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Opinión: Caso Enersis derrumba el mito de que tener un controlador da más confianza al mercado


Por Bárbara Salinas Acuña, abogada.

Hace tan sólo un par de semanas  el mundo financiero, bursátil,  empresarial y la opinión pública nos impusimos con gran sorpresa  de que en Enersis se estaba gestando el que sería el mayor aumento de capital  en una compañía que se transa en bolsa, en la historia de nuestro país

Sin embargo, esta operación nació con un futuro incierto – el que luego dio paso a una gran polémica –, producto de su errática forma de gestarse y lo que resulta más grave aún,  con un innegable desprecio hacia la institucionalidad vigente y hacia los accionistas minoritarios, quienes nuevamente se ven afectados por prácticas dudosas, y hacia los millones de chilenos cotizantes del sistema AFP.

Afortunadamente, estas últimas encendieron la voz de alerta, recogida rápida y eficientemente por la Superintendencia de Valores y Seguros, que tras el escándalo del caso La Polar, no dudó en intervenir de manera oportuna y certera.

A todas luces, la operación planteada por Enersis merecía grandes reparos. Partiendo por el dudoso camino que su directorio eligió para levantar más de USD8.000 millones, donde la controladora (Endesa España) pretendía que se aceptara un aporte en “especies” – privilegio sólo para ellos – valorizado en USD 4.862.000.0000, cifra que también levantó legítimas sospechas,  porque a juicio de muchos expertos se trataba de activos totalmente sobrevalorados.

Pero no solamente esta valorización unilateral y dudosa provocó las reacciones que todos conocemos, sino que lo más grave fue que a todas luces se trataba de una operación “entre partes relacionadas”, de acuerdo a nuestra legislación, lo que obligaba a la compañía a someterse  a un procedimiento distinto, garante de los derechos de los minoritarios.  Es por ello que la SVS, en un verdadero revés, asestó el que para muchos fue el golpe final para frenar esta operación en los términos planteados originalmente, al dictaminar que sí estábamos frente a una operación entre partes relacionadas.

Su directorio ha sido hermético tras estas últimas noticias. Sin embargo, llama la atención que días antes de dicho pronunciamiento por parte de la SVS hayan señalado que actuaron de buena fe y asesorados por estudios jurídicos prestigiosos, ninguno de los cuales advirtió lo que era evidente para todo el mercado. Curioso, no?

Del mismo modo, irritaron  declaraciones  de uno de sus directores,  tales como,  que las críticas son “comentarios de la calle”, ninguneando a expertos en el ámbito financiero y bursátil; a la autoridad administrativa; a las propias AFP y especialmente  a los minoritarios. Es un infantilismo, por decirlo eufemísticamente, que creyeran que esta operación podía pasar inadvertida, sin que nadie levantara la voz.

Afirma esta visión, lo publicado recientemente en un medio escrito donde son los propios accionistas de la Bolsa de Comercio los que hacen un llamado a tratar en una sesión especial de su directorio la incompatibilidad entre el rol paralelo de director de dicha Bolsa y de Enersis, el que afecta a tres de sus miembros. Ello, sin duda, obliga a revisar nuevamente el rol de los directores a la luz de la legislación actual y especialmente a la Ley sobre Gobiernos Corporativos, la que fue incorporada en Chile como una exigencia para que nuestro país ingresara a la O.C.D.E.

Queda de manifiesto que se trataba de una operación que sólo buscaba mejorar la posición financiera del controlador y su matriz en Italia, ambas empresas europeas en plena crisis económica de su región. Pero no podía tolerarse que fuera a costa del  sacrificio desigual de  capitales chilenos. Esto no puede transformarse en un colonialismo financiero en pleno siglo XXI, como sociedad y nación ya hemos superado esas etapas de una República naciente hace ya  dos siglos.

Ahora, sólo nos queda esperar cuáles serán las nuevas propuestas que Enersis hará a sus accionistas, las que necesariamente deben ajustarse al derecho imperante, para ver si este aumento se materializa. Porque acá no se trata de oponerse al progreso de una empresa tan importante para nuestro Chile, pero el progreso no puede ser a cualquier precio, y menos aún a costa del detrimento de accionistas que siguen confiando en el sistema.

Es necesario recalcar que para este tipo de operación,  la legislación exige no sólo transparencia sino que: (a) las condiciones, términos y precios se ajusten al mercado y  (b) que la operación reporte un beneficio en interés de la compañía en su conjunto. Resultan válidas entonces las críticas de diversos sectores,  ya que Enersis no ha presentado un plan de negocios o proyectos que realmente reporten dicho beneficio. Es más, con el proyecto anunciado incluso se perjudicaría  indirectamente a los accionistas de Endesa ya que los contratos de generación no se harían con esta generadora, sino que con otras de la Región.

El caso Enersis nos demuestra y derriba un mito o creencia que ha estado por años instalado en el inconsciente colectivo y que se vio reforzada a raíz del caso La Polar: la necesidad imperiosa – como garantía inexpugnable – de que exista un controlador para dar confianza al mercado y sus actores.

Habrá que mirar con detención y cautela como se desarrolla finalmente este proceso, donde la voz de los minoritarios nuevamente se levanta para defender legítimamente sus intereses, cuyo principal sustento se encuentra en nuestra legislación y el sentido común. Después de todo, los chilenos ya no somos los de antes y eso es algo que tanto inversionistas extranjeros como altos ejecutivos no pueden pasar por alto.

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