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Gabriela Clivio: “Tenemos que dialogar; decir ‘como gané, todo se hará como yo quiero’, no sirve”

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Iván Weissman Senno
Por : Iván Weissman Senno Editor El Mostrador Semanal
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A semanas de la segunda vuelta, la economista pasó por La Mesa con una advertencia al que llegue a La Moneda. Además, analizó el verdadero estado de la economía, la herencia que recibirá el próximo Gobierno y por qué Chile está “mejor que hace años, pero lejos de donde debería estar”.


La economista Gabriela Clivio fue la invitada a La Mesa de El Mostrador esta semana. En una conversación franca y directa, partió con un diagnóstico que pega fuerte: “La economía en Chile hoy está en una situación triste. No es una emergencia, pero tampoco es la situación en la que debiéramos estar para seguir sacando gente de la pobreza”.

Su punto de partida es simple: Chile dejó de crecer como país de ingreso medio-alto. “Somos un lindo país esquina con vista al mar, una economía pequeña y abierta que sigue siendo emergente… y estamos creciendo menos que una economía desarrollada”, dijo. Y el problema no es semántico: “Crecer al 2% o 2,5% no nos va a permitir mejorar de verdad el ingreso per cápita ni la calidad de vida de la gente”.

Para Clivio, académica de la FEN y socia de Vios Consulting, el frenazo no es algo nuevo: “Desde 2014 el PIB per cápita de Chile, como porcentaje del promedio de la OCDE, se ha ido deteriorando. Llevamos una década perdiendo terreno”.

El próximo Gobierno –sea el que sea– heredará una mochila pesada. La economista fue extremadamente clara: “Lo que enfrenta el nuevo Gobierno es revertir los impedimentos para que se materialice la inversión: permisología, estudios de impacto ambiental mal gestionados y trabas que han frenado el crecimiento”.

Pero también puso el dedo en la política: “Los retiros de fondos de pensiones fueron un autogol: generaron un daño del que todavía no se repone, aunque la señora Juanita no lo vea”.

La conversación también aterrizó en la calidad del diálogo político. Clivio lo resumió con una frase que vale titular:

“Tenemos que dialogar. Sentarse a decir ‘como yo gané, todo se hará como yo quiero’, no sirve. Así no se construyen acuerdos duraderos”.

A pesar del diagnóstico duro, sorprende su balance final: “Soy optimista por naturaleza, pero hoy estoy más optimista que en los últimos años. Eso sí: optimismo con cautela y con los pies bien puestos en la tierra”.

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