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Reforma educacional, los pasos que vienen

Ernesto Treviño
Por : Ernesto Treviño Director del Centro UC para la Transformación Educativa
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Las promesas del protocolo están a la espera de cumplirse, y ojalá no zozobren, como sucedió con la propuesta de fortalecimiento de la educación pública que fue un saludo a la bandera.


El Congreso Nacional aprobó la Ley de Calidad y Equidad de la Educación. En él se incorporan una serie de medidas para fortalecer el financiamiento educativo a los municipios y se dan mayores atribuciones a los directores para despedir a docentes de bajo desempeño, entre otras medidas de relevancia. Sin duda esta ley representa una voluntad de llegar a acuerdos entre los principales sectores políticos representados en el congreso, donde las probabilidades de que se aprueben leyes en temas tan sesgados por la ideología, como la educación, son escasas.

El clima de colaboración en el congreso y la aprobación de esta ley son insuficientes para cambiar las condiciones estructurales del sistema escolar que generan desigualdades de aprendizaje, segregación y menores oportunidades para los niños marginados. Es positivo que se pueda contar con mayor financiamiento a para la educación y que se fortalezcan las atribuciones de los directores, pero queda un largo trecho por recorrer.

Es interesante que la mayor parte de las medidas más importantes para mejorar estas condiciones estructurales quedaron como promesa suscrita en el “Protocolo de acuerdo sobre calidad y equidad de la educación” que firmaron la Alianza y la Concertación. Las más importantes se describen a continuación.

El protocolo promete mayor financiamiento, aportes especiales y fondos concursables a la educación municipal. Destacan entre estas medidas el incremento de 20% a la subvención por concentración de niños vulnerables, el estudio del nivel que debería alcanzar la subvención para ofrecer una educación de calidad y la extensión de la subvención preferencial hasta la educación media.

[cita]Las promesas del protocolo están a la espera de cumplirse, y ojalá no zozobren, como sucedió con la propuesta de fortalecimiento de la educación pública que fue un saludo a la bandera.[/cita]

Los conglomerados políticos se comprometieron también a fortalecer la educación pública. Para ello, se propone cambiar el sistema de gestión de la educación municipal, fomentar la existencia de establecimientos que ofrezcan desde pre-kínder hasta cuarto medio e incrementar el apoyo a escuelas en desventaja.

Dentro del protocolo se destaca la transformación de la carrera docente. Esto se hace principalmente a través de incentivos económicos, evaluaciones, la posibilidad de despedir a docentes de bajo desempeño y el incremento de la dotación docente usando la subvención preferencial para reducir el número de alumnos por curso.

El protocolo también se propone incrementar la cobertura y calidad de la educación preescolar, revisar la institucionalidad y organizar este nivel educacional de forma que sea monitoreado por la Agencia de Calidad de la Educación.

Las promesas del protocolo están a la espera de cumplirse, y ojalá no zozobren, como sucedió con la propuesta de fortalecimiento de la educación pública que fue un saludo a la bandera. Por otro lado, en los meses que vienen, es necesario ampliar la mirada e incluir elementos fundamentales que no están en la ley ni en el protocolo.

Entre los más importantes están una sólida estrategia de formación continua de profesores, la organización del sistema escolar para que la educación particular subvencionada cumpla con exigencias de evaluación docente, estudiar la posibilidad de cambiar el financiamiento de subvención por estudiante en relación con la asistencia a otro que permita una mayor estabilidad en el flujo de recursos y, por último, cambiar el sistema de selección universitario, pues todos los estudios muestran que las mayores probabilidades de superarse socialmente aparecen después de 12 años de educación.

En suma, se avanzó el primer kilómetro de la maratón para mejorar la educación, tenemos promesas por cumplir para los 41 kilómetros restantes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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