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Universidad de la Patagonia: una oportunidad que surge del conflicto de Aysén

Eduardo Bitran
Por : Eduardo Bitran Presidente Club de Innovación, Académico Universidad Adolfo Ibáñez
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Más ambicioso y racional sería considerar la reestructuración de las universidades estatales del sur, fusionando también la Sede Puerto Montt, Chiloé y Coyhaique de la Universidad de los Lagos con las otras universidades mencionadas y crear así una gran Universidad de la Patagonia y fusionar la sede Osorno de la Universidad de Los Lagos con la Universidad de la Frontera.


A veces las crisis y conflictos abren oportunidades de repensar el futuro. Una de las demandas de la ciudadanía de Aysén es el establecimiento de una Universidad Regional. La demanda se entiende como el deseo legítimo de que se impartan carreras de educación superior en la propia región y que se realice investigación relevante para el desarrollo regional. El acuerdo entre el Gobierno y el movimiento considera la creación de una nueva Universidad.

Esta solución parece atractiva desde el punto de vista político y del orgullo regional. No obstante,  ni en Aysén, ni en Magallanes ni en Arica, existe la masa crítica para el desarrollo de universidades estatales regionales que cumplan con las expectativas de la gente de esas regiones. La experiencia de Chile con la desintegración de las universidades nacionales el año 1981 en universidades regionales nos entrega algunas lecciones importantes. De las quince universidades creadas muchas no poseen la masa crítica para desarrollarse como tales con los mínimos niveles de excelencia que corresponde a una universidad que cumpla las actividades de formación, investigación y extensión a un nivel razonable. Estas entidades son deficitarias y el aporte del Estado por alumno debería ser mucho mayor que en otras regiones para permitir un desarrollo mínimo razonable.

[cita]Además de la falta de liderazgo y orientación del Estado, existe un problema de fondo: la existencia de al menos una media docena de universidades que se crearon por decreto, que no poseen la masa crítica en su región para desarrollarse y aportar al desarrollo del capital humano y de la economía regional.[/cita]

Esta crisis de financiamiento ha llevado a varias Universidades a abrir sedes en Santiago, solo con el fin de captar alumnos y aumentar su masa crítica, desvirtuando el propósito de fortalecer el capital intelectual de las regiones del país. El Estado no ha ejercido ninguna orientación ni generado los programas para la creación de bienes públicos regionales que orienten la maximización del aporte de estas universidades a sus regiones. Además de la falta de liderazgo y orientación del Estado, existe un  problema de fondo: la existencia de al menos una media docena de universidades que se crearon por decreto, que no poseen la masa crítica en su región para desarrollarse y aportar al desarrollo del capital humano y de la economía regional.

El Estado chileno tiene la oportunidad de propiciar la fusión de universidades con problemas de viabilidad y falta de masa crítica y al mismo tiempo crear capacidades en nuevas regiones. A partir del caso de Aysén, en vez de crear una nueva universidad regional que vivirá permanentemente con crisis de escala y financiamiento, propongo crear la Universidad de la Patagonia, que considere como mínimo la fusión de la Universidad de Magallanes y la futura Universidad de Aysén. Más ambicioso y racional sería considerar la reestructuración de las universidades estatales del sur, fusionando también la Sede Puerto Montt, Chiloé y Coyhaique de la Universidad de los Lagos con las otras universidades mencionadas y crear así una gran Universidad de la Patagonia y fusionar la sede Osorno de la Universidad de Los Lagos con la Universidad de la Frontera. Esto implicaría que de Malleco al Sur habría dos universidades estatales. Una que cubriría las regiones de la Araucanía, de los Ríos y la parte norte de los Lagos. La otra de la Patagonia, que cubriría de Puerto Montt a Puerto Williams.

Esta división generaría zonas con mayor homogeneidad económica y geográfica, una masa crítica de población y por tanto podría generar importantes economías de escala, con movilidad desde carreras técnicas a carreras universitarias, investigación orientada a los problemas de la macro región. Esto permitiría especializar sedes en diferentes temáticas. En Aysén, carreras de educación superior de Acuicultura, Turismo, Bachilleratos de Ingeniería e investigación en ciencias vinculados a problemas de la Patagonia, entre otras áreas. Como lograr una reorganización de esta envergadura, con recursos basales, diferentes al AFD, condicionados a la creación de capacidades de acuerdo al interés público y no dejarlo a las fuerzas del mercado que lleva al absurdo que estas débiles universidades pierdan foco y se extiendan incluso a la Región Metropolitana. Este puede ser un piloto para el fortalecimiento de la Educación Universitaria Estatal, con un nuevo rol proactivo del Estado donde este es más importante: en las regiones en que existe un gran déficit de capital intelectual.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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