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BTG Pactual Chile y el martes de los cuchillos largos que hace tambalear la ambición de dominar el mercado La planilla quedó en la mitad de cuando se cerró la compra de Celfin

BTG Pactual Chile y el martes de los cuchillos largos que hace tambalear la ambición de dominar el mercado

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El despido de casi el 16% de los empleados en Chile anunciado ayer, confirma que la vinculación de André Esteves con el caso Petrobras es una herida casi mortal para la marca. Al interior de la empresa algunos ejecutivos aceptan que “esto nos liquidó”, aunque esta visión no es unánime. Lo que no se debate es que, hasta el arresto del ex controlador en Brasil, la unidad chilena se había convertido en una joya. Había abierto un banco y entrado en el negocio de seguros, la corredora lideraba el mercado, y el equipo de finanzas corporativas peleaba de igual a igual todos los grandes “deals” y mandatos con los gigantes de Wall Street. La vinculación de Esteves en el caso de corrupción más grande de la historia de Brasil dejó a BTG en una débil situación financiera y en Chile la administradora de fondos sufrió una fuga de clientes, como asimismo de capital bajo su administración.


“Fue un día horrible”. De esta forma uno de los socios originales de Celfin –y ahora alto ejecutivo de BTG Pactual Chile– describió el sentimiento al interior de las oficinas luego del anuncio de que despedían al 16% de la planilla de la firma.

“Hubo algunos llantos, abrazos y caras largas, pero también mucha bronca con los brasileños”, dice un ejecutivo de la unidad de finanzas corporativas.

Y el enojo con la matriz brasileña es porque el consenso en BTG Pactual Chile es que la vinculación de André Esteves con el caso Petrobras es una herida casi mortal para la marca. El despido de 58 empleados en Chile lo confirma.

El martes de los cuchillos largos hace tambalear la ambición de la unidad chilena de dominar el mercado local. Al interior de la empresa algunos ejecutivos afirman que “íbamos como avión y esto nos liquidó”.

Aunque dicha visión no es unánime. Un alto ejecutivo sostiene que “los despidos fueron razonablemente bajos”, dada la magnitud del problema y la reestructuración que está implementando la matriz brasileña en todas sus operaciones alrededor del mundo.

A través de un comunicado, BTG Pactual explicó que “esta desvinculación se enmarca en el proceso de restructuración que inició la matriz Banco BTG Pactual S.A. (Brasil) en enero pasado y que apunta a disminuir los costos operativos de la compañía en un 25%”. BTG está vendiendo activos para apuntalar su liquidez luego del arresto de Esteves.

Lo que no se debate en las oficinas es que, hasta el arresto del ex controlador en Brasil, la unidad chilena se había convertido en una joya. Había abierto un banco y entrado en el negocio de seguros; la corredora lideraba el mercado y el equipo de finanzas corporativas peleaba de igual a igual todos los grandes “deals” y mandatos con los gigantes de Wall Street en el mercado local.

La vinculación de Esteves en el caso de corrupción más grande de la historia de Brasil dejó a BTG Pactual en una débil situación financiera y en Chile la administradora de fondos sufrió una fuga de clientes, como asimismo de capital bajo su administración. Las AFP dejaron de operar, el banco tuvo que frenar sus planes y algunos mandatos que el equipo de finanzas corporativas que lidera Juan Guillermo Agüero tenía asegurados, se vieron comprometidos.

En 2012, cuando BTG cerró la compra de Celfin, el banco de inversión y corredora contaba con 600 empleados. Cabe recordar que los fundadores de Celfin Capital, liderados por Juan Andrés Camus, Jorge Errázuriz y Alejandro Montero, recibieron alrededor de US$ 550 millones y se quedaron con cerca del 2,35% del grupo en acciones. Esteves en su momento señaló que la operación creaba el mayor banco de inversión de América Latina.

Al concretarse el negocio, Celfin se embarcó en una reestructuración que incluyó el despido del 10 % de la firma, a lo que se sumaron 50 empleados en los meses posteriores. Y en agosto del año pasado, BTG Pactual Chile confirmó su decisión de reestructurar su unidad de Gestión de Patrimonio, despidiendo al 13% del staff de 80 personas que trabajaban en esa división en Chile.

Ahora, con los despidos anunciados ayer, la planilla quedó en alrededor de 300, o sea, la mitad de cuando se concretó la operación.

Las expectativas de que en el corto o mediano plazo el negocio se recupere con la fuerza que venía acá en Chile, son mínimas.

“Teníamos un negocio de administración y distribución de fondos que peleaba el liderazgo del mercado, la corredora más grande, el negocio de wealth management se estaba posicionado y finanzas corporativas estaba llevándose grandes operaciones y peleándolas en todas”, lamenta una fuente con fuerte apego a la empresa y que no fue afectada por los despidos.

La mano dura de los brasileños

Cuando se cerró la operación con BTG, al interior de Celfin se sabía que el nuevo miembro brasileño había instruido a los socios reducir el número de profesionales para bajar los costos y equiparar el estilo de trabajo y el rendimiento de la compañía brasileña con su filial chilena.

El ingreso del nuevo socio a la propiedad se hizo notar desde un comienzo: se fijaron altas metas a sus ejecutivos, lo que generó un ambiente de estrés y el deseo de algunos de dejar la compañía.

La alegría inicial dio paso a una realidad no prevista en su real magnitud. Junto con las metas que subieron, comenzó un control severo en gastos administrativos, entre ellos, el uso de materiales, lo que provocó incomodidad en el staff. “Me pidieron hacer un reporte de cuanto estábamos gastando en papel de impresora”, comenta un ejecutivo que maneja un equipo de casi una docena de personas.

También hubo sorpresa por la “agresividad” de los nuevos dueños. “Se cuentan todos los pesos y no tienen piedad al momento de tomar decisiones de personal: a las estrellas están felices de pagarles el oro y el moro; al resto, la orden es ponerles presión para que rindan y generen ingresos”, describía en su momento el nuevo régimen un ejecutivo que lleva años en el banco de inversión y que en general está de acuerdo con los cambios que están aplicando los brasileños. “Es como se trabaja en Wall Street y Londres y quizás acá estábamos un poco mal acostumbrados y había más relajo de lo que nos dábamos cuenta”, añade.

Volver a ser sociedad privada

El lunes, Bloomberg reveló que, a casi seis años de abrirse en Bolsa, BTG Pactual está contemplando volver a ser una empresa privada y deslistarse de la Bolsa.

De acuerdo a la nota, el holding financiero brasileño está negociando con potenciales socios para que le ayuden a concretar la operación.

La venta de BSI –su negocio de banca privada en Suiza– que concretó el lunes, ayudaría a pagar el préstamo de emergencia de US$ 1.500 millones que pactó con el Fondo de Garantía de Créditos de Brasil en diciembre, esto para salir de la crisis de liquidez que enfrentó tras el arresto de Esteves, el ya señalado ex controlador vinculado al caso de corrupción de Petrobras.

Actualmente hay 8 socios que tienen una participación suficiente para controlar la empresa. Las acciones que se cotizan en la Bolsa de Sao Paulo representan alrededor de 13% del total, según cálculos de Bloomberg. Al precio de cierre del viernes de 16,20 reales, las acciones en manos del público tienen un valor de 1.900 millones de reales (US$482 millones).

Cabe mencionar que Esteves fue liberado de la cárcel y se encuentra bajo arresto domiciliario y, a través de sus abogados, niega haber cometido delito alguno.

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