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Educación: ojo, aquí está pasando algo

Tomás Recart
Por : Tomás Recart Director Ejecutivo Fundación Enseña Chile
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Los resultados de los alumnos de PeCh son una evidencia más de que un buen profesor hace la diferencia. Que -al margen de los recursos que evidentemente necesitamos inyectar- lo que ocurre en la sala de clases entre un profesor y sus alumnos es vital y puede hacer una diferencia, aún sin los recursos mínimos. Un profesor que comprende la importancia del rol que juega en el futuro de sus alumnos, que cree en ellos y es capaz de trasmitir esa confianza logrando comprometer a los jóvenes con su destino es clave.


Quedan ya menos de 8 semanas para que los estudiantes comiencen a volver a clases y el tema «educación» tendrá nuevamente un rol central en la agenda política nacional. El nuevo Ministro de Educación, Harald Beyer, será ahora el encargado de enfrentar el «segundo tiempo» del movimiento estudiantil.  Las aristas serán muchas, pero para nosotros la esperanza es que en el debate no se olvide algo que cada vez es más evidente: no hay que olvidar lo que pasa en la sala de clases.

Vivimos con mucha expectación los resultados de la PSU de más de 600 estudiantes que habían tenido profesores Enseña Chile (PeCh). Poco a poco fuimos obteniendo sus puntajes y aún cuando no es posible inferir causalidad con nitidez, nos parece que hay que mirar estos resultados con particular atención.  Aquí algunos casos que sorprenden y que reafirman nuestra convicción más vital: si nos hacemos cargo, es posible.

Los dos mejores puntajes de Peñalolén fueron alumnos de los PeCh Patricio Borgoño y Bárbara Soto. Daniel Naguil ponderó más de 700 puntos y Wilma Vera 658 puntos y  su curso entero ponderó 19 puntos más que el año anterior.  En una escuela de Galvarino – donde también Enseña Chile tiene profesores- por primera vez se superó la barrera de los 600 puntos. En Cunco, el 4to medio B ponderó 556 puntos promedio, 29 más que el año anterior y 150 más que la línea base que hicieron en Abril (Prueba DEMRE 2006).  Y Rolando Ilabaca, participante de nuestra escuela de verano por dos años consecutivos, obtuvo Puntaje Nacional en Historia.

[cita]Creen tanto en sus estudiantes, que cuando a dos meses de dar la PSU Wilma Vera estaba en 590 puntos, y no en los 650 que necesitaba para entrar a los cupos de equidad de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, los profesores de su Liceo se pusieron de acuerdo para que Wilma no tuviera sólo las 3 horas de matemática que le corresponde por currículum en un técnico profesional, sino al menos 8.[/cita]

Podría seguir enumerando varios otros casos de éxito, pero el punto es que estamos en presencia de un fenómeno que debe ser analizado por quienes buscan claves para mejorar nuestro sistema educacional. Cursos enteros que suben 20 a 30 puntos PSU con respecto al año anterior y un aumento importante en la cantidad de estudiantes que dieron la prueba (que no es más que el aumento en la confianza de los mismos). Algunos tuvieron profesores de Enseña Chile sólo por uno o dos veranos -cuando hacemos nuestra escuela de Verano- otros, fueron alumnos de nuestros PECH entre 1 a 3 años.

De los aproximadamente 100 seleccionados para la beca Equidad en la Universidad de Chile, en torno al 10% fueron alumnos de profesores de Enseña Chile. El 2°, 4° y 7° seleccionados de esta beca son estudiantes de PeCh que dieron clases en Peñalolén. Los puntajes en esa comuna subieron 5, 18, 19 y 27 puntos en promedio en los colegios donde estamos. Obviamente, Enseña Chile es sólo un componente más entre las múltiples variables que permiten este tipo de logros, pero cuando la Municipalidad le preguntó a Brenda Elgueta, egresada del Liceo Mariano Egaña de Peñalolén, cuáles fueron los motivos de este logro, su respuesta fue muy clara: «Este logro se debe al gran esfuerzo de los profesores de Enseña Chile. Sin ellos no podría haber sacado este puntaje. Creo que la entrega que muestran hacia los alumnos es fundamental para que uno se entusiasme y crea que puede salir adelante”. Según ella, los profesores que “se proyectan en los estudiantes», son finalmente los que logran este tipo de resultados.

¿Qué significa que “se proyecten en sus estudiantes”? Que crean en ellos y que estén dispuestos a apoyarlos y guiarlos, incluso más allá de lo que delimita el sistema actual como su espacio de acción.  Yo fui testigo cómo en Peñalolén Bárbara Soto y Patricio Borgoño hicieron por casi dos años un preuniversitario los sábados por la mañana, de forma voluntaria. Creen tanto en sus estudiantes, que cuando a dos meses de dar la PSU Wilma Vera estaba en 590 puntos, y no en los 650 que necesitaba para entrar a los cupos de equidad de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, los profesores de su Liceo se pusieron de acuerdo para que Wilma no tuviera sólo las 3 horas de matemática que le corresponde por currículum en un técnico profesional, sino al menos 8. Terminó ponderando 658 puntos. En promedio, un profesor de Enseña Chile tiene un contrato de 36,6 horas, pero trabajan 60 a la semana. Esta experiencia nos muestra también lo insostenible que es nuestro sistema educacional y los aspectos claros que se deben cambiar.

Creer también significa ser ejemplo, acompañar y mostrar el camino. En Octubre de este año, invitamos a todos los estudiantes de nuestros profesores a conocer maneras de entrar a la Educación Superior. Así más de 150 jóvenes talentosos de colegios vulnerables de Santiago y el sur fueron recibidos especialmente en la Universidad de Chile y la P. Universidad Católica. Conocieron sus sistemas de ingreso y las posibilidades de acceder a becas y cupos de equidad que les permitieran competir con quienes comienzan la carrera varios kilómetros antes.

Para muchos de los estudiantes que asistieron, este recorrido fue muy marcador. Les permitió conocer un espacio que en general miran con distancia. Compartieron con otros que -como ellos- accedieron desde el esfuerzo y constaron que “es posible”. Renovaron sus ganas, pudieron visualizar una meta clara y con la ayuda de sus profesores definieron una ruta para alcanzarla.

Hoy, en promedio, los estudiantes de colegios vulnerables sacan 11 y 7 preguntas buenas de un total de 70 en PSU Matemáticas y en PSU Lenguaje, respectivamente. Para tener una muy buena oportunidad en la educación superior, necesitas al menos 550 puntos (23 preguntas buenas). Muchos estudiantes no saben que necesitan solo 12 buenas más. Cuando comprenden esto,  su apetito por aprender es voraz y se comprometen.

Los resultados de los alumnos de PeCh son una evidencia más de que un buen profesor hace la diferencia. Que -al margen de los recursos que evidentemente necesitamos inyectar- lo que ocurre en la sala de clases entre un profesor y sus alumnos es vital y puede hacer una diferencia, aún sin los recursos mínimos. Un profesor que comprende la importancia del rol que juega en el futuro de sus alumnos, que cree en ellos y es capaz de trasmitir esa confianza logrando comprometer a los jóvenes con su destino es clave. Cómo logramos transformar nuestro cuerpo docente, qué recursos y estrategias requiere este desafío son algunas de las preguntas tras las cuales debe ir el debate 2012 en educación.

Ojo, aquí hay algo que es importante poner sobre la mesa y vincular con el debate macro. En la sala de clase es donde en definitiva se gana o se pierde el partido. El conocimiento de la sala de clase es el punto de partida para la revolución del sistema educativo en su conjunto. Llamamos a los líderes del futuro a empaparse de este conocimiento y experiencia. El Chile que queremos para mañana, parte hoy en nuestras aulas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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