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La «Nueva Coalición» de la centroderecha Opinión

La «Nueva Coalición» de la centroderecha

Confiar en que una «nueva coalición» política nace por el hecho de anunciarlo en una conferencia de prensa, demuestra otro de los vicios más arraigados del sector: su espíritu gerencial, pues en el fondo es creer que las cosas en política se hacen realidad producto de decisiones de un grupo de dirigentes y que no son fruto de procesos políticos que se van construyendo en forma amplia y con espíritu crítico.


El día de ayer, en las escalinatas del ex Congreso Nacional, se daban cita representantes de la UDI, RN, Evópoli y el PRI para anunciar el nacimiento de una «nueva coalición» política. Repasando las diversas declaraciones de los personeros allí reunidos, todos coincidían en que esta «nueva coalición» permitiría enfrentar de mejor forma las elecciones municipales del 2016 y las presidenciales del 2017, para poder «volver al gobierno».

Sobre esta «nueva coalición» y como militante de la centroderecha por más de 20 años, me permito hacer algunas reflexiones:

Primero: resulta casi simpático tener tal optimismo cuando la «nueva coalición» es, en la práctica, más reducida que la «vieja coalición». La «nueva» no incorpora al movimiento Amplitud que sí pertenecía a la antigua. Es decir, ¿con menos haremos más?

[cita]Que la principal preocupación de la «nueva coalición» sea volver al gobierno el 2018, es decir, ganar una elección y no sea proponer una alternativa de futuro para el país, distinta a la Nueva Mayoría, demuestra que la «nueva coalición» tiene los mismos vicios que todas las «antiguas coaliciones» que se han formado históricamente en la derecha desde la década del 30, es decir, un sector político movilizado por temores electorales más que por ideas de país.[/cita]

Segundo: que la principal preocupación de la «nueva coalición» sea volver al gobierno el 2018, es decir, ganar una elección y no sea proponer una alternativa de futuro para el país, distinta a la Nueva Mayoría, demuestra que la «nueva coalición» tiene lo mismos vicios que todas las «antiguas coaliciones» que se han formado históricamente en la derecha desde la década del 30, es decir, un sector político movilizado por temores electorales más que por ideas de país. No es una coalición que se construya para luchar por los derechos de la clase media, por superar la pobreza, por los principios de la libertad o algo parecido, sino que es simplemente «para llegar a La Moneda»…

Tercero: creer que el mero hecho de reunirse para una conferencia de prensa y agendar un par de reuniones, es un «hecho histórico», es no saber mucho de historia. La vida de la centroderecha está llena de «nuevas coaliciones» que se formaban para fines electorales. Lo que sí habría sido «histórico» es formar un nuevo referente que se embarque en el proceso de construir una verdadera síntesis intelectual de los principios de la centroderecha ante las nuevas realidades del país. Eso sí habría sido un «hecho histórico», porque, con excepción de Jaime Guzmán, al menos desde los años 40 nadie ha «pensado» en forma sistemática a la derecha chilena.

Cuarto: confiar en que una «nueva coalición» política nace por el hecho de anunciarlo en una conferencia de prensa, demuestra otro de los vicios más arraigados del sector: su espíritu gerencial, pues en el fondo es creer que las cosas en política se hacen realidad producto de decisiones de un grupo de dirigentes y que no son fruto de procesos políticos que se van construyendo en forma amplia y con espíritu crítico.

Quinto: el no entender que el principal obstáculo a superar para la centroderecha, hoy en día, es la falta de confianza de la ciudadanía, producto de los últimos escándalos en materia de financiamiento electoral, y que se puede dar vuelta la página, sin más y preocuparse de las próximas elecciones municipales del 2016 y que la derecha «vuelva a La Moneda» el 2018, es a estas alturas algo simplemente inexplicable.

Por último, como ferviente partidario de las ideas de la centroderecha, no puedo dejar de pensar que esta «nueva coalición» será una más de las tantas «coaliciones defensivas» para rescatar el «tercio» del sector, más que un referente político que permita ver a los chilenos una alternativa real a los intentos socializantes de la Nueva Mayoría.

Al parecer, nuevamente le estamos dando la razón a Octavio Paz, cuando señalaba que «las derechas no tienen ideas, solo intereses».

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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