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Un consumado operador fiscal sería el nuevo secretario del Tesoro


El presidente Barack Obama planea nominar a su actual jefe de Gabinete, Jacob Lew, una figura importante tras bambalinas en los gobiernos de Bill Clinton y el propio Obama, como el 76º secretario del Tesoro de Estados Unidos. Lew, considerado un experto en temas fiscales, encabezaría el equipo económico en un período en el que se avecinan complicadas batallas presupuestarias entre la Casa Blanca y el Congreso.

De ser confirmado por el Senado como sucesor de Timothy Geithner, Lew rompería el molde de los recientes jefes del Tesoro debido a que es más conocido como un leal lugarteniente del presidente y un especialista en los mecanismos presupuestarios que como un experto en mercados financieros con amplios contactos en el mundo de los negocios globales.

Su selección envía el mensaje de que Obama está preparado para perseguir enérgicamente sus metas de política económica durante su segundo período. Muchos republicanos se oponen vehementemente a la insistencia de la Casa Blanca en recaudar mayores impuestos como parte de cualquier pacto para reducir la deuda, pero el respaldo público de Lew a dicho enfoque sugiere que el gobierno, si bien está dispuesto a negociar, no cederá sin dar primero una pelea.

Lew, de 57 años, ha sido un asesor cercano de Obama desde 2010, cuando asumió como director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, el mismo cargo que desempeñó durante el gobierno de Bill Clinton.

El desafío fiscal más urgente que Lew heredaría es la negociación con los republicanos sobre cómo y en cuánto aumentar el límite de la deuda de EE.UU. que actualmente asciende a US$16,394 billones (millones de millones). El Departamento del Tesoro ya está recurriendo a medidas de emergencia para impedir que el país deje de cumplir sus obligaciones, pero se prevé que esas herramientas se agoten entre mediados de febrero y principios de marzo.

Si no hay un acuerdo para subir el límite de endeudamiento, EE.UU. se quedaría sin fondos para pagar sus cuentas, lo que desataría una crisis de deuda. La Casa Blanca y el Congreso también quieren implementar reformas significativas en la política fiscal este año.

Lew, más conocido como Jack, ha pasado a ser una especie de director de operaciones consumado. Desempeñó ese rol en la Universidad de Nueva York, dos divisiones de Citigroup Inc. y el Departamento de Estado. Desde 2012, ha realizado prácticamente el mismo papel en la Casa Blanca.

Muchos republicanos lo consideran como un operador capaz pero rígido, después de enfrentarse a él en numerosas batallas presupuestarias que se remontan a los años 90. En 2011 chocó con asesores republicanos del Senado en otras negociaciones para elevar el techo fiscal. Según algunos republicanos, Lew nunca estuvo dispuesto a hacer grandes concesiones para alcanzar un acuerdo.

Sus defensores lo describen como una persona muy accesible y resaltan que estuvo involucrado en negociaciones con los republicanos durante la presidencia de Bill Clinton que desembocaron en un superávit fiscal. «Jack es una excelente opción por su amplia experiencia. Ha sido director de la Oficina de Gestión y Presupuesto en dos ocasiones y ha sido jefe de Gabinete de la Casa Blanca», manifestó Roger Altman, fundador y director ejecutivo de Evercore Partners, que trabajó con Lew durante el gobierno de Clinton. «Cuesta pensar cómo alguien podría estar mejor preparado si se toman en cuenta los desafíos que hay que abordar en el futuro cercano».

«Es muy difícil negociar con él», reconoció el ex senador republicano Judd Gregg. «Tiene sus posiciones y cede muy poco, aunque es una gran persona».

Se espera que Lew sea confirmado por el Senado, al menos que ocurran acontecimientos inesperados, dijeron dos asesores republicanos.

Lew, sin embargo, es mucho menos conocido en Wall Street que muchos de sus predecesores, pese a ser oriundo de Nueva York y haber trabajado en Citigroup Inc. Su relación con los principales actores financieros es probablemente una de las grandes incógnitas que afrontará en los próximos meses.

En realidad, algunas de las preguntas más complicadas que tenga que responder durante el proceso de confirmación podrían tener que ver con su paso por Citigroup entre 2006 e inicios de 2009.

Debido a sus múltiples divisiones y grandes apuestas a instrumentos financieros exóticos, Citi estuvo cerca de convertirse en la principal víctima de la crisis financiera. La empresa tuvo que recibir varias inyecciones de fondos del gobierno para mantenerse a flote. Lew fue director de operaciones en dos divisiones, la de gestión de patrimonio global y la de inversiones alternativas. Fuentes que trabajaron con él dicen que Lew se limitó a jugar un papel operativo y no se inmiscuyó en las decisiones de inversión de las filiales.

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