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Opinión: Inflación con raíces monetarias, precios al consumidor bajo presiones de demanda y no transitorias


La inflación chilena continúa al alza y por encima del límite superior, dando evidencia de tener raíces monetarias. Sin embargo, las autoridades continúan afirmando que el repunte inflacionario es transitorio y causado tanto por choques de oferta como por la depreciación del peso, a pesar de que la inflación estructural muestra una clara y persistente tendencia al alza desde inicios del año.

Bajo esta versión oficial, el banco central ha continuado relajando las condiciones monetarias para ayudar a detener la profunda desaceleración en que se encuentra la economía chilena. No obstante, la prolongada expansión monetaria ha encontrado más acomodo en las importaciones y en la inflación y menos en la producción nacional.

Así, en agosto la inflación anual subió a 4.55% desde un 4.50% en julio, y ha venido constantemente al alza desde una tasa de 2.8% al inicio del año. Ciertamente, algunos choques transitorios han afectado los precios de algunos alimentos y combustibles, los cuales han contribuido en alguna medida a la inflación general. Asimismo, se argumenta que la depreciación del peso se ha trasladado a algunos precios transables. Estos han sido los argumento oficiales para afirmar que la inflación es solo de naturaleza transitoria.

Sin embargo, todos los componentes subyacentes, sin excepción, muestran una clara y firme tendencia ascendente en el año, que incluso los mantiene ya por encima del límite superior de 4%. El hecho de que el componente más puro de inflación estructural –el que descuenta alimentos y energía– se encuentra ya en 4.04% desde un 2.39% en enero, es una clara evidencia de la presencia de presiones de demanda en los precios, descartando con ello la naturaleza transitoria de la inflación.

Bajo esta evidencia, resulta claro que la tendencia inflacionaria chilena tiene raíces monetarias. Por lo que hacer más expansiva a la política monetaria solo le agrega más combustible a la inflación. El Banco Central debería estar moviendo las condiciones monetarias en la dirección contraria, es decir, usar el instrumento monetario para controlar la inflación no para causarla.

El emisor central podrá persistir en su deseo de continuar recortando la tasa de interés hasta donde lo desee, pero eso no levantará a la economía de su debilidad estructural. Por el contrario, le dará raíces más permanentes al fenómeno inflacionario.

Alfredo Coutiño, Ph.D.
Director, Latin America
Moody´s Analytics

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