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Cuestionamientos a Camilo Ballesteros

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Por: Liliana Brusco Esposito. Ex jefa de comunicaciones de la DOS


Señor Director:

Mi nombre es Liliana Brusco y soy española y desearía hacer precisiones a la nota donde se refieren a las desavenencias del PC con el gobierno, y se menciona el caso de la División de Organizaciones Sociales que dirige Camilo Ballesteros, militante comunista.

Hace más de dos años, tuve la ocasión de demostrar mi experticia profesional en una plaza en dicha institución sin otra recomendación que mi currículum, y preparé una estrategia para modificar todo el Departamento de Comunicación de la DOS, que pude implementar junto a mis compañeros del Departamento.

En la actualidad, debido a cambios en la dirección, sin fundamento en estrategias de gobierno, sino en arbitrariedades del Director, y seguramente de compromisos políticos con terceros, se me rebajó de mis funciones sin mayor explicación. A partir de ese momento, se inició también un incesante acoso laboral, principalmente de Camilo Ballesteros Briones, Director Nacional de la División de Organizaciones Sociales, ex dirigente de la FEUSACH y militante del Partido Comunista.

Ello me llevó a defenderme judicialmente y pasar a la audiencia preliminar. Ella será el próximo 17 de noviembre. Sin embargo, la aplicación de ley no alcanza para evidenciar la falta de coherencia ética del Director, concentrada en humillar e ignorar a trabajadores que no son de su confianza o de su militancia política.

Mi ética y mi moral laboral me indican que los servicios públicos no son patrimonio de algún partido en el gobierno y tienen como principio rector la transparencia y la igualdad ante la ley. Ello empieza por la propia institución que se dirige, por lo que no corresponde la humillación constante individual, ni tampoco los amedrentamientos y despidos masivos con humillación de funcionarios, como si tal decisión fuera solo un acto discrecional propio de “nuevos propietarios”.

La arbitrariedad y discrecionalidad ha llegado a tal punto que, si bien el Programa de Mejoramiento de la Gestión que mantiene cada Ministerio se ha conservado igual como fue programado al principio del año, la plantilla de los funcionarios de la DOS se ha duplicado. Muchos funcionarios se sientan hoy de a dos por escritorio. La planilla de sueldos de los funcionarios no ha variado pero existen honorarios insólitos para gente que ni siquiera va a la oficina.

Esto no es igualdad ni equidad, y mucho menos decencia laboral. Ver cómo el clientelismo corroe las acciones del Servicio o que un funcionario encuentre cada mañana su computador en el tacho de basura, es derechamente ejercicio arbitrario de poder y violencia, lo que no se condice con una sociedad democrática.

Lo peor es que el vocero de Gobierno, ministro Álvaro Elizalde, jefe del señor Ballesteros, está al tanto de la situación pero lamentablemente no hace nada.

Como máximo exponente del Ministerio Secretaría General de Gobierno, sé que puede culparme por faltar a la presunción de inocencia, pero cuando uno deja que ciertas cosas ocurran, acaba siendo cómplice, aunque sólo sea por ignorancia, desidia u omisión.

Ya lo dijo George Orwell: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”. Yo creo que solo es un acto de decencia obligada.

Liliana Brusco Esposito

Ex Jefa de Comunicaciones de la División de Organizaciones Sociales,

actual Coordinadora de Gestión Editorial

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