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Crédito: EFE
Tras la marcha del domingo exigiendo al líder socialista que llame a elecciones parlamentarias, el presidente del Gobierno español respondió que los manifestantes actúan con “deslealtad”. La masividad de la convocatoria es parte de la polémica, pues la policía contabiliza 45 mil personas, mientras en la oposición elevan la cifra a 200 mil.
Con decisión respondió el presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, a las duras críticas en contra de su administración que se expresaron en una masiva manifestación en Madrid este domingo, que unió por primera vez a toda la oposición de derecha.
El mandatario español aclaró que “el Gobierno de España trabaja por la unidad de España, que significa unir a los españoles y no enfrentarlos. No lo que hacen las tres derechas en [la manifestación de la plaza de] Colón, que buscan dividir”.
Explicando que los socialistas siempre han estado a favor del diálogo y de la Constitución española, Sánchez acusó que los derechistas, por contraparte, “cuando están en el Gobierno exigen lealtad y cuando están en la oposición lideran la crispación. A eso lo llaman patriotismo. Pues no. Eso es deslealtad”.
Con estas palabras, el presidente del Gobierno español respondió a la manifestación que tuvo lugar en Madrid el pasado domingo. Si bien las cifras han sido disputadas –el Gobierno contabiliza 45 mil manifestantes, mientras la oposición declara que el total asciende a 200 mil–, la protesta consiguió unir a las “tres derechas” españolas bajo un objetivo compartido.
De este modo, la derecha conservadora del Partido Popular (PP), la liberal de Ciudadanos y la ultraderecha de Vox se manifestaron juntas, apareciendo sus tres líderes apoyando una causa común: criticar al Gobierno de Sánchez por su manejo de la crisis independentista en Cataluña.
Según consigna El País, el Gobierno de Sánchez ha rechazado de plano la propuesta de un referéndum en que Cataluña pueda decidir si se independiza de España. Sin embargo, sí ha abierto las puertas a una posible “convivencia” que sea diferente de la manera autoritaria en que el Gobierno anterior del PP intentó manejar la crisis.
Esto ha desatado la furia de la derecha, que ha acusado a Sánchez de “dejar que los separatistas marquen el camino”, según consigna Efe, en palabras del presidente de Ciudadanos Albert Rivera. Por su parte, el presidente de Vox, el ultraderechista Santiago Abascal, abogó por la suspensión de la autonomía en la región de Cataluña y acusó al Gobierno de Sánchez de “traición”.
