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El humor puede actuar como píldora motivadora del aprendizaje

Los expertos señalann que se puede usar durante las clases a modo de «píldora motivadora».


El sentido del humor y sus múltiples beneficios en las relaciones de las personas mayores, en la integración de los presos o en el ámbito de la educación, son estudiados por expertos internacionales reunidos esta semana en Madrid.



Más de un centenar de investigadores llegados de todas las latitudes participan en el XX Congreso de la Sociedad Internacional para los Estudios de Humor (ISHS), inaugurado el martes y que será clausurado mañana.



Después de que numerosos trabajos hayan destacado que el humor estimula la risa y la estimulación a través de la risa conlleva una serie de beneficios para la salud, ahora los expertos tratan de ahondar en como el humor mejora hábitos como el aprendizaje.



La profesora argentina Mónica Guitart, de la Universidad Nacional de Cuyo, explicó como aplica el humor en sus clases a modo de «píldora motivadora».



Guitart, que imparte clases de matemáticas a futuros ingenieros, indicó que trata de enseñar utilizando chistes o escenas lúdicas que despierten el interés o el debate entre los alumnos.



«Porque -añadió- el gran desafío como docente es que los alumnos al recordar el chiste evoquen el concepto matemático que está en él».



Y así puso como ejemplo que al explicar en sus clases el comportamiento de una variable matemática, podría pedir a sus alumnos calcular la cantidad de helados vendida a lo largo de un año, pero, sin embargo, solicita la cantidad de maniobras que tiene que hacer una mujer para aparcar entre dos vehículos.



Y, prosiguió, como existe el tópico de que la mujer es menos hábil que el hombre en el manejo de los automóviles, «los alumnos recuerdan el chiste y el concepto del patrón de comportamiento de una variable».



Guitart aseguró que de esta forma es fácil recordar conceptos, porque han «llegado a través de emociones positivas y no solo a través de conocimientos fríos».



Aprendizaje



La investigadora, que ha presentado en el Congreso su trabajo «Permitido reír, estamos en clase», se refirió también a las reticencias de los docentes a aplicar el humor en sus clases, porque creen que pueden perder el control de los alumnos.



Sin embargo, precisó, cuando éstos últimos se dan cuenta de que riéndose pueden trabajar y les favorece su aprendizaje «inmediatamente empiezan a disfrutar».



En el foro, que se celebra en el escenario de la Universidad de Alcalá de Henares, en las proximidades de Madrid, se ha celebrado también un seminario sobre gelotofobia, que investiga el temor a reír que experimentan algunas personas.



Además, se han presentado distintos trabajos sobre como puede mejorar la convivencia y el aprendizaje de los presos con propuestas de humor, una actitud que también favorece a las relaciones sociales de las personas mayores.



El Congreso ha servido además para presentar las investigaciones del profesor japonés Yoji Kimura, estudioso del humor y quien trabaja en la «máquina de la risa».



El aparato trata de evaluar cuánto está disfrutando una persona con su risas, así como descubrir la actitud de una persona por su tipo de sonrisas.



EFE

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