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Samarás buscará en Berlín y París flexibilizar los términos del ajuste heleno


El primer ministro griego, Andonis Samarás, comienza mañana su gira diplomática por Alemania y Francia con el fin de lograr un plazo extra de dos años para aplicar los nuevos recortes previstos por 11.500 millones de euros.

Samarás se ha comprometido a cumplir los acuerdos con sus socios europeos, pero solicita aliviar el ajuste prorrogando su aplicación dos años más, hasta 2016, y así darle un respiro a la endeudada economía helena.

Este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una caída de la economía helena del 7 %, muy por encima del 4,5 % que calcula el Gobierno.

«Hemos declarado que aplicaremos al pie de la letra el acuerdo. Lo que pedimos es volver a crecer lo antes posible», solicitó el miércoles Samarás.

En los últimos dos días el primer ministro griego ha ofrecido varias entrevistas a medios alemanes y franceses en las que ha repetido que una prorroga en los ajustes no significará más dinero para los contribuyentes europeos.

También recordó las dificultades que los recortes han supuestos para los griegos.

«En los últimos tres años nuestra economía se ha contraído una quinta parte, los estándares de vida han retrocedido un tercio, los pensionistas han perdido la quinta parte de sus ingresos y la mitad de nuestra juventud se encuentra en paro», declaró al diario «Bild».

Los nuevos ajustes prevén más recortes en los salarios de los trabajadores públicos, pensiones y ayudas sociales, así como el despido de 150.000 funcionarios.

El diario «Ta Nea» calculó hoy que una prórroga en los ajustes supondría hasta 14.000 millones de euros más para cubrir los requerimientos financieros de 2015 y 2016.

Algunas fuentes gubernamentales citadas por la prensa helena consideran que el dinero que necesitaría Atenas para cubrir ese desfase presupuestario se podría obtener con emisiones de letras del Tesoro a corto plazo.

Atenas devolvió el lunes 3.200 millones de euros, al vencer deuda en manos del BCE, con una emisión de letras a tres meses por 4.063 millones de euros, en la que fue la mayor salida a los mercados de los últimos dos años.

Hasta ahora, tanto el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, como la canciller alemana, Angela Merkel, han condicionado una prorroga al informe de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI), y han mencionado octubre como el mes en el que se tomaría una decisión.

Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, declaró hoy a la radio pública germana SWR que dar más tiempo a Grecia no solucionaría los problemas del país y conllevaría también «más dinero» europeo.

Juncker, el miércoles, también advirtió a Samarás de que la paciencia de sus socios se está acabando al afirmar que «Grecia está sufriendo una crisis de credibilidad» por su retraso en la aplicación de algunas medidas, especialmente las reformas estructurales y las privatizaciones.

Grecia lleva cinco años en recesión, acumula una caída del 17,5 % del PIB desde finales de 2008 y el paro casi se ha triplicado en ese periodo, hasta más del 23 %.

Samarás también sabe que conseguir una prorroga no sólo daría un alivio a la economía griega, sino también a su Gobierno, que con dos meses en el poder muestra ya claras divisiones en la negociación de los nuevos ajustes, que pueden ahondarse si se avivan las protestas sociales.

Del informe de la troika, que volverá a Atenas a principios de septiembre, depende la liberación de un tramo de 31.000 millones de euros que Grecia necesita para no suspender pagos, y que es parte de los 130.000 millones de euros del segundo rescate heleno.

Samarás mostrará en Berlín y en París las líneas maestras del programa de recortes por 11.500 millones de euros, que aún deben de concluir, y que han sido exigidos por la troika para que los prestamistas de Grecia accedan a seguir financiando al país.

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