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Sepulcros blanqueados

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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En los próximos días tendremos la visita siempre grata de Fernanda Urrejola en nuestras casas cuando nos conectemos a la televisión, o escuchemos nuestra radio favorita, para recibir a destiempo un mensaje sin destino que responde a una posición hipócrita.


Por Ricardo Manzi*

El primer lunes de agosto se lanzó la campaña publicitaria cuya figura ancla es Fernanda Urrejola quién ha comenzado a irrumpir en nuestros hogares promoviendo la inscripción, cuando sólo falta un mes para el cierre de los registros electorales. Esta tomadura de pelo de costo millonario y breve extensión temporal ha sido la respuesta que el gobierno de Bachelet y esa institución, hasta ahora de dudosa utilidad social que es el Instituto Nacional de la Juventud  -Injuv -, ha puesto a disposición de la ciudadanía luego de haber desahuciado el proyecto de ley sobre inscripción automática y voto voluntario.

Con la inscripción automática y el voto voluntario ha ocurrido de todo. Primero, costó conseguir el acuerdo de la oposición y la Concertación le sacó partido a este hecho político por largo tiempo inculpando a aquella que no se concretara. Segundo, cuando finalmente prestó su acuerdo,  fue la misma Concertación la que le puso la lápida y Viera-Gallo con un descaro sorprendente señaló que ese acuerdo quedaría como un legado del gobierno de Bachelet.

Sin embargo, lo cierto es que en las elecciones presidenciales y parlamentarias de diciembre próximo, muchos se quedarán sin emitir preferencia, aunque el Injuv y muchos otros decían querer esa solución largamente postergada. ¿Qué explicación pueden dar a esta retractación?

Bachelet por su parte, efectuó una declaración políticamente correcta, que sólo acrecía a su personal patrimonio político, sosteniendo que prefería la inscripción automática y el voto voluntario, sin embargo a pesar de estar dotada de todo el poder del Estado, especialmente por el manejo discrecional de las urgencias para el tratamiento de los proyectos de ley, nada hizo por concretar este anhelo sobre el que ya existía acuerdo. ¿La Presidenta está obligada a dar una explicación a la ciudadanía?

Lamentablemente ya nos estamos acostumbrando a este tipo de declaraciones en las que se dice que sí, pero se hace que no, sólo para quedar bien ante la ciudadanía simulando el real sentir de quienes las emiten.

El intencional naufragio de este proyecto, -motivado por encuestas nada favorables para la coalición gobernante-, sucedió a mediados de abril pasado y sabiendo el gobierno lo que ocurriría y que había sido advertido por el Director del Servicio Electoral nada se hizo para concretarlo. Así, para aparecer promocionando la participación electoral igualmente llamó a una licitación dentro del marco de toda la paquidérmica burocracia estatal, que concluyó con esta tímida campaña de mínimos efectos electorales y mayúsculos desembolsos para el erario nacional, sólo para quedar bien, es decir, para aparecer impulsando la inscripción electoral, especialmente de los jóvenes y es por ello que en los próximos días tendremos la visita siempre grata de Fernanda Urrejola en nuestras casas cuando nos conectemos a la televisión, o escuchemos nuestra radio favorita, para recibir a destiempo un mensaje sin destino que responde a una posición hipócrita.

A quienes actúan con doble estándar, alguien los llamó hace tiempo: Sepulcros Blanqueados.

*Ricardo Manzi es abogado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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