La derecha actuó como bloque, unida y sin matices. Las dos capítulos contra el exjuez fueron aprobados, no hubo abstención o declaración de inhabilidad y nadie cuestionó el permiso constitucional de una senadora para cambiar quórum y garantizar la mayoría.
En La Moneda reconocen que la aprobación de la acusación constitucional contra el ahora exministro de la Corte Suprema Sergio Muñoz golpeó al oficialismo, porque la derecha actuó como bloque, unida y sin matices. Las dos capítulos contra el exjuez fueron aprobados, no hubo abstención o declaración de inhabilidad y nadie cuestionó el permiso constitucional de una senadora para cambiar quórum y garantizar la mayoría. De Ximena Rincón (Demócratas) a Rojo Edwards (Partido Social Cristiano) estuvieron de acuerdo respecto al futuro de Muñoz.
Poder económico aglutina a la derecha. En el oficialismo interpretaron lo sucedido como la demostración de que el poder económico aglutina a la derecha y dan como otro ejemplo la derrota del Apruebo en septiembre de 2022. Un ministro me explica la tesis: «Todo esto fue hecho con mucho cuidado, mira las tres primeras cartas de El Mercurio el jueves: Rodrigo Hinzpeter, director y abogado de empresas del Grupo Luksic; Jorge Quiroz, director de la Bolsa de Comercio y de empresas; y Jorge Ronda Tampier, exgerente general Puerto Castilla». El poder económico celebró salida del exsupremo Muñoz.
Ángela Vivanco no se iba sola. Junto a su pareja Gonzalo Migueles, la exministra Vivanco fue la primera afectada con el caso Hermosilla. Los ministros María Teresa Letelier y Mario Carroza también estuvieron mencionados, pero el foco terminó puesto en los ministros Jean Pierre Matus y Muñoz. Cuando el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, constituyó la Comisión de Ética con el apoyo de Sergio Muñoz, Andrea Muñoz y Gloria Ana Chevesich, comenzó una guerra sucia destinada a terminar con la carrera judicial de Muñoz.
Ángela Vivanco y su take over de la Tercera Sala. En el Pleno de la Suprema realizado la semana pasada para definir la remoción de la entonces ministra Vivanco, hubo dos conversaciones que alarmaron a los supremos. En la primera, Vivanco le advertía a Luis Hermosilla que estaba peligrando el ascenso de Mario Carroza a la Suprema para integrar la Tercera Sala y Hermosilla responde que «SP (Sebastián Piñera) ya tomó la decisión». Y la segunda fue donde Vivanco celebra la llegada de María Teresa Letelier al alto tribunal, señalando: «Con esto terminaríamos de hacer el take over (control) de la Tercera Sala». La salida de Sergio Muñoz deja a Adelita Ravanales, cercana a Vivanco, como la nueva presidenta de la Tercera Sala.
Es una caricatura. En la derecha niegan categóricamente esta premisa de defensa del sector privado y consideran que es una caricatura. Insisten en que el caso Fundamenta y el tema patrimonial de la hija de Muñoz fueron los elementos tomados en cuenta para la acusación, aunque reconocen ser críticos de la manera de impartir justicia del exjuez y advierten que no es privativo de la derecha el cuestionamiento a la idea de Muñoz respecto a que «interpretar el derecho es un arte, no es una ciencia». Las elecciones municipales serán una prueba para la unidad que logró el exjuez Sergio Muñoz.
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