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La nostalgia se toma el Seminario de Moneda Asset Management

La nostalgia se toma el Seminario de Moneda Asset Management

La reaparición de Ricardo Lagos y un Sebastián Piñera dando la sensación de que su regreso a La Moneda está asegurado, dominaron un encuentro en que se olía una añoranza por “tiempos pasados que fueron mejores”, que es como lo describió el presidente del directorio de una de las empresas más grandes de Chile. Era la presidencial que todos los empresarios querían, pero que no se dio. Hubo varias frases para el bronce, pero la de Lagos fue la más celebrada: “En Chile la tarea número uno es crecer, lo demás es música”. La más aplaudida de Piñera fue su ataque directo a Rodrigo Valdés: «Tiene que decidir si va a ser ministro de Hacienda o será operador político”. Entremedio estuvieron José Luis Daza y el economista Sebastián Edwards. Daza metió miedo: si Piñera no gana “tendremos un fuerte colapso del mercado financiero”. Y Edwards se lamentó de que “ya no somos los líderes que fuimos”. Los mayores aplausos de una numerosa audiencia, que contó con la presencia de la elite de la industria financiera y nombres como Cueto, Del Río, Carey y Quiroga, se los llevó Lagos, pero hubo reconocimiento de la campaña que ha hecho Piñera y alivio de que es él el que lidera la carrera para ser presidente.


El seminario anual de Moneda Asset Management, que tuvo lugar ayer a tablero vuelto en el Hotel W, se podría describir como un bolero: lleno de nostalgia.

La reaparición de Ricardo Lagos y un Sebastián Piñera dando la sensación de que su regreso a La Moneda está asegurado, dominaron un encuentro en que se olía una añoranza por “tiempos pasados que fueron mejores”, que es como lo describió el presidente del directorio de una de las empresas más grandes de Chile. Tiempos de los grandes acuerdos, del partido del orden, representado aquí por Óscar Guillermo Garretón, el ex Mapu que ahora es un exitoso empresario.

Era la presidencial que todos los empresarios querían, pero que no se dio. Hubo varias frases para el bronce, pero la de Lagos fue la más celebrada: “En Chile la tarea número uno es crecer, lo demás es música”. La más aplaudida de Piñera fue su ataque directo a Rodrigo Valdés: “Tiene que decidir si va a ser ministro de Hacienda o será operador político”. Entremedio estuvieron José Luis Daza y el economista Sebastián Edwards. Daza metió miedo: si Piñera no gana “tendremos un fuerte colapso del mercado financiero”. Y Edwards se lamentó de que “ya no somos los líderes que fuimos”.

Lagos ganó el rating. Sacó una ovación, así como obtuvo el más sentido reconocimiento del presidente de Moneda, Pablo Echeverría, entre fervientes aplausos de parte de los asistentes del encuentro, que contó con la presencia de la elite financiera y nombres como Cueto, Del Río, Carey , Agüero (BTG), Pablo González (ILC), Rodríguez Marengo (Provida) e Isidoro Quiroga, el millonario bajo perfil. Peor si Lagos se ganó el corazón, hubo reconocimiento de la campaña que ha hecho Piñera y alivio de que es él el que lidera la carrera para ser presidente.

El estadismo de Lagos

El ex Mandatario partió por referirse al título del seminario: Política y sociedad, y luego «vientos de cambio». En ese último punto es donde el ex gobernante se detuvo aclarando que, si bien los vientos de cambios son muy fuertes, “sería más correcto decir huracanes de cambio”. Ello, porque a su juicio la magnitud de cambio en el mundo, en la globalización y la rapidez de la incorporación de las nuevas tecnologías, explican el por qué de la rapidez de estos cambios.

Lagos precisó que hay dos tipos de retos: el primero, la transformación del mercado laboral y el segundo es la estagnación de rentas y desigualdad. “Estos dos fenómenos nos explican buena parte de la sensación de molestia, desconfianza en muchas sociedades del mundo de hoy. No es exclusivo de Chile ni de América Latina, ni de Europa ni de Estados Unidos. Es mucho más general y nos plantea un reto enorme”.

En un guiño al empresariado, el ex Presidente dijo que le parecía indispensable que exista algún tipo de institucionalidad donde haya un encuentro público-privado –trabajadores, empresarios– para tener una mirada común del largo plazo. “Tiene que haber en la sociedad instancia para pensar más allá y cuando no la haya estamos en problemas”, precisó.

La audiencia seguía muy atenta su presentación, hasta que se desbordó con fuertes aplausos cuando el ex gobernante aludió a los pendientes que tenía Chile, desde el punto de vista económico.

“En el caso de Chile, la tarea número 1 es crecer. Todo lo demás es música si no hay crecimiento que sustente los buenos deseos que todos los dirigentes quieren para su país, en este caso Chile”, detalló.

Lagos dijo que eso implica reglas del juego claras, una forma de poder avanzar de una manera  consensuada y que también significa la necesidad de dar y utilizar herramientas nuevas. “Soy un firme convencido que el Fondo de Infraestructura es una obligación que tiene que abordar Chile ahora”, expresó.

El ex Mandatario añadió que es clave “utilizar y reconocer que el Estado de Chile gracias a la política de concesiones es US$ 25 mil millones más rico que lo que era Chile hace 20 años”.

Habló de los buenos tiempos, cuando la inversión en infraestructura tocaba al 3,5 %. “Es una inyección directa a la vena. Recuperar el crecimiento tiene que ser inteligente, incluyente, sostenible, porque ese es el mundo de hoy”, aseguró.

También sacó aplausos por sus críticas al actual gobierno, aunque hay que decir que fueron sobrias. Apuntó al clima de incertidumbre y complejidad del sistema tributario promovido por el actual Ejecutivo, afirmando que dicha situación tendrá que corregirse sin duda en el próximo gobierno. Misma cosa respecto de la reforma laboral, sobre la cual dijo leer críticas y faltas de acuerdo todos los días.

El cierre de Piñera

Si Lagos fue la entrada, Piñera fue el plato de fondo, aunque la cantidad de comensales presentes había disminuido en forma considerable. No quedó claro si era porque quedaron satisfechos con la entrada, o el candidato de Chile Vamos no los seduce con la misma fuerza, a pesar de que van a darle su voto en las presidenciales.

El abanderado que lidera las encuestas para volver a La Moneda recogió el guante de una de las peticiones del empresariado, de preocuparse por implementar medidas de largo plazo que transciendan los gobiernos de turno.

En esa línea aclaró que su meta, en un  proyecto a 8 años plazo, dos gobiernos, es que en 2025 Chile sea un país desarrollado, sin pobreza y que esté dentro de las 35 mejores naciones del mundo en materia de desarrollo humano.

Su deseo de aparecer como un estadista al mismo nivel de Lagos le duró bastante, pero eventualmente le salió el político competitivo que lleva adentro para hacerle una repasada al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, luego que este criticara su propuesta para reformar las pensiones.

“Ministro, usted está equivocado y, lo peor, usted sabe que está equivocado. Esta reforma empieza a regir en forma inmediata, apenas se apruebe, que espero que sea el próximo año, y se va ampliando en forma gradual para alcanzar su plena implementación en un plazo cercano a los 8 años. Pero los efectos se van a sentir desde el primer año”, señaló.

El candidato de Chile Vamos recalcó que “esa mención a los 45 años es engañosa y el ministro de Hacienda, que conoce de estas materias, sabe que no habló con la verdad. Rodrigo Valdés tiene que decidir, de una vez por todas, si va a ser ministro de Hacienda o será operador político… porque cuando los ministros de Hacienda se transforman en operadores políticos, el sistema entero pierde un equilibrio para hacer políticas serias, responsables y permanentes”, apuntó.

Y disparó contra el gobierno de Michelle Bachelet: “Quiero agregar que, si hay algo que está dañando a los pensionado futuros de nuestro país, es lo que este gobierno está haciendo con Chile. Un país que no crece, que no crea trabajo y que no mejora los salarios está perjudicando gravemente a los pensionados futuros de nuestro país”.

Epílogo

En los pasillos del W y en los “coffee breaks” del evento de lo único que se hablaba era de política. La preferencia por Lagos era abrumadora y palpable la nostalgia por una era en que “los grandes acuerdos predominaban y el país crecía”.

Y aunque después de todos estos años a Piñera han aprendido a quererlo, a la relación le falta pasión. Con Lagos es una historia de amor que aún no termina.

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