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Trump ordena a sus embajadas que suspendan todas las entrevistas a aspirantes a estudiar en EE.UU. MUNDO

Trump ordena a sus embajadas que suspendan todas las entrevistas a aspirantes a estudiar en EE.UU.

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Esta decisión se enmarca en una ofensiva de la administración Trump contra universidades tradicionales como Harvard, a las que acusa de desafiar sus directrices políticas. Incluso, se dispone a cortar todos los fondos federales del plantel de estudios.


La administración Trump ordenó a sus embajadas y consulados en todo el mundo a suspender de forma inmediata la programación de nuevas entrevistas para estudiantes internacionales que soliciten visados para el próximo periodo académico. La medida, aún temporal, fue comunicada a través de un cable oficial firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y responde a un plan más amplio para endurecer los controles migratorios en el ámbito educativo.

Según ha reveló el portal Politico, esta decisión afectará a estudiantes de todo el mundo que pretendían comenzar sus estudios en Estados Unidos a partir del otoño (primavera del hemisferio sur), ya sea mediante becas, programas de intercambio, traslados universitarios o financiación propia. La suspensión se aplica a los visados de tipo F, M y J, que son los más comunes entre los estudiantes y visitantes académicos internacionales.

Por si la suspensión fuera poco, la administración Trump está evaluando exigir a todos los estudiantes extranjeros que quieran estudiar en suelo estadounidense, que se sometan a una verificación de redes sociales. Eso significa que revisarán sus perfiles sociales y si encuentran algo que se considere crítico o cuestionable, también suspenderán los permisos de visado.

Trump se dispone a cancelar todos los fondos federales destinados a la Harvard

También, la administración del presidente Donald Trump se dispone a cancelar todos los contratos federales restantes del gobierno federal con la Universidad de Harvard, por un valor estimado de 100 millones de dólares, según una carta que se enviará este martes a las agencias federales y que recogen medios locales.

El Comisionado del Servicio Federal de Adquisiciones, Josh Gruenbaum, ordena en la misiva a las agencias federales que revisen sus contratos, rescindan aquellos que consideren no cruciales, y que, de ser necesario, los transfieran a otros proveedores.

“La Administración de Servicios Generales de EE.UU. (GSA) está ayudando a todas las agencias federales en la revisión para la rescisión o transición de sus contratos del gobierno federal con la Universidad de Harvard y sus filiales”, dice un borrador de la carta, publicado hoy por The New York Times.

“Esta revisión se alinea con la directiva de la administración de que todos los servicios federales contratados defiendan y promuevan firmemente las prioridades estratégicas de la agencia”, añade la carta.

De acuerdo con el rotativo, la última carta, fechada este martes, se entregará hoy a las agencias federales. La misiva instruye a las agencias a responder antes del 6 de junio con una lista de las cancelaciones de contratos.

No obstante, los contratos de servicios considerados críticos no se cancelarían de inmediato, sino que se transferirían a otros proveedores.

En tanto, la carta es el último ejemplo del plan del presidente de los Estados Unidos de reforzar el control a una de las universidades más prestigiosas del país Harvard atacando su salud financiera.

Desde el mes pasado, la administración Trump ha congelado cerca de 3.200 millones de dólares en subvenciones y contratos con Harvard y, además, le ha prohibido matricular a estudiantes internacionales, aunque esta última orden ha sido de momento paralizada por un juez.

El Gobierno de EE.UU. ha presentado sus acciones contra Harvard como una lucha por los derechos civiles, ya que ha acusado a la universidad de tener un sesgo “woke” (progresista), de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.

La carta de Gruenbaum alega que Harvard ha continuado con “la discriminación racial (es decir, contra la población blanca), incluso en su proceso de admisión y en otras áreas de la vida estudiantil” y dice que el gobierno está “al tanto de los recientes eventos en la Universidad de Harvard que incluyen acciones antisemitas que sugieren que la institución tiene una preocupante falta de consideración por la seguridad y el bienestar de los estudiantes judíos”.

Por su parte, Harvard ha optado por acudir a la vía legal: el mes pasado, presentó una demanda que busca la restauración de los fondos federales, y la semana pasada solicitó a un tribunal federal que restablezca su derecho a matricular a estudiantes internacionales.

La semana pasada, la jueza Allison D. Burroughs restableció temporalmente el derecho de Harvard a matricular a estudiantes internacionales, y una audiencia el jueves determinará si dicha orden debe extenderse.

La universidad cuenta con unos 6800 estudiantes internacionales, lo que representa el 27 % de su matrícula total. El presidente de Harvard, Alan M. Garber, calificó la cancelación de su capacidad para matricular a estudiantes internacionales como un golpe potencialmente devastador.

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