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COVID-19 en Pekín: compras de pánico y temor a nueva ola de contagios MUNDO Créditos: DW

COVID-19 en Pekín: compras de pánico y temor a nueva ola de contagios

Muchos habitantes de la capital china se abastecieron de alimentos y productos básicos en los últimos días por temor a una nueva ola de casos de coronavirus. Muchos temen un confinamiento similar al ocurrido en Shanghái.


Mientras el confinamiento en Shanghái ya va por la cuarta semana, Pekín se prepara para un posible aumento de casos de COVID-19. Las autoridades sanitarias planean testear al 90 % de los 21 millones de habitantes de la capital china, según medios de comunicación estatales.

La gente vacía supermercados en Pekín

Aunque solo se han detectado 70 casos en Pekín desde el viernes pasado, las noticias sobre los tests masivos provocaron que muchos pekineses compraran cantidades enormes de alimentos y productos básicos.

«Después de ver los problemas de la gente en Shanghái con los productos básicos durante las semanas de confinamiento, muchas personas en Pekín corrieron a los supermercados y se abastecieron de arroz, fideos y papel higiénico», dijo Guo, quien pidió ser identificado solo por su apellido por miedo a represalias.

Los supermercados y las plataformas de comercio electrónico prometieron aumentar su inventario y evitar el aumento de los precios de los productos básicos.

El diario progubernamental Global Times informó que los proveedores locales habrían asegurado que no había escasez de productos, y que los precios de las materias primas se mantendrían estables.

Compras de comestibles, «mayor que antes»

«Dado que Shanghái y Pekín tienen más de 20 millones de habitantes, la gente está prestando más atención al confinamiento en Shanghái, y eso puede haber causado que el nivel de compra de comestibles sea mayor que antes», afirmó Gu.

Mientras Pekín toma medidas para minimizar un posible nuevo brote, las autoridades locales describen la estrategia actual como efectiva. Lu Hongzhou, jefe del equipo de expertos antiepidémicos de Shenzhen, dijo al Global Times que los tests PCR a gran escala «ayudarán en gran medida a controlar la epidemia».

Otros expertos piensan que las autoridades pekinesas parecen haber aprendido algunas lecciones de la experiencia en Shanghái. «La cantidad de casos confirmados en Pekín el pasado fin de semana fue similar a los de Shanghái el 3 y 4 de marzo», dijo Xi Chen, profesor asociado de política y economía de la salud en la Escuela de Salud Pública de Yale.

«Shanghai esperó 10 días para endurecer las medidas de salud pública y al final aplicó un confinamiento el 28 de marzo”, criticó.

Evitar situaciones como en Shanghái

Chen también advierte que se deberían evitar las terribles condiciones que experimentaron millones de personas en Shanghái después de que se aplicara un confinamiento sin previo aviso.

A diferencia del descontento público generalizado en Shanghái, algunos habitantes en Pekín dijeron a DW que hay gente en la ciudad que está a favor de la implementación de las medidas de control por parte de las autoridades: «Creo que algunas personas están relativamente tranquilas ante la posibilidad de que se produzca un confinamiento, ya que creen que las autoridades no permitirían que la capital de China experimente la misma situación que en Shanghái», dijo una mujer de apellido Wang, que por seguridad pidió que se omitiera su nombre.

La gente no puede trabajar

«Actualmente, la gente no puede volver a trabajar, ni las fábricas a la producción, ni los estudiantes a la escuela, y los que no tienen fuentes de ingresos estables, pueden enfrentarse a situaciones aún peores», escribió un usuario en el sitio web chino Weibo.

Chen, de la Universidad de Yale, dijo a DW que los costos por la estrategia «cero covid» de China están aumentando sin cesar, y las restricciones, tras los brotes locales en Pekín, podrían crear más tensiones sociales y políticas que en otras partes de China.

«A diferencia de muchos países desarrollados, que han estado ayudando a las comunidades, empresas y familias a lidiar con la pandemia con programas de asistencia social, en China aún carecen de ellos», explicó. «Por lo tanto, China tiene que hacer todo lo posible para eliminar la propagación del coronavirus a corto plazo, y evitar así que se produzcan problemas económicos y sociales más graves”.

Otros expertos creen que la variante ómicron es un dilema para el gobierno chino, que sigue apostando por la estrategia «cero covid». Según Chunhuei Chi, director del Centro para la Salud Global en la Universidad Estatal de Oregon,  EE. UU., «las medidas estrictas solo retrasan la propagación del virus, y si estos gobiernos solo se concentran todavía en contabilizar los casos, tendrán que continuar con la política de cero-COVID”.

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