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Chávez le deja a su sucesor la responsabilidad de reactivar la industria petrolera con mayores reservas del mundo


Hugo Chávez le deja a su sucesor la carga de reactivar los campos petroleros de Venezuela, después de que las políticas del fallecido presidente tendentes a limitar la inversión y expulsar las perforadoras estadounidenses redujeron la producción en un 13 por ciento en el curso de la última década.

Chávez padeció de cáncer 21 meses; entretanto, la burocracia de Venezuela hizo adolecer la infraestructura petrolera de la nación. Se demoró el calendario de obras por US$ 233.000 millones en desarrollo de los campos, oleoductos y refinerías de la rica Faja del Orinoco, que puede llegar a tener reservas de crudo mayores que las de Arabia Saudita, según un relevamiento geológico de Estados Unidos.

Se suponía que el volumen de producción de los nuevos campos del Orinoco iba a llegar a los 195.000 barriles por día ya para fines del año pasado. En cambio, a la producción se le filtran cerca de 6.000 barriles por día, lo que le cuesta a la empresa estatal Petróleos de Venezuela unos US$1 9 millones diarios en concepto de ingresos por facturación perdidos, según los datos que proveen la Cámara Petrolera de Venezuela y los directivos de las empresas rusas, asiáticas, europeas y estadounidenses que tienen alianza con PDVSA. “Se quedaron cortos con sus planes, a causa de que no tienen oleoductos”, destacó Thomas O’Donnell, que es un analista independiente de petróleo, en una carta electrónica que envió desde Berlín el 4 de marzo.

“El verdadero costo de la crisis política de Venezuela no fue todo lo que pasó. Todos en PDVSA estaban ocupados con Chávez”. En 2011, el volumen de producción del exportador más grande de América del Sur bajó un 13 por ciento, a 2,7 millones de barriles por día, desde que Chávez llegó al poder en 1999, aun cuando las reservas comprobadas casi se cuadruplicaron en ese período, según la publicación de BP Statistical Review of World Energy.

Pico en la producción

Para que Venezuela pueda volver a llegar al pico de producción de petróleo, el sucesor de Chávez tendrá que hacer despegar los proyectos que están paralizados, al tiempo que gira hacia políticas que alienten la inversión externa y el flujo de talentos para un país vaciado de ambos, a causa de la nacionalización de la riqueza petrolera que impuso Chávez.

Es probable que haya pocos cambios, según Oswald Clint, analista de gas y petróleo de la londinense Sanford C. Bernstein. “La muerte del presidente Chávez aumenta la incertidumbre en torno a la dirección política a corto plazo para Venezuela”, escribió en una nota ayer. “Sin embargo, creemos que el escenario más probable es uno en el cual el entorno actual sigue siendo el mismo para las petroleras internacionales”.

La industria se mostró cauta al responder sobre el modo en que procederá en la Venezuela pos-Chávez. “Tenemos que esperar a que se nombre el nuevo jefe de Estado y observar las declaraciones que este formule respecto de la dirección futura del país”, opinó T. K. Ananth Kumar, director de Finanzas de Oil India Ltd., socia junto con otras cuatro empresas del bloque Carabobo de la Faja del Orinoco, en el curso de una entrevista telefónica.

“Afortunadamente, las cosas no empeorarán”.

Ambiente diferente

“Lo que uno esperaría es un ambiente de inversión muy diferente”, les advirtió a periodistas Enrique Sira, director sénior de IHS CERA, consultora de energía, en el curso de la IHS CERAWeek, que es una conferencia que se llevó adelante en Houston, Estados Unidos.

Con las condiciones correspondientes, Sira anticipa “una afluencia importante de personas con experiencia y conocimientos, y recursos técnicos y capitales que ingresen en Venezuela”. Aun así, cualquier cambio demandará años, dijo. Algunos temen que los cambios sean para peor. Conforme a la constitución venezolana, la elección debe celebrarse dentro de los 30 días.

El vicepresidente, Nicolás Maduro, de quien Chávez dijo que debería ser elegido para sucederlo, ejercerá de presidente interino hasta entonces.

“Más radical”

El apoyo recibido de Chávez hace que Maduro sea el preferido, y el vicepresidente se ha comprometido a cerciorarse de que no se postergue un solo programa ni una sola iniciativa”, dijo en un mensaje televisivo que dirigió ayer a la población. “Principiaremos todas las obras por completarse”.

Ese mismo día más tarde, el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, afirmó por la televisión nacional que la nación no tenía intenciones de modificar las políticas vigentes. Durante el período de transición, “en verdad, hay riesgo de que Maduro sea más radical que Chávez en su intento de mostrarle a los venezolanos su acreditación revolucionaria”, subrayó Risa Grais-Targow, analista política de Eurasia Group, desde Nueva York.

Chávez, de 58 años, falleció ayer a las 16:25 en un hospital militar de Caracas, dijo Maduro en un mensaje que dirigió por televisión. En diciembre pasado, antes de emprender el viaje a Cuba para someterse a la cuarta cirugía, Chávez le pidió a Maduro, quien solía ser chofer de colectivo, que conservara su herencia.

Ex paracaidista, Chávez subió los impuestos al crudo sobre el 95 por ciento de la producción y dirigió la facturación de PDVSA a las viviendas y establecimientos lácteos. A las empresas estadounidenses Exxon Mobil Corp. y ConocoPhillips, quienes rechazaron las nuevas condiciones fiscales que imponía Chávez, se les nacionalizaron sus campos.

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