Febrero puede volverse un mes de terror para los abogados.
Este es el período del año en que la mayor parte de estos profesionales se toman vacaciones aprovechando el receso que viven los tribunales superiores de justicia, Corte Suprema y Corte de Apelaciones, en que sólo funcionan las salas de verano. Esto se extendía también a los juzgados civiles, que suspendían su operación.
Pero eso ya es historia pasada. A partir de este año, el feriado judicial ya no se aplica a los tribunales del Poder Judicial y los juzgados civiles deberán seguir tramitando las causas.
¿Cuál es el peor escenario? Que muchos colegas se “aprovechen” de esta novedad e inicien demandas o actos probatorios con el objeto de pillar a sus contendores desprevenidos.
