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Gerardo Sepúlveda, el empresario chileno que casi hace caer a PPK Repaso a su quehacer empresarial

Gerardo Sepúlveda, el empresario chileno que casi hace caer a PPK

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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Que son amigos, que era un operador, que solo invertían juntos. Varias versiones para una relación que comenzó hace más de veinte años y que hoy está en la mira, en medio de la crisis política más fuerte que enfrenta el Presidente del Perú. Pero quién es Sepúlveda, dónde se mueve, quiénes son sus cercanos. El Mostrador Mercados indagó al respecto.


El Congreso peruano en pleno, la prensa, la población del país vecino. Todos estuvieron la mañana de ayer expectantes a las explicaciones que daría el Presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), todo ante la votación de moción de vacancia con que el partido opositor Fuerza Popular busca destituir al Mandatario.

El pleno del Parlamento de Perú rechazó el pedido de destitución presentado por la oposición por una supuesta «permanente incapacidad moral», debido a sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht. Tras una sesión de más de 13 horas, el pedido de vacancia solo obtuvo 79 votos a favor y fue rechazado, porque la ley indica que necesitaba del apoyo mínimo de 87 de los 130 legisladores.

PPK se salvó, pero estuvo cerca de caer y el personaje clave en la trama es un empresario chileno poco conocido.

Las acusaciones se resumen a una actuación que el Mandatario calificó de poco prolija, pero no de corrupta. Pagos que recibió de Odebrecht, la firma de asesorías Westfield Capital, cuando él era ministro. Los dardos entonces llegaron a Chile. “Cuando estuve en el Gobierno, Westfield Capital fue dirigida por el señor Gerardo Sepúlveda. Él firmó el contrato con Odebrecht en 2004”, dijo el Jefe de Estado y, en tal sentido, recalcó que “los contratos fueron suscritos exclusivamente por Gerardo Sepúlveda”.

De San Ramón a Miami

Chileno, casado, de San Ramón, auditor por la Usach, Bachelor of Art por la Universidad Adolfo Ibáñez, oficina en Isidora Goyenechea, 4 hijos, un nieto, registra domicilio en Las Condes. Para algunos arrogante; para otros, brillante.

El chileno hoy ocupa las páginas de los medios peruanos como el socio de PPK (y amigo) que operó para servir de nexo con la cuestionada constructora. Esto, pese a que los dos, el Presidente y el empresario, han explicado que sí existió una relación profesional con Odebrecht. Sepúlveda se ha hecho cargo de intentar calmar las aguas.

Se ha tenido que armar públicamente desde que estalló el caso de las asesorías de Westfield Capital a Odebrecht, todo porque las esquirlas del caso apuntan a esa relación y su vínculo con PPK. Un officer, así describen cercanos el rol que jugó Sepúlveda mientras fue socio de PPK. Se conocieron en CAP, donde Sepúlveda trabajaba como director de desarrollo a inicios de los 90 y PPK estaba en la mesa de directores. El Mandatario peruano distinguió en él algo que le llamó la atención. Lo invitó entonces a trabajar en algunos emprendimientos, relacionados con fondos de inversión privada que se movían en toda Latinoamérica, especialmente desde Miami, Perú y Chile. Así nació en 1993 Westfield Capital, con sede en Coconut Grove, Miami.

Sepúlveda se ha hecho a sí mismo, comentan sus amigos. De ahí que, cuando empezó a moverse para invertir a través de sus fondos en diversas operaciones, su nombre comenzó a hacerse conocido entre familias empresarias, bancos de inversiones y hombres de finanzas.

No le cuesta hacer amigos, aseguran, aunque algunas personas que han operado con él difieren en su opinión sobre su comportamiento público: extremadamente inteligente, pero también un tanto arrogante, bueno para hablar de plata. Uno de sus amigos lo defiende: “En un mercado donde hay puros príncipes, no es fácil hacerse un nombre”, asegura.

Una de las operaciones que lideró hace muchos años a nivel local, en los albores de su renombre como estructurador de operaciones, fue la compra de Parque del Sendero a las familias Harrison y Munita, los dueños originales del proyecto a inicios del 2000. La operación se cursó a través del fondo Latin America Enterprise Fund Managers, la rama en la que PPK y Sepúlveda fueron socios.  “En ese tiempo él sí se presentaba como el operador de un fondo que tenía como socio de Pedro Pablo Kuczynski. La intención era ser el operador de cementerios más grande de Chile, a lo que llegaron cuando tuvieron cerca de una quincena de parques. Después hicieron una muy buena venta a la familia Yarur”, recuerda un empresario del rubro. PPK vendió sus acciones de esta sociedad en 2014.

Sepúlveda se mueve en la reestructuración de operaciones de M&A grandes, dicen todos sus defensores, muy grandes, aunque nadie detalla cuáles fueron. Algunas del mercado principalmente en Perú, como la compra de una división de Suez en ese país o de operaciones de la marca Caterpillar.

“Por lo que sé, él trabajó mucho, cuando se inició el año 2000, en muchos fondos que empezaron a operar en materia de infraestructura, de carreteras, de embalses. En general, estructuró operaciones complejas y los bancos lo buscaban porque, más que un aglutinador de inversionistas, tenía mucha inteligencia financiera”, añade una persona que lo conoce.

El mismo Sepúlveda comentó a El Comercio, en una entrevista este lunes, que operaba con el Banco de Crédito del Perú. Merry Lynch y Bank of America también habrían sido plazas que trabajan con el chileno.

“Va y viene entre Miami, Chile y otros países de la región. Con una frecuencia casi semanal que cansaría a cualquier ejecutivo. Pero Gerardo Sepúlveda tiene claro que su vida al mando de la compañía de asesorías financieras que armó junto al ex ministro peruano Pedro Pablo Kuczynski en esa ciudad hace 14 años, amerita este ritmo. Hace poco más de una semana estaba en Miami cerrando un acuerdo para la compraventa de una compañía distribuidora de fertilizantes de Perú, Corporación Misti. En Venezuela estructura un financiamiento por unos US$ 100 millones para Caterpillar local. Y otro, por hasta US$ 500 millones, en desarrollo para la constructora Odebrecht en Perú”, relataba El Mercurio en 2006.

En el vecino país ha participado de directorios donde además se ha topado con otros chilenos, entre ellos, con el ex gerente general de Endesa Chile, Joaquín Galindo, en la mesa de la Empresa de Generación Eléctrica de Lima (Edegel), subsidiaria de Enel Generación Perú. En Chile también ha estado ligado a las mesas de las inmobiliarias Armas y Alto.

Actualmente, el chileno registra cuatro sociedades a su nombre. La más conocida First Capital Inversiones y Asesorías Limitada, la que opera desde el año 2001. Suma además a Inmobiliaria SyL Uno limitada, First Capital Dos Inversiones y Asesorías Limitada y The Latin America Entrerprises Chile Limitada (según registro Dicom). En algunas de ellas es socio de su esposa, Karem Leefhelm, y, en otras, figura con sus hijos o con otro socio, el abogado Mauricio Guglielmetti Vergara.

Su relación don Odebrecht surge, como se ha dicho, en 2004, cuando trabajaron como asesores a través de Wesfield Capital. El proyecto de la carretera interoceánica y de trasvasije de Olmos fueron las asesorías financieras por las cuales Sepúlveda firmó contratos con la constructora. Las voces apuntan a que es inviable que PPK, siendo del Gobierno, no haya estado enterado de estas operaciones, lo que Sepúlveda ha salido a desmentir.

Las prensas peruana y chilena, además, han especulado en torno a qué relación los une. Si es de amistad o netamente profesional. “Se tenían cariño, creo que él (Sepúlveda) lo ha querido proteger”, comenta un amigo del chileno. Esto, pese a que el empresario local dijo a El Comercio que haber asistido al cambio de mando del Mandatario en compañía de su familia, lo puso en un rol de amistad política que no le corresponde.

El reportaje del año 2010, «Kuczynski el lobbista» (diario La Primera de Perú), consignó que “después del 2006 PPK deja los cargos públicos, pero no los puertos. Su boutique financiera, First Capital, en la que es propietario y principal accionista, participa en la venta del 100% de las acciones de la empresa Inversiones Misti del Perú (Grupo Claro, naviero portuario chileno), y en una transacción de sus activos de más de US$ 22.5 millones”.

Más allá de si son o no son amigos y el debate acerca de en qué momento puntual la relación de negocios entre ambos se cortó, la figuración de Sepúlveda en Wesfield lo llevó a hacerse de un nombre entre la comunidad de empresarios latinos en Miami hace rato, mucho antes del auge empresarial chileno en esa ciudad. Allá, también iniciado el milenio, presidió la Cámara de Comercio Norteamericana y hasta habría recibido un premio de un conocido diario latino. Todo por su quehacer empresarial, hoy puesto en tela de juicio.

A Chile volvió en el 2006, para instalarse y vivir en Santiago. Su red de contactos estaba entre algunos hombres de retail, pues había sido director de Construmart. Ahí conoció a algunos de sus partners y cercanos del mundo de los negocios, con los que mantiene relación hasta hoy. Se movía entre empresarios de renombre, en círculos de la Universidad de los Andes y entre expertos en gobiernos corporativos.

Su oficina está en Isidora Goyenechea, donde hasta canales de televisión han llegado en estos días a tocarle la puerta, y allí recibió al periodista peruano Fernando Vivas. A él le dijo que Westfield Capital “nunca” se relacionó con el Estado y que trabajó para Odebrecht cuando la constructora era la vedette de América Latina.

“Actuamos en un ambiente en el que la relación con el Estado no tiene ninguna influencia. La concesión [el trasvase Olmos] requería un financiamiento y yo lo estructuré con el Banco de Crédito. Que Kuczynski haya sido ministro no iba a cambiar la tasa de interés de los bonos ni cambiar la demanda. No tenía ninguna injerencia”, dijo al medio peruano El Comercio.

No midió la bomba que se venía, aseguran conocedores, y el sábado pasado reclutó a una asesora de prensa independiente por recomendación de un conocido, que le está “atajando” gran cantidad de llamados, principalmente de medios políticos de Perú. La comisión Lava Jato dijo el 19 de diciembre que lo iba a citar a declarar y es probable que el llamado se repita incluso desde el Congreso de Perú. Por eso estaría en plena búsqueda de abogados.

Sepúlveda insistió con Vivas en que él firmó los contratos. “La remuneración de Westfield Capital está asociada al éxito de una estructuración financiera en el Mercado de Capitales, esos fueron bonos estructurados en el mercado de capitales peruanos, dígame usted de qué manera se podría haber producido el impacto en estos bonos porque el señor estaba o no estaba en el Gobierno”, sostuvo de forma enfática en la entrevista que reprodujo varias cápsulas en su web.

Un problema político que no midió, apuntan algunos, pues Sepúlveda no conoce de este mundo. Esto, pese a que es cuñado de un alcalde local. Un dato desconocido hasta ahora: su hermana es casada con el alcalde de la Cisterna, el PPD Santiago Rebolledo.

En Chile además comparte su oficina “techo” con empresarios como Andrés Olivos, el ex presidente Ejecutivo de Parque Arauco, a quien también conoció en un directorio, así como Ricardo Klinger y Francisco Vial, estos últimos, con quienes comparte hace varios años en la mesa de Coresa. El vecino más nuevo es el ex de la División Corporativa del Banco de Chile, Alain Rochette.

Si el prestigio del empresario se mancha con el episodio, aún hay muchas escenas que presenciar.

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