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La Moneda y Guillier ganan el gallito al piñerismo y al laguismo en proyecto de elección de intendentes El corazón de la propuesta fue aprobado por 23 votos a favor más que el quórum mínimo

La Moneda y Guillier ganan el gallito al piñerismo y al laguismo en proyecto de elección de intendentes

Luego de que durante los últimos meses se expresara la tensión que la iniciativa despierta en los ex Presidentes con ganas de ponerse nuevamente la banda, entre las coaliciones políticas que los representan en el Parlamento, después de una extensa discusión que se extendió hasta la madrugada, el proyecto se aprobó y seguirá su tramitación legislativa.


Luego de una larguísima discusión, que se prolongó por casi 8 horas, la Sala del Senado aprobó la elección directa de intendentes. El proyecto requirió meses de una intensa negociación en que La Moneda, representada por el titular de la Segpres, Nicolás Eyzaguirre, debió desplegar esfuerzos hasta última hora e incluso enfrentar un problema informático, porque los terminales del Senado se resetean y algunos de los incisos debieron votarse a mano alzada.

Desde hace semanas este proyecto se había «presidencializado», en el sentido de que los grupos en pugna, tanto oficialismo como oposición, representaron las aprensiones de los ex Presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, respectivamente.

A primera vista las visiones contrapuestas se expresaron en el hecho de cuestionar si las autoridades elegidas tendrían una real competencia, o verdadero poder para ejecutar políticas públicas, teniendo en cuenta que la iniciativa contempla la existencia de un «delegado presidencial» que será de confianza del Presidente. Y, por otro lado, desde La Moneda y otros sectores regionalistas valoran el proyecto como un primer paso importante hacia la descentralización del país.

Sin embargo, en el fondo, en los bandos en contra se expresaron primero los temores, por una parte de Piñera, que de ser elegido tendría al menos 7 intendentes de oposición y, por otra, el proyecto es distinto a la visión que el propio Ricardo Lagos tiene sobre la regionalización y obstaculizaría sus planes en dicho ámbito, de cara a un posible segundo período presidencial.

«Creo que hay que hacer un debate serio sobre descentralización, el tema es más profundo (…). Me habría gustado, sin embargo, algo más amplio. Comenzar por decir cuáles deberían ser las regiones, porque si ustedes lo piensan bien, las regiones que hoy tenemos nacieron el año 78, en dictadura, cuando había una situación vecinal compleja y, por lo tanto, las regiones actuales obedecen más a razones geopolíticas», dijo Lagos.

El ex ministro Jorge Burgos, reconocido laguista,  en tanto, fue más explícito: “Si yo fuera parlamentario, la votaría en contra en las comisiones (…) tampoco votaría la parte eleccionaria mientras no esté definido el esquema de cómo será el financiamiento de los gobiernos regionales y las competencias. Debería estar lista esa ley y estamos empezando –como suele ocurrir en este país– por la cabeza y no por los pies”.

Pero uno de los representantes de esta postura fue Felipe Harboe, quien votó en contra de algunos incisos, «esperando que el Gobierno los perfeccione en la Cámara de Diputados».

De todas formas, el corazón de la propuesta se aprobó superando el quorum esperado, de 22 votos a favor, por 23 votos a favor, 2 en contra, 6 abstenciones y ningún pareo.

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