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EE.UU. consideró que robo de bebés en la dictadura argentina respondía al «plan» contra el comunismo

Unos 3.300 jóvenes argentinos han acudido a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para investigar su procedencia debido a que se calcula que unos 500 bebés fueron robados a sus padres. Eliot Abrams, ex subsecretario de Estado del país norteamericano planteó que aquello respondió a la idea de separar a esos niños de sus familias biológicas, a las que se consideraba «poco confiables», para entregárselos a otras «leales» a los militares.


El Gobierno del presidente estadounidense Ronald Reagan (1981-1989) consideraba que el robo de bebés durante la última dictadura argentina (1976-1983) respondía a «un plan», declaró este jueves a la Justicia de Argentina Eliot Abrams, ex subsecretario de Estado del país norteamericano.

«No se trataba de uno o dos casos, ni de uno o dos oficiales involucrados, sino de muchos, por lo que había un patrón, un plan» para separar a esos niños de sus familias biológicas, a las que se consideraba «poco confiables o comunistas», para entregárselos a otras «leales» a los militares, dijo el ex diplomático.

Mediante una vídeoconferencia, Abrams declaró ante el Tribunal Oral Federal 6 de Buenos Aires, que lleva adelante un juicio en el que se ventila el plan sistemático de robo de bebés ejecutado durante la última dictadura argentina.

En su declaración, el estadounidense manifestó que no recuerda ningún caso de robo sistemático de hijos de prisioneros políticos como el ideado por los militares argentinos.

«Fue el peor caso entre todas las dictaduras y regímenes militares que había en esos años en América Latina y Asia», sostuvo.

Abrams apuntó que en aquellos años sugirió al entonces embajador argentino en Estados Unidos, Lucio García del Solar, «que la Iglesia podría ayudar» a resolver el tema porque su país consideraba a ese diplomático «no como un hombre de la dictadura sino un hombre de un futuro Gobierno, un demócrata».

Comentó que el tema fue tratado en un encuentro a solas el 3 de diciembre de 1982 y dijo que abordó el asunto de los bebés porque «era el problema más importante de los derechos humanos» en Argentina, ya que «se trataba de niños vivos» y no de desaparecidos, a los que daban por muertos.

En esa ocasión, redactó un informe de la reunión, que al ser desclasificado por el Departamento de Estado en 2002 motivó a las Abuelas de Plaza de Mayo, querellantes en este juicio, a pedirle su testimonio en este proceso oral y público.

En este juicio, que comenzó hace un año y está próximo a su final, están sentados en el banquillo de los acusados los ex dictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone, los exmarinos Antonio Vañek, Jorge «Tigre» Acosta, Rubén Franco y Juan Antonio Azic, el general Santiago Riveros y el médico militar Jorge Magnacco.

A ellos se les sumaron Víctor Gallo y Susana Colombo, apropiadores de un niño que recuperó su verdadera identidad gracias a las acciones de las Abuelas de Plaza de Mayo, cuyo caso se incorporó una vez comenzado el proceso.

Por iniciativa de las Abuelas, unos 3.300 jóvenes argentinos han acudido a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) para investigar su procedencia debido a que se calcula que unos 500 bebés fueron robados a sus padres durante la dictadura, de los cuales más de cien recuperaron su verdadera identidad.

Unas 30.000 personas desaparecieron en Argentina en los «años de plomo», según los organismos de derechos humanos.

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