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Opinión: ¿Ley de cuotas para mujeres? Por supuesto

Paola Cabezas
Por : Paola Cabezas Abogada y militante de Ciudadanaos
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Fui de las primeras generaciones en recibir, de la Corte Suprema, el título de Abogada y no de Abogado. Ese fue un gran gesto, importante, y deben existir más, pero esencial, más que gestos, es hechos, como lo es una ley de cuotas.

La mujer tiene una barrera natural para su entrada en cargos públicos. El hombre por años ha tenido una sobrerrepresentación en todos los órganos del fisco por razones históricas que, asumo, todos conocemos. Muy lentamente ha llegado en nuestro país la mujer a la Presidencia de la República y de la Cámara, pero entiendo estos hechos como aislados y no como señal de la inclusión total de nuestro género en política.

Con Michelle Bachelet queda claro que el electorado no tiene problemas en votar por una mujer, sólo falta que estemos en la papeleta. Sólo el 18% de los candidatos en las pasadas elecciones eran mujeres.

Las barreras para la mujer en la entrada a la política las podemos representar muy sencillamente con las palabras del senador Letelier hace un par de meses al hablar de la mujer y nuestros beneficios maternales, eso demuestra lo que se piensa en el fuero interno de muchos hoy en Chile y el mundo.

Es así como apoyo firmemente una ley de cuotas. Lo que no apoyo es el aporte de dinero a los partidos por una mujer electa. No necesitamos una "dote".

Una ley de cuotas obliga a los partidos a presentar listas en igualdad de género, entre hombres y mujeres busca la igualdad de derechos entre ambos y que los partidos busquen y posicionen a las mujeres que, aun con méritos suficientes, han sido relegadas a un segundo plano en política.

El actual proyecto de reforma electoral habla de una cuota de género, un 60-40. Así ningún partido podrá presentar más del 60% de sus candidatos de un mismo género, ni menos del 40% podrá ser femenino.

Hoy en día, y con relativo éxito, existen leyes de cuotas en Argentina, Perú, Venezuela, Colombia y Ecuador, todas que pretenden cumplir con la Convención de Naciones Unidas contra la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer. Estas leyes, reitero, han tenido relativo, por no decir poco éxito, por lo que –espero quede claro– una ley de cuotas no es la solución, pero si un paso obligatorio que nuestra democracia debe dar.

Siendo la mujer el 52% del país, y teniendo una participación en política de sólo una 13%, rechazar una ley de cuotas es ser parte de un feminismo mal entendido. No demos por sentadas nuestras oportunidades, no olvidemos que las 200 niñas actualmente secuestradas en Nigeria lo único que buscaban era conseguir el sueño de obtener una educación.

La presencia femenina en el Legislativo, y otros poderes, hará que temas país sean legislados con la visión femenina que tantos avances ha traído a este mundo.

Sí a una ley de cuotas, sí a reivindicar nuestra posición en democracia.

Por Paola Cabezas, socia directora de BC Abogados

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