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Ferias libres: reivindicando su relevancia social, económica y alimentaria

Las ferias libres han estado siempre insertas en los espacios públicos de la ciudad, superando muchas veces las limitantes de encontrar sitios adecuados para instalarse. Representan la mejor expresión del pequeño comercio, ya que junto con generar empleo y dar impulso a la economía, benefician…


Por Héctor Tejada*

Las ferias libres constituyen un espacio público que está inserto en la vida social, cultural y económica del país. Quién no ha ido alguna vez a una feria, a comprar verduras, frutas y pescados, o algún artículo de uso personal o para el hogar, teniendo un puesto de casero fijo para sus adquisiciones. Las ferias libres han estado siempre insertas en los espacios públicos de la ciudad, superando muchas veces las limitantes de encontrar sitios adecuados para instalarse. Representan la mejor expresión del pequeño comercio, ya que junto con generar empleo y dar impulso a la economía, benefician el desarrollo local donde se insertan. Según estimaciones de la Asociación Nacional de Ferias Libres (ASOF), las cerca de 800 ferias libres del país tienen ventas anuales de U$2 mil millones. Sin embargo, más que el nivel de ventas, lo significativo es que las ferias dejan a la localidad más de un 40% de sus utilidades. Esto las diferencia de otros tipos de comercio, como el retail que, según un estudio proveniente de la organización Amigos de la Tierra («Friends of the Earth»), deja sólo un 5% en la localidad donde se instala.

Junto a la importante contribución directa al desarrollo local, las ferias libres constituyen una fuente laboral muy importante. Hoy existen 200 mil puestos de trabajo directos asociados a las ferias, sin contabilizar el empleo indirecto, lo cual podría sumar a cerca de 2 millones de personas, considerado todo el canal agroalimentario, pesquero y de pequeña empresa urbana que comercializa a través de la feria libre. La crisis económica ha evidenciado aún más este rol de la feria libre.

Un estudio de la ONG Espacio y Fomento contabilizó que los trabajos informales, como los «coleros», casi triplicaron su presencia en las ferias libres, desde el año 2007 hasta la fecha, creciendo al mismo tiempo el número de permisos autorizados por los municipios para la feria. Esto muestra que la feria libre está siendo una de las alternativas más buscadas por los desempleados del país, sin que haya planes especiales para ello y con el peligro que esto se transforme en un fenómeno permanente.

Junto a lo anterior, es pertinente señalar la relevancia de las ferias como propulsora de una alimentación saludable para la población. Es en ellas donde se vende el 70% de frutas y verduras del consumo nacional, cuyos precios son siempre los más bajos del mercado, según los estudios semanales de ODEPA.
La relevancia de la feria indudablemente está estrechamente unida al uso del espacio público. Es por ello que este 5 de octubre realizaremos el Seminario «Mi feria, mi barrio, mi ciudad», en la Facultad de Ciencias Sociales de Universidad Diego Portales, gracias al apoyo de importantes instituciones nacionales e internacionales relacionadas con la alimentación mundial, los derechos laborales, el desarrollo urbano, el mundo académico, el emprendimiento y el fortalecimiento gremial.

 

*Héctor Tejada es Presidente Asociación Nacional de Ferias Libres (ASOF). asofpresidencia@gmail.com

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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