La rama de inversión del organismo nacional de jubilaciones y pensiones está superando a un 78 por ciento de los fondos mutuos de inversión de Argentina por haber ignorado el consejo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de “pesificar” activos y cargarse en cambio con bonos en dólares.
El Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) por 246.900 millones de pesos (US$ 50.400 millones), establecido cuando el gobierno nacionalizó el sistema de pensiones en 2008, rindió 26,7 por ciento en el año que cerró en marzo, según su último informe. Superó a 228 de 294 fondos radicados en Argentina que invierten en activos del país, según datos compilados por Bloomberg. El retorno del fondo en pesos superó la inflación de aproximadamente 24,4 por ciento en parte debido a sus ganancias provenientes de los bonos en dólares, que se valorizaron en relación a una caída de 27 por ciento del peso en el mercado paralelo que utilizó para transacciones financieras.
Si bien Fernández restringió el acceso a la moneda extranjera para proteger las reservas del banco central y evitar que los dólares salieran del país, el fondo duplicó sus tenencias en dólares hasta 35 por ciento desde su creación. El organismo de jubilaciones y pensiones mantiene los activos del fondo, que se utilizan para financiar el gasto público destinado a fomentar el crecimiento, separados del dinero de los jubilados que es mantenido en depósitos en pesos. Los bonos del Estado en dólares con vencimiento en 2017, que posee el fondo, aumentaron 56 por ciento a valor peso durante el año pasado.
“El fondo gubernamental más grande invierte fuerte en activos en dólares”, dijo Camilo Tiscornia, ex economista del banco central que actualmente dirige la empresa investigadora C&T Asesores Económicas. “Es una contradicción absoluta, una de muchas en la economía argentina”.
FGS, como se conoce el fondo, dijo que su retorno de 8,2 por ciento en el primer trimestre es el mejor desde el cuarto trimestre de 2010. También es la primera vez que el fondo supera la segunda inflación más alta del Hemisferio Occidental después de Venezuela desde junio de 2011.
El año pasado, el fondo rindió 22,7 por ciento, en comparación con una tasa de inflación de aproximadamente 25 por ciento. El índice de inflación oficial del gobierno, que es cuestionado por el Fondo Monetario Internacional, economistas y políticos de la oposición, mostró que los precios aumentaron sólo 10,8 por ciento.
El FGS heredó su dinero del sistema de jubilaciones privado de US$ 24.000 millones que Fernández nacionalizó hace cinco años y es manejado en forma independiente de los fondos que se destinan a los jubilados. Sus fondos se emplearán para pagar las pensiones en caso de que Anses tenga un déficit.
Si bien el FGS está autorizado a invertir en activos financieros, el resto de los fondos de Anses proviene de las cargas sociales y sólo puede ser guardado en depósitos bancarios. Anses transfiere sus excedentes al FGS.
Los bonos representan 64,4 por ciento de la cartera de FGS, incluidos 51.400 millones de pesos en bonos del Estado en pesos con vencimiento en 2045, 24.000 millones de pesos de pagarés en dólares a 2033 y 15.400 millones de pesos en bonos en dólares con vencimiento en 2018.
“Una gran porción de la cartera de Anses está en bonos en dólares y eso obviamente ha significado un beneficio”, dijo Aldo Pignanelli, ex presidente del banco central que actualmente dirige la firma investigadora Saber. “El dólar en el mercado paralelo subió mucho a comienzos de este año y esos bonos lo reflejan”.
