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Las Torres en llamas


El sábado 19 de febrero estaba con mi mujer en un tour en el Parque Nacional Torres del Paine, como cualquier otro turista. Justo en esos momentos comenzó el incendio que ha dado lugar a tantos comentarios. Es así que pude presenciar a alrededor de 30 funcionarios de Conaf llegar a la zona. Estos guardaparques de Torres del Paine lucharon durante cuatro días en la más total soledad y sin contar con los implementos y herramientas eficaces para enfrentar un incendio forestal en desarrollo.



Como es sabido, el órgano responsable para el combate de incendios es la Conaf. No obstante, se objeta que recién el lunes 21 llegaron brigadistas de Argentina; que al quinto día del incendio se habrían quemado alrededor del doble de hectáreas calcinadas durante los anteriores cuatro días; que el miércoles 23 de febrero recién llegó un helicóptero; y que sólo ocho días después de iniciado el incendio llegó un avión cisterna. Más aún, en la página web de Conaf (www.conaf.cl), en el link del Parque Torres del Paine, se puede ver que este organismo arrienda cocinillas a gas en el sector Lagunillas, en que se inició el incendio.



Lo anterior da cuenta de cierto grado de improvisación, poca preparación y ausencia de planes adecuados de respuesta del órgano que debe actuar ante los incendios forestales, Conaf, lo que hace necesario investigar la eficacia y la celeridad de la respuesta del organismo ante el incendio forestal de Torres del Paine.



Ya es una cuestión de consenso la opinión de que la Conaf es un órgano débil, pues es privado, una corporación de derecho privado y no estatal. Desde 1984 la Conaf tiene una ley propia, y presupuesto propio, con fuertes facultades fiscalizadoras. Pero la vigencia de esta ley depende de que el Presidente disuelva por decreto la actual Conaf, lo que en 20 años no se ha hecho.



Más que lograr una cuña de la prensa, o intentar aparecer desesperadamente en la televisión, opté por continuar con mi preocupación frente al tema. Ya en 1996, junto a otros diputados presenté un Proyecto de Ley para aumentar las penas de los incendios forestales. En el inciso 2ÅŸ se elimina conmutar (reemplazar) la pena de cárcel a la multa misérrima con que se condena en estos casos. Lamentablemente el proyecto de ley fue archivado, dándosele prioridad a la Ley de Bosque Nativo.



También fui autor de un Proyecto de Acuerdo, aprobado por la Cámara de Diputados ya hace cuatro meses, en que se solicitó al Presidente que disolviera la Conaf privada, activando así la Ley de una pública. Luego de su aprobación, fui junto a otros dos diputados donde el Ministro Secretario General de la Presidencia para reiterar estas intenciones al Poder Ejecutivo. Posteriormente, visité al Fiscal Nacional, Guillermo Piedrabuena, solicitando la dictación de un Instructivo General que obligue a los fiscales regionales no aplicar el principio de oportunidad (conmutación de penas, aplicación de multas, o simplemente, renunciar a la acción penal) cuando se cometa un delito que afecte al patrimonio cultural y natural de Chile.



Finalmente, el miércoles 2 de marzo de 2005 subrogué la presidencia de la Comisión de Medio Ambiente, en la cual solicité, y así se acordó, la investigación del actuar de la Conaf durante el incendio de Torres del Paine, examinando la celeridad y eficacia de su acción.



En nuestro país existen cerca de 40 millones de hectáreas vulnerables a los incendios forestales. De esta cifra, 90% (es decir, unos 37 millones de has.) está bajo el resguardo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que destina entre 7,5 y 8 millones de dólares a la prevención y el combate del fuego por temporada. Si bien la cifra parece importante, no es ni la mitad de lo que invierte la industria maderera nacional, quienes tienen a su cargo la protección del 10% restante de plantaciones (tres millones de hectáreas), en el que invierten unos 20 millones de dólares anuales.



Con todo esto, Chile hace gala de su desprotección del patrimonio nacional, siendo que está íntimamente ligado a nuestra identidad, a lo que queremos entregar a las futuras generaciones de chilenos e incluso al mundo. Este es el fenómeno que pretendemos revertir con la acción parlamentaria.





<b<Alejandro Navarro Brain es diputado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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