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Impuesto a la renta, un tema que ningún político quiere tocar en Chile cuando se habla de la desigualdad

Impuesto a la renta, un tema que ningún político quiere tocar en Chile cuando se habla de la desigualdad

Chile recauda menos de los impuestos sobre la renta que cualquier otro país de los 35 que integran la OCDE, mucho menos. Eso implica que están perdiendo una oportunidad de gravar más a los ricos. Y no es la tasa lo que hace que Chile se destaque – el tramo más alto del 35 por ciento del país está en línea con muchas otras naciones. Lo que es diferente es el umbral de impuestos. Los chilenos recién empiezan a pagar impuestos cuando ganan el 180% del ingreso promedio, comparado con el promedio de la OCDE del 39%.


En un país aparentemente obsesionado con reducir la brecha de ingresos, hay un elefante en la habitación que ningún político quiere mencionar, y mucho menos en un año electoral.

El gobierno de Chile recauda menos de los impuestos sobre la renta que cualquier otro país de los 35 que integran la OCDE, mucho menos. Eso implica que están perdiendo una oportunidad de gravar más a los ricos.

En cambio, el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet se centró en otro aspecto del código tributario, y optó por elevar la tasa del impuesto de sociedades en un intento por financiar los aumentos de gasto en salud y educación en 2014. Muchos en la comunidad empresarial han dicho que esa decisión es la culpable de tres años de caídas en la inversión.

Parte de ese bajo ingreso tributario se puede atribuir a una alta proporción de profesionales en Chile que optan por cobrar a través de «sociedades de inversión», obteniendo utilidades más que un salario.

Y no es la tasa de impuesto sobre la renta lo que hace que Chile se destaque del resto de la OCDE – el tramo más alto del 35 por ciento del país está en línea con muchas otras naciones. Lo que es diferente es el umbral de impuestos. Los chilenos recién empiezan a pagar impuestos cuando ganan el 180 por ciento del ingreso promedio, comparado con el promedio de la OCDE del 39 por ciento.

No es sorprendente que ni un solo candidato, de izquierda ni de derecha, proponga impuestos más altos a la clase media chilena. En cambio, el debate previo a las elecciones presidenciales de noviembre es sobre una segunda reforma a los impuestos sobre sociedades: simplificar el sistema actual o incluso reducir las tasas.

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