
La imagen de Chile y la trastienda de la cancelación de las dos citas internacionales que más importaban a Piñera
La renuncia de Chile a ser organizador de dos de las cumbres que más se destacaron en la estrategia de posicionamiento de liderazgo internacional del Presidente Piñera, no sólo significó un nuevo golpe a la estrategia de Gobierno, sino que también, esta ocasión, el otro damnificado fue la imagen de Chile en el exterior. Si bien la decisión se adoptó este miércoles, las señales como la solicitud que haría un grupo de eurodiputados para evitar que sus representantes llegaran a Chile en vista de la violación a los derechos humanos, sumado a la baja de Putin, hicieron del voluntarismo, un imposible.
La Revuelta de Octubre, aún fuera del radar de control para el Ejecutivo, cobró una nueva víctima. Si hace una semana fue el programa de Gobierno, el que se tuvo que desechar, ahora la crisis más grande desde el retorno a la democracia hizo cenizas la estrategia de posicionamiento del Presidente Piñera como líder internacional. La renuncia a ser anfitrión de las dos cumbres com la Apec y la COP 25, envió un sinnúmero de señales al exterior y de pasada quitó el piso a la estabilidad y confiabilidad que Chile construyó durante tantos años y tantos gobiernos.
La imposibilidad para dar garantías de seguridad necesaria que cumbres de alto calibre internacional requieren, habría sido el factor principal para que el Mandatario chileno tuviese que tomar otra de sus decisiones más difíciles, desechar de plano su proyección internacional. Pero además, y como consecuencia de la crisis instalada en el país, diferentes factores fueron de a poco aquilatando la idea de que había que renunciar a la idea de ser anfitrión, el trampolín más grande de la ya fallida estrategia.
El cuestionamiento internacional que se estaba haciendo a la figura presidencial respecto de su eventual responsabilidad en la violación a los derechos humanos, basados en la estadística entregada a diario por el INDH, es otra de las grandes razones por las que se habría tomado la decisión. El haber seguido adelante, señalaron fuentes de Gobierno, hubiese significado poner un parlante aún mayor a las acusaciones, considerando los miles de extranjeros que se esperaban llegaran a Chile.
Se había sumado a la escalada de denuncias, el hecho de que 14 congresistas del Reino Unido habían decidido apoyar una discusión sobre la situación que vive hoy nuestro país. La moción fue apoyada por un grupo transversal, que incluyó legisladores del Partido Liberal Demócrata, el Partido Laborista, el Partido Nacionalista Escocés y el conglomerado galés Plaid Cymru. Los puntos a destacar, consideraban la condena frente a la declaración que hizo el Presidente Sebastián Piñera sobre que el Gobierno de Chile está en guerra y que eso habría generado un contexto de violencia, por lo que además expresaron su profunda preocupación sobre las numerosas denuncias de violación de Derechos Humanos y Violencia Sexual que ha presentado el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
Al mismo tempo, 46 eurodiputados enviaron una carta a la Alta Comisionada de la Unión Europea para asuntos de relaciones exteriores y seguridad, la italiana Federica Mogherini, donde entre otras cosas, se solicitó hacer valer la “cláusula democrática”, sumado a aquello, solicitar el “fin a la represión de la protesta social” y el solicitar información y explicaciones del actuar de las policías y militares. En la casa de Gobierno, la única preocupación es que Piñera no pase a la historia como “un violador de los DDHH, aunque sabemos que no lo es”, sino que mantenga la imagen que dejó en su primer mandato”, señalaron fuentes de Gobierno.
Cabe recalcar que la imagen internacional del Presidente fue una de las prioridades de su mandato 2.0. Catapultarse como un líder internacional ha estado dentro del diseño político de Apoquindo #3000 desde el día uno, pero ha ido de fracaso en fracaso.
Todo partió con su rol en el conflicto Venezolano, en el que destacó una y otra vez las violaciones a los DDHH en el régimen de Nicolás Maduro. Luego, la idea de que en la APEC se firmara un acuerdo para terminar la guerra comercial entre China y EEUU causó grandes expectativas en su círculo cercano, más con la visita de ambos presidentes, más Putin. Lo último, era ser el rostro de la lucha contra el Cambio Climático, un sueño que terminó por el suelo, después de que tuviera que cancelar la COP25.
Para el analista internacional Raúl Sohr, “esto para el Presidente es una verdadera vergüenza a nivel internacional, y esto por su puesto disminuye su estatura, el esperaba, y con razón, que después de la reunión de Apec y la Cop 25, emerger como el gran líder latinoamericano, considerando a Argentina sin Macri, como posible alternativa de liderazgo, con la situación de Bolsonaro de gran aislamiento internacional, sólo con AMLO en frente (…) es creíble que hasta cierto punto el Presidente Piñera tuviera la aspiración de ser el vocero, o el presidente más representativo en América Latina, por lo menos por los dos años que le restaban, pero esto ha quedado en cenizas”.
En una línea similar analizó el caso Gilberto Aranda, académico de la Universidad de Chile. “Es evidente que en las actuales condiciones, Chile no tiene las capacidades para liderar algún tipo de iniciativa internacional, porque estamos en un momento en que hay que concentrarse en la cuestiones domésticas (…) no están condiciones dadas para gravitar o ejercer un liderazgo, entre otras cosas porque el modelo chileno en el mundo muy pocas personas pueden creerlo viable en estas condiciones”.
La interna
Durante la mañana del miércoles, el ministro Teodoro Ribera se encontraba en una reunión con los embajadores en la Cancillería, en dicho encuentro se habría conversado sobre la “compleja situación” que se estaba viviendo en Chile, pero no habían luces públicas de que la COP25 y la APEC fueran a ser canceladas, eso hasta que el Canciller recibió un telefonazo desde Palacio, en donde se le habría comunicado que el punto de prensa con el Presidente y la ministra Carolina Schmidt se realizaría unos minutos después, razón por la que partió a La Moneda.
Ribera sería uno de los ministros más críticos de la forma en la que se ha afrontado el conflicto en el país, razón por la que no ha jugado un rol “protagónico ni de incidencia”. En la Cancillería han habido críticas debido a la desinformación entre los embajadores chilenos en el extranjero, ni siquiera una minuta habría entregado el Ejecutivo, con el fin de ordenar el discurso la primera semana de manifestaciones. “Las únicas versiones oficiales venían desde Presidencia”, señalan desde el organismo.
Al ministro Ribera se le vio incómodo en la rueda de prensa, la versión de que solo fue “notificado de la decisión” y no parte de la salida, habría causado más de alguna molestia al interior del ministerio. Pero la decisión la tomó, según señalan fuentes de gobierno, el Presidente tras “una larga reflexión”. Ni siquiera uno de sus consejeros regalones, Benjamín Salas Kantor, habría tenido acceso al hermético círculo aconsejó al Mandatario, en “la decisión más difícil que ha tomado”, señala un colaborador cercano.
Imagen país
Más allá de las conjeturas respecto de la fallida estrategia presidencial, el rechazar a pocos días de realizarse, dos cumbres internacionales como Apec y Cop, y que en un principio consideraron la visita de los más poderosos mandatarios del orbe, nunca son una buena señal hacia el exterior, coincidieron varios de los consultados, si bien se trata de un sinceramiento a nivel país, no descartaron consecuencias de carácter tanto económico como político.
Para Sohr “la suspensión, son reveses que nadie hubiese imaginado, y dañan no solo al Presidente, sino al país. Hubo una inversión enorme en la proyección de Chile como un país confiable, estable, se hizo una campaña internacional, mostrando a Chile con hermosas imágenes, las de un país emergente, sólido, esto queda hecho trizas (…) un país que no es capaz de acoger en su territorio las conferencias, la señal que está entregando es que es un país en crisis, cosa que el Gobierno intentó cubrir, pero que la realidad es más fuerte”.
En el caso de Aranda, “la imagen de Chile se ha visto afectada, no por las marchas masivas, que hablan de democracia. Pero las imágenes de saqueos, desmanes, que hablan de que se ha perdido de lo que se hacía gárgaras, la estabilidad. La imagen de Chile se ve dañada por la parte violenta del estallido, y esta suspensión va en esa línea: no estamos viviendo estabilidad, las condiciones mínimas no están dadas».