Los dos astronautas transportados por Boeing a la Estación Espacial Internacional a principios de junio no podrán regresar con la nave de esta compañía, que tuvo varios problemas durante el vuelo, y tendrán que regresar a la Tierra con una nave SpaceX, anunció este sábado la NASA.
Debían viajar ocho días al espacio y permanecerán allí ocho meses: los dos astronautas transportados a la Estación Espacial Internacional por la nave Starliner de Boeing no regresarán a la Tierra hasta febrero, y lo harán con SpaceX, anunció la NASA el sábado 24 de agosto.
Las serias dificultades encontradas en la Starliner llevaron a la difícil decisión de no utilizar esta nave para traer de regreso a la Tierra a Butch Wilmore y Suni Williams. Un desaire para Boeing, ya estancada por los repetidos reveses de sus aviones.
“La NASA ha decidido que Butch y Suni regresarán con la tripulación Crew-9 el próximo febrero, y que Starliner regresará sin tripulación”, dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson, en una conferencia de prensa después de una reunión del comité de toma de decisiones el sábado.
Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams despegaron a principios de junio a bordo de la Starliner y desde entonces han estado en la ISS, donde la nave permanece atracada.
Inicialmente se suponía que los traería de vuelta a la Tierra ocho días después, pero los problemas detectados en su sistema de propulsión llevaron a la NASA a cuestionar la fiabilidad de la nave Starliner. Y considerar una solución de emergencia radical: traer de regreso a sus pasajeros, que ya pasaron dos meses y medio en el laboratorio espacial, con una misión regular de SpaceX en febrero.
Desde hace semanas, los equipos de Boeing y de la NASA llevan a cabo pruebas para comprender mejor la causa de los problemas encontrados durante el vuelo, en particular en los propulsores de la nave espacial.
La principal preocupación es que la Starliner no pueda lograr el empuje necesario para salir de la órbita y comenzar su descenso hacia la Tierra.
Al considerar que la nave no es lo suficientemente segura, la NASA la condenó a regresar vacía a la Tierra.
Por lo tanto, una misión regular de SpaceX, llamada Crew-9, debería despegar a finales de septiembre, llevando sólo dos astronautas en lugar de cuatro. Permanecería acoplada a la ISS hasta su regreso a la Tierra, previsto para febrero. Y luego traería de vuelta a los dos náufragos de Boeing, además de a los dos astronautas de la Crew-9.
Boeing aseguró a principios de mes que estaba “confiado” en la capacidad de Starliner “para regresar sana y salva con la tripulación”. Pero la NASA, extremadamente cautelosa desde los accidentes mortales de los transbordadores espaciales Challenger y Columbia, persistió en exigir análisis adicionales.
Esta decisión daña aún más la imagen de Boeing, que también está en crisis tras una serie de fallos en sus aviones.
Hace diez años, la NASA encargó a Boeing y a SpaceX nuevas naves espaciales para transportar a sus astronautas a la ISS. Con dos vehículos, no quiere quedarse sin solución en caso de problemas con uno u otro.
Pero la empresa de Elon Musk ha superado ampliamente a Boeing y desde hace cuatro años desempeña exclusivamente el papel de taxi espacial estadounidense.
Este primer vuelo tripulado de Starliner, realizado con años de retraso debido a contratiempos durante su desarrollo, iba a ser la última prueba antes de comenzar las operaciones regulares.