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A 5 años de estallar la crisis del ISA: hoy un parásito hace temblar a salmoneros

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El primer brote de virus ISA en la industria salmonera en Chile se reportó en julio de 2007 en la Isla Lemuy. En un primer momento, no se le dio importancia. Craso error. Producto de esta enfermedad, conocida como la anemia infecciosa del salmón, el sector enfrentó una crisis de proporciones: la producción se desplomó y las empresas tuvieron que despedir a un importante número de trabajadores.

Para tener una idea, la industria llegó a generar más de 30 mil empleos directos en su mejor época, el año 2006. Sin embargo, fue a comienzos de 2010 cuando se vivieron los peores momentos del sector, período en que éste empleó no más de 15 mil trabajadores directos.

Cuando el ISA se desató, la siembra de smolts de salmón atlántico (los peces pequeños) bajó a unos 600 mil mensuales. En 2006 se diseminaban unos 12 millones de smolts al mes.

Frente a este crítico escenario, las empresas debieron renegociar sus pasivos con la banca. Fueron casi US$3 mil millones los que estaban en juego. Las reuniones se realizaban hasta altas horas de la madrugada entre los dueños de las salmoneras y sus bancos acreedores. A veces, el humo blanco se demoraba en salir. Las instituciones financieras no querían dar una señal negativa para el resto de los sectores económicos del país. Tanto, que varias veces se habló de dejar caer a una salmonera.

Sin embargo, la situación cambió. Tanto el gobierno como los empresarios propusieron profundos cambios para evitar que otras enfermedades produjeran nuevamente millonarias pérdidas y miles de trabajadores despedidos. Se dictó una ley y nuevos reglamentos que elevaron los estándares de manejo sanitario.

«Las principales lecciones aprendidas son que los espacios marinos para los cultivos de mar tienen capacidades finitas y que el país debe proteger su patrimonio sanitario mediante la aplicación de estrictas normas sanitarias», dijo Víctor Hugo Puchi, presidente de Empresas AquaChile, en carta a los accionistas.

Y agregó: «Se deben aplicar medidas preventivas en la importación de ovas; la vacunación de peces en vez del uso de antibióticos, la instauración de períodos de descanso coordinados obligatorios a las concesiones productivas, y el otorgamiento de poderes y facultades legales a Sernapesca y Subsecretaría de Pesca para actuar frente a la emergencia de brotes de enfermedades».

Rabindranath Quinteros, ex alcalde de Puerto Montt, complementa: «Hoy se ha recuperado la industria y nuevamente se está produciendo. Lo importante es que nuevamente la gente ha tenido trabajo. Prácticamente ha llegado al nivel que tenía antes del ISA; la cesantía es bastante baja. Esperemos que no tengamos una nueva crisis y que se afecte a las fuentes laborales que esta industria produce»

El candidato a senador añade: «Aquí se ha empleado bastante gente, y no sólo en Puerto Montt, sino que en toda la región es importante la fuente de empleo que se genera. Están las empresas trabajando y esperamos que el precio nos acompañe también para que sea favorable tanto para los trabajadores como para la empresa».

NUBARRONES
La industria comenzó a recuperar en 2011, tras una paupérrima producción el año anterior. Y para este año, se estima que se alcanzarán las 478 mil toneladas de salmón Atlántico, lejos, en todo caso, de la producción noruega, que este año superaría las 1,1 millón de toneladas.

No obstante, la mayor producción local hizo que los precios se fueran al suelo, situación que se evidenció con fuerza a mediados del año pasado. Esto generó que la mayoría de las compañías cerraron con pérdidas 2012.

Tanto en la industria como en el sector financiero hay buenas perspectivas para este año. Incluso, se estima que las empresas podrían volver a tener número azules.

Pero pese a todos los cambios y la conciencia en que hay que mejorar la forma de producción, hay un nuevo elemento que está haciendo temblar a varios directivos de la industria. ¿Su nombre? Caligus, un parásito que podría afectar las producciones nacionales.

«Hoy hay una crisis con el caligus. Es una crisis que es muy similar a la que pasó con el virus ISA. Soy tremendamente negativo con el tema. En el fondo, el caligus está relacionado con las densidades y hay que poner atención», afirma Cristián Swett, gerente general de Ventisqueros.

El ejecutivo agrega: «El tema de la densidad no está dado por la densidad interna de una jaula, sino que la que se produce en los barrios. Esto, por ejemplo, es saber cuántos centros están operando al mismo tiempo».

Fue precisamente el caligus, o piojo de mar, uno de los elementos que ayudaron a que el brote del ISA se desatara rápidamente, pues el parásito se enquista en los peces y los debilita inmunológicamente.

Francisco Miranda, gerente general de Mainstream, filial de Cermaq, pone un poco de paños fríos. «Creo que estamos en una situación complicada, y hay que ponerse serio, pero estamos lejanos a estar en una crisis», dice el ejecutivo, pero envía un mensaje: «La biomasa que se está produciendo hoy es más de lo que teníamos en el peak que fue en 2007».

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