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Cuba: el verdadero rol de la Organización Iberoamericana de Jóvenes

Micaela Hierro
Por : Micaela Hierro Presidente de CICES y fundadora de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia en Cuba
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Al ser tan indignante y absurdo este comunicado en cuestión, los participantes de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana –espacio de participación juvenil compuesto por jóvenes de 15 organizaciones de la sociedad civil– se reunieron para analizarlo. Luego de debatirlo y aprobarlo por unanimidad, respondieron con otro comunicado denunciando la manipulación del gobierno de Cuba, y pidiendo apoyo a los Estados miembros de la OIJ en la demanda de los jóvenes cubanos a su Gobierno para que éste ratifique la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes y, así, se cree una institución estatal donde las políticas públicas sean diseñadas con un sentido pluralista en pos del bien general y reconozca el trabajo pacífico de organizaciones como Jóvenes Iberoamericanos y la Red Iberoamérica Líder, que brindan el apoyo a la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.


Los organismos internacionales, especialmente luego de la Segunda Guerra Mundial, fueron creados por voluntad de los Estados miembros con el fin de alcanzar paz, desarrollo y democracia. Sea en el marco de las Naciones Unidas o de organismos regionales, la proliferación de organismos con fines específicos ha sido extensa. Sin embargo, algunos organismos olvidan su origen democrático y su responsabilidad de defender a la persona y sus derechos fundamentales cuando los Estados miembros son incapaces o se niegan a hacerlo. Este es el caso de la Organización Iberoamericana de Jóvenes (OIJ) en estos días, y a través de este organismo se manifiesta la complicidad de los Estados miembros y las pocas facultades independientes que puede tener un Secretario General que, por más que quiera defender ciertos principios irrenunciables, debe cumplir con la línea de los gobiernos, sean democráticos o no.

La OIJ es un organismo internacional de naturaleza multigubernamental que tiene como principal objetivo la inclusión e integración de las juventudes, a través de políticas públicas de juventud en los 21 países miembros. Realmente es una organización muy activa y quienes desde organizaciones juveniles hemos trabajado en la agenda joven, conocemos los aportes que brindan siempre para incluir social, económica y políticamente a los jóvenes de la región. Es una organización que trabaja con los ministerios y secretarías de juventud de los países miembros y tiene como socios a agencias internacionales como PNUD, CEPAL, OIT, dependiendo de la temática y el proyecto.

Hasta aquí todo pareciera indicar que cumple con el ideal de organización que busca un bien social en un grupo etario determinado. El único inconveniente es la confusión que, por su naturaleza intergubernamental, deba respaldar sin cuestionamiento alguno las propuestas poco democráticas de uno de sus miembros, ignorando adrede el hecho de que sea una dictadura. Cuba cuenta con un sistema unipartidista de gobierno y, a pesar ser uno de los miembros más activos e influyentes en la OIJ, no cumple con los requisitos de la membresía de tal organismo.

[cita]Al ser tan indignante y absurdo este comunicado en cuestión, los participantes de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana –espacio de participación juvenil compuesto por jóvenes de 15 organizaciones de la sociedad civil– se reunieron para analizarlo. Luego de debatirlo y aprobarlo por unanimidad, respondieron con otro comunicado denunciando la manipulación del gobierno de Cuba, y pidiendo apoyo a los Estados miembros de la OIJ en la demanda de los jóvenes cubanos a su Gobierno para que éste ratifique la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes y, así, se cree una institución estatal donde las políticas públicas sean diseñadas con un sentido pluralista en pos del bien general y reconozca el trabajo pacífico de organizaciones como Jóvenes Iberoamericanos y la Red Iberoamérica Líder, que brindan el apoyo a la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.[/cita]

El gobierno cubano, a diferencia de los demás miembros democráticos, no está representado ante la OIJ por una Secretaría o un Ministerio de Juventud, sino que por la Juventud del Partido Comunista de Cuba. Por lo tanto, con este solo hecho viola la misión de la OIJ de promover políticas públicas con los gobiernos, basados en los principios de transversalidad e intersectorialidad.

En un sistema unipartidista sabemos que quienes ostentan el monopolio del poder gubernamental son los mismos que integran el partido único, y aun así las políticas públicas de juventud deberían ser dirigidas por una institución estatal diseñada para tal fin. Ello en Cuba no sucede.

En la reunión de la OIJ del mes de septiembre en Burgos –con los ministros de Juventud–, se consensuó un comunicado repudiando a los jóvenes latinoamericanos que viajan a Cuba en una clara manifestación de solidaridad con los jóvenes cubanos que no pertenecen al gobierno comunista, llamándolos “terroristas y desestabilizadores”. Quizás esa misiva se refiera a la investigación de la agencia de noticias Associated Press al programa de USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, por sus siglas en inglés) para apoyar a la sociedad civil democrática en Cuba que tanto le molesta al gobierno dictatorial. Pero de dicha investigación lo único que se ha mostrado es cómo jóvenes latinoamericanos se reúnen con sus símiles cubanos. Que unos periodistas ignoren el derecho a reunión o la libertad de asociación es una cosa, pero que representantes de gobiernos democráticos acepten llamar terroristas a quienes reclaman pacíficamente democracia, es algo muy distinto.

Al ser tan indignante y absurdo este comunicado en cuestión, los participantes de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana –espacio de participación juvenil compuesto por jóvenes de 15 organizaciones de la sociedad civil– se reunieron para analizarlo. Luego de debatirlo y aprobarlo por unanimidad, respondieron con otro comunicado denunciando la manipulación del gobierno de Cuba, y pidiendo apoyo a los Estados miembros de la OIJ en la demanda de los jóvenes cubanos a su Gobierno para que éste ratifique la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes y, así, se cree una institución estatal donde las políticas públicas sean diseñadas con un sentido pluralista en pos del bien general y reconozca el trabajo pacífico de organizaciones como Jóvenes Iberoamericanos y la Red Iberoamérica Líder, que brindan el apoyo a la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.

La respuesta de Alejo Ramírez, Secretario General de la OIJ, fue tan simple como desesperanzadora: dado que este es un organismo internacional que trabaja con los Gobiernos, debe priorizar a éstos sobre el trabajo con los jóvenes y las organizaciones juveniles. Conociendo el trabajo de tal entidad, donde constantemente colabora con jóvenes de organizaciones de la sociedad civil, invitándolos a seminarios y a encuentros, es que me queda más claro que la negativa no es porque el Secretario General o los Estados Miembros no crean positivo el trabajo con las redes juveniles, sino por condición del Gobierno Cubano. Ya en el Foro de la Red Vanguardia, previo a la Cumbre Iberoamericana de Presidentes en Panamá de 2014, Rosa María Payá logró el apoyo de los jóvenes del resto de la región para aprobar un documento que respaldará el llamado a plebiscito en Cuba. Ante esto, algunas autoridades cubanas manifestaron su desagrado y rechazo a tal iniciativa a Alejo Ramírez, como si la obligación de este Secretario General fuera callar a las voces de los jóvenes que molestan.

Este es un mensaje alarmante que va más allá del caso de Cuba. Este año, además de la muerte de 40 jóvenes y cientos de detenidos en las protestas en Venezuela, existe el número de 43 estudiantes desaparecidos en México.

Y con estas palabras llamo a la reflexión a los gobiernos de la región, para que apoyen a los jóvenes que luchan pacíficamente por la libertad y la democracia, y que fortalezcan una institución como la OIJ para que cumpla su verdadero mandato de proteger los derechos de los jóvenes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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