en algunas reuniones, exigiendo que en la negociación CMPC no bajara del 70% del mercado y algunos dicen que podrían surgir antecedentes en el caso que pudieran involucrarlo. Todo esto es desmentido tajantemente por el ex vicepresidente de la compañía.

El repunte de Tissue y el reconocimiento supermercadista

Lo cierto es que hasta 2004 SCA (ex Pisa) tenía márgenes positivos aunque acotados. Según las fuentes, la firma pasó de ganar casi $ 2.000 millones ese año a perder más de $ 3.000 millones en 2005. “Welcome party” le llamaron a la bienvenida que le dio CMPC a SCA.

Los números de CMPC dan algunas señales. 2004 fue uno de sus peores años para CMPC Tissue. La filial de Inversiones CMPC, el canal de inversión del holding Empresas CMPC, ganó aquel año $ 8.553 millones, la mitad de los $ 16.700 millones que había obtenido en 2003.

En su memoria de ese año la compañía solo indica que los mercados donde operan tienen mejores perspectivas económicas para el siguiente ejercicio.

Efectivamente, el 2005 Tissue vuela. En el primer trimestre tiene un rendimiento acotado, con ganancias de poco más de $ 2.750 millones. Al cierre de primer semestre ya la cifra sube a $ 8.500 millones y al cierre del año ya supera los $ 19.000 millones.

Según fuentes del caso, es en el segundo semestre de 2005 donde existen pruebas certeras de las amenazas de ejecutivos de CMPC a SCA, advirtiendo que si no se ajustan a las listas de precios que la papelera les ha informado, destruirán su presencia en el mercado con guerra de precios. Según publicó Pulso esta semana, desde CMPC también tendrían “pruebas contundentes” del rol que jugó Ruiz-Tagle y el ex gerente general de Pisa, Felipe Barahona, al menos hasta 2008.

No obstante, las fuentes señalan que CMPC ha contado siempre con la pasiva connivencia de los supermercados. La papelera, afirman, entrega “premios” por volumen vendido –cediéndoles un porcentaje mayor de las ventas que la competencia, dependiendo del volumen colocado– o incluso al cierre de año, cuando las “metas” de los supermercados con la firma de Matte no se vislumbraban posibles, simplemente sacaban de las góndolas los productos de Pisa y la acotada competencia. Todo con contratos de exclusividad que habrían continuado por años sin que nadie reclamara, ni siquiera Ruiz-Tagle.

De acuerdo a fuentes que participaban del mercado en ese momento, otras prácticas de CMPC con los supermercados consistían en dejar fuera de las promociones a la competencia. El bloqueo se daba al final de cada mes o al término de la quincena, donde las principales cadenas ofrecían descuentos para productos tissue de CMPC si se pagaba con tarjetas del supermercado u ofreciendo packs 3×2, en todas las cuales Pisa (luego SCA) quedaba excluida.

Por eso, no sorprende que en el año 2003 CMPC Tissue destacara en la memoria del holding que “uno de los logros más destacables” fue la entrega del premio al mejor proveedor que recibieron de manos de la Asociación  de Supermercados de Chile, que controla a las principales firmas de la industria. Según la memoria de la firma de ese año, este reconocimiento fue “el resultado del intenso trabajo realizado para entregar un servicio de excelencia y fortalecer las relaciones con los clientes de la empresa”.

Desde 2005 en adelante nadie niega la unión de SCA y CMPC. En 2006, Tissue bordea los $ 21 mil millones en ganancias y en 2007 supera largamente los $ 27 mil millones. Recién en 2008 ve una caída fuerte de las ganancias, aunque se trata del año de la crisis subprime.

Además, el negocio Tissue va creciendo dentro del holding, de la mano de numerosas adquisiciones en el exterior –como en Brasil y México– en conjunto con el desarrollo de plantas en Chile y la región. En poco tiempo Tissue se transforma en uno de los principales generadores de Ebitda y ganancias después de la celulosa, impulsada hasta la crisis por el alza de los precios del commodity.

¿Ruiz-Tagle inocente?

En 2003, Ruiz-Tagle vende el 50% de su compañía a la sueca SCA, cuyo nombre pasa a tomar Pisa. En 2012 abandona definitivamente la empresa.

El ex ministro asegura que nunca supo de la colusión. Sin embargo, fuentes que conocieron los hechos en ese momento afirman que sí estaba enterado. Y, como se sabe, desde CMPC han señalado que hay antecedentes de su rol en el cartel hasta 2008.

Dos datos más hacen poner en duda la veracidad de los dichos de Ruiz-Tagle, quien afirma que desde 2003 limitó su participación en la compañía a un directorio en el que tomaba parte tres veces al año y que se limitaba a temas de inversión.

Según fuentes bien informadas y que conocen del caso, Ruiz-Tagle tenía una oficina –al menos hasta 2005– en SCA, en el mismo piso que los máximos ejecutivos de la firma. Y, particularmente, el hecho –como afirma la fuente– de que hoy el ex ministro tiene como asesor, en firmas ligadas a su propiedad, a Felipe Barahona, quien fue gerente comercial de la compañía hasta 2013, cuando renunció por “motivos personales”. No fue posible corroborar esta información con Ruiz-Tagle.

Los accionistas suecos en tanto, descartan cualquier conocimiento del caso y delegan responsabilidades en los ejecutivos Hola y Barahona. Eso sí, fuentes bien informadas afirman que Barahona reconoció haberle informado de las reuniones a uno de los directores suecos y que incluso este acudió a una cita con ejecutivos de CMPC.

El representante de los inversionistas nórdicos habría reconocido el encuentro, pero señalando que solo tenía que ver con negocios que planeaban hacer con CMPC en Uruguay. De hecho, agregan las fuentes, CMPC le vendió por un tiempo a SCA insumos, como pulpa para la producción de papel.

Desde la Papelera argumentan que es inverosímil creer que CMPC, que es a nivel global un actor secundario, pueda haber obligado a SCA, un gigante mundial, a coludirse.

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