
Dentro del intestino, el pequeño dispositivo empieza a detectar y a medir los gases que se producen y esa información la transmite a un teléfono inteligente.
El objetivo, según los investigadores, es que el sensor proporcione información, de una precisión sin precedentes, para diagnosticar con mayor eficacia desórdenes y enfermedades gastrointestinales.
De acuerdo con sus inventores, sus ensayos en personas se convirtieron en la primera transmisión en vivo desde el intestino sin tener que apelar a procedimientos invasivos.
