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La Mesa de Diálogo y los «extravíos históricos» del Presidente Lagos


Hoy, con el acuerdo de la llamada mesa de diálogo y el discurso del Presidente Lagos se vuelve a pretender imponer una visión grotesca, desde el punto de vista político, social, cultural, y sobre todo moral y ética de lo sucedido a contar del 11 de septiembre de 1973.



Primero se niega el hecho del golpe militar y se le reduce a «hechos del 11 de septiembre». Sin embargo, son millones de seres humanos que recuerdan como el día de hoy ese martes 11 de septiembre de 1973, cuando las Fuerzas Armadas mediante una conspiración financiada desde EE.UU. dieron el Golpe de Estado contra el Gobierno constitucional de Salvador Allende.



Fue un dolor mundial. La alegría y esperanzas democráticas se derrumbaban bajo el bombardeo, con las matanzas, las detenciones masivas y el terror impuesto.



Sin embargo, el Presidente Lagos pretende hoy con frases para el bronce, como que «no hay historia oficial», el que no haya Historia Real, con lo cual ni más ni menos pretende negarnos la capacidad de conocer, analizar y concluir sobre hechos objetivos: la violencia más brutal, el genocidio iniciado con el golpe militar del 73.



No se trata sólo de una pretensión intelectual, sino de una intención política. ¿Y la investigación y condena realizada por tantos organismos internacionales, la Comisión Internacional Investigadora de los Crímenes de Pinochet, las 16 sucesivas condenas a la dictadura por la asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), no existen para el Presidente Lagos?



Como si siempre no existieran interpretaciones de la historia de acuerdo a distintos intereses. Así ha sucedido con esclavos y esclavistas, pueblos originarios e invasores. Pero siempre existirá la capacidad objetiva de establecer la Verdad Histórica que parte de la exigencia del sentido de la sociedad humana: aquella que condena el crimen, la humillación, la explotación de otros seres humanos.



Y lo sucedido en Chile hace 17 años fue un Golpe Militar, sucedido por genocidio, terrorismo de Estado, tortura, secuestro que conforman crímenes contra la Humanidad.



Venir a establecer que fue «la espiral de violencia de los años 60» la que creó las condiciones para el Golpe Militar es inaceptable y con ello sólo se pretende justificarlo. O sea, la dictadura era inevitable por la «espiral» de violencia. Ä„Qué callen a los que les conviene callar! Pero bien sabemos que los años 60 se caracterizaron por la existencia de un Chile más democrático que se planteó y realizó cambios que requería con urgencia la sociedad chilena: la Reforma Agraria, la participación de los trabajadores, la Reforma Universitaria y el desarrollo de un maravilloso movimiento popular y democrático.



El Presidente Lagos habla del «extravío» de todos, que llevaron a los «hechos», vale decir, estos «hechos», y que el Gobierno de Allende es parte de ese extravío. O sea, que al final de cuentas Pinochet tenía razón. Por eso Pinochet y la derecha aplauden este acuerdo.



Hay distintas mesas: sencillas, hermosas por su pobreza y generalmente siempre con flores al centro; mesas elegantes y llenas de complicados cubiertos y pantomimas; mesas de juego y de apuestas; mesas de negociación y transacción y mesón de mercaderes. Duro, asqueroso, pero así es: fue una Mesa donde se negociaron los restos de los Desaparecidos, Ejecutados, a quienes destriparon, cortaron con corvos, a cuchillazos, les arrancaron las uñas, las manos, a cambio de qué, ¿la paz, la transición, el futuro?



Sobre el crimen y la matanza no se construye nada.



El tercer Gobierno de la Concertación asume una responsabilidad histórica por este paso, aunque haremos todo por impedirlo.



Ä„Todo una gran mentira e hipocrecía para blanquear a los golpistas y criminales! Ä„Si El Mercurio titula con letras grandes: «Ä„Estalló la paz!» Quiere decir que los culpables se han aliviado.



Se ha aprobado una ley que impone el llamado «secreto profesional», asunto que debilita la vía jurídica, protege a los culpables y fortalece la ley de amnistía impuesta por Pinochet. El gobierno y el parlamento, salvo muy honrosas excepciones, asumen toda la responsabilidad de este paso antidemocrático.



Por favor hagamos todos algo hoy día -no mañana-; los intelectuales, escritores, artistas, dramaturgos, pintores, científicos, las universidades, los estudiantes, los trabajadores, las mujeres, todos no podemos permitir que un gobierno en el cual muchos tuvieron esperanzas y creyeron en sus palabras iniciales, presidido por un militante socialista, pueda llevar adelante lo que no fueron capaces los dos gobiernos anteriores: la amnistía de los culpables y la impunidad.



Una campaña por la Verdad y Justicia día a día, todas las horas, todos los meses que sea necesario, convencidos y convencidas que «superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor»



Este es nuestro homenaje de hoy a Salvador Allende.





La autora es Secretaria general del Partido Comunista

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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