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Todos los caminos llevan a Irán

Cristian Leyton
Por : Cristian Leyton Profesor Civil Academia de Guerra del Ejército. Investigador Asociado Centro de Estudios Estratégicos ANEPE.
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La elección presidencial en los EE.UU muestra que los candidatos “halcones” republicanos están por la vía de la fuerza en la resolución del conflicto con Teherán. Otros Estados del Golfo no ven con malos ojos este camino. Israel menos aún.


Los analistas internacionales se encuentran literalmente zambullidos en los sitios de prensa mundial escudriñando y aislando “señales” del “ruido” mediático que les permita identificar si finalmente se dio la luz verde, en Washington, para solucionar manu militari el “problema iraní”.

La decisión de la Unión Europea de decretar un embargo petrolero constituye una seria amenaza para la seguridad económica y comercial del régimen iraní: 80% del PIB de Irán depende de la venta del petróleo y derivados. Sin dichos activos, la estructura económica del país se desmorona.

En función a lo precedente, el domingo, el portaviones USS Abraham Lincoln, cruzó, sin incidentes, el Estrecho de Ormuz, haciendo oídos sordos de las amenazas directas iraníes en contra los buques de guerra de los Estados Unidos y manteniendo incólume la rutinaria presencia de fuerzas occidentales desplegadas en el Golfo Pérsico.

Señales desde Israel, uno de los principales promotores de una solución militar del conflicto, indican que Tel Aviv sigue preparándose para la eventualidad de un escenario que implique la destrucción directa de las capacidades nucleares iraníes. Es así como el Ministro de Defensa hebreo, Ehud Barak, señaló hoy que estaban dispuestos a sentarse a negociar con Hamas si ellos detenían los ataques terroristas. Una señal relevante por cuanto Israel necesita, que en caso de decidirse por la acción bélica contra Irán, Ni Hamas ni Hezbollá tomen partido por el régimen de Teherán. Por otro lado, la crisis de régimen que afecta a Bashar Assad tiene una repercusión directa sobre Hezbollá: su principal apoyo político vecinal y abastecedor de armas podría terminar por desaparecer. Dos señales que acercan, cada día más a Israel hacia la solución preventiva del problema iraní.

No obstante lo anterior, la reciente medida europea podría ser la clave, el hito, que podría constituirse en un punto de inflexión en el tipo de solución a la precrisis nuclear iraní. En efecto, el régimen iraní está consiente de la gravedad del embargo para su economía, y la estabilidad interna del régimen. Dos caminos se le presentan, doblegarse ante las demandas internacionales a fin que transparente absolutamente su programa nuclear, sometiéndose a los controles de la AIEA y terminando con su deseo intimo de adquirir el arma nuclear. El segundo camino, y en una estrategia de “fuga hacia adelante”, decretar el cierre del Estrecho de Ormuz a fin de generar una crisis internacional que le permita negociar de mejor manera con la ONU, la UE y los EE.UU. Irán, en este caso, apuesta a la inacción de la Casa Blanca, en un año de elecciones presidenciales.

Irán debe decidirse hoy sobre qué medida tomar. La elección presidencial en los EE.UU muestra que los candidatos “halcones” republicanos están por la vía de la fuerza en la resolución del conflicto con Teherán. Otros Estados del Golfo no ven con malos ojos este camino. Israel menos aún.

Algunos ven y perciben a Teherán como una entidad cuyas ambiciones de potencia son desmedidas, desproporcionadas y peligrosas, para otros, la actual postura iraní es de un Estado sometido a un encierro geopolítico y geoestratégico: su accionar, sería, desde este punto de vista meramente defensivo. Sea cual fuese la visión de uno u otro observador, el régimen iraní enfrenta hoy un enorme desafío para la seguridad de su país, pero sobre todo para la seguridad de su régimen político.

“Todos los caminos llevan a Roma”, dicen. En este mismo sentido, todos los caminos parecen llevan a una nueva guerra en el Golfo Pérsico.

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