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El mito-tabú del crecimiento económico y la pirinola burocrática

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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Todos se pusieron serios y reniegan del ciclo reformista y por enésima vez se acercan como la tragedia griega a la barbarie de mentirle a los incautos provincianos en su sueños de elegir intendentes, tener competencias y dinamizar sus territorios: «Hay que olvidarse de la descentralización, no es prioridad, hay que rescatar lo prioritario, lo que de votos».

Osvaldo Andrade, jefe entusiasta de la barra centralista de los chicos del orden logra un silencio cómplice y la «corrupción programática» se cuela por los poros como lacra milenaria. Por mientras, los datos son elocuentes: la aprobación al gobierno es un 31% en Santiago y cae en regiones a un 24%.  Las toneladas de informes desde 1990 pidiendo descentralizar con seriedad (control social de legalidad, sin duplicidades, con monitoreo) no son escuchadas, la DIPRES ha aumentado las exenciones a los tributos locales (el predial bajó de 0.8 del PIB al 0.52), crece la burocracia central, siguen duplicándose seremis con directores regionales de servicios, crean la figura del gobernador regional paralela al supuesto intendente electo para un futuro incierto, en vez de traspasar  servicios completos se desmenuzan generando stress en los funcionarios, no se atreven a permitir cooperación público-privada en regiones y financiamiento de largo plazo para mega proyectos que esperan por años (corredores internacionales como Las Leñas, conectividad interior y costera, trenes de cercanía y al sur, etc) y políticas ambientales como el masivo sistema de mejora de las viviendas con mayor aislación térmica en las diez ciudades de regiones ahogadas de humo de leña.

La chiva del crecimiento como mito, culto a Dios falso, impostación ideológica, chiva ancestral, torpeza política, y todos los epítetos y calificativos posibles, son elocuentes en la sobre reacción al IMACEC de mayo. El Tótem del crecimiento ilimitado, el Tabú a reconocer que se puede ser más integrados, solidarios, responsables y descentralizados con un crecimiento modesto pero sostenible.

[cita] Estamos cerca de dos cuentos viejos y falsos: hay que volver a crecer para pensar en la igualdad y las reformas, hay que asumir las prioridades sociales para recién allí -en una suerte de fin de la historia- sea posible empoderar las regiones y municipios. El discurso como falsedad y manipulación mientras conservan sus privilegios. [/cita]

El recalculo de que Chile crecerá al 2.5% lo sigue colocando sobre la media sudamericana y superior al promedio de Europa. Los países más igualitarios de América y alto nivel de vida, Uruguay y Costa Rica, han tenido promedios más cercanos al 2.5% que al 5%. Alemania que es la economía que mejor ha resistido en Europa en la última década crece en promedio al 2% y aumenta su igualdad, sus niveles de desarrollo, su menor gasto energético, su activa descentralización.

En economía del desarrollo se sugiere mirar los promedios salariales y hacer correcciones cuando caen de manera estrepitosa los valores de las materias primas. Al respecto, Chile se las ha arreglado con solidez para enfrentar la caída en un tercio del precio del cobre en dos años, seguir con una cesantía de un dígito y lograr aumentar de manera incremental tenue su recaudación.

El país requiere más solidaridad e igualdad estructural, convergencia salarial y austeridad de las élites, conciencia verde hacia el menos consumismo desenfrenado e energético (como lo ha clamado el Papa Francisco), descentralización/policentralidad, economía creativa y no especulativa.

La pirinola es un juego en extinción, en que una suerte de dado rombo se daba vuelta en sí mismo y no rodaba.  Estamos cerca de dos cuentos viejos y falsos: hay que volver a crecer para pensar en la igualdad y las reformas, hay que asumir las prioridades sociales para recién allí -en una suerte de fin de la historia- sea posible empoderar las regiones y municipios. El discurso como falsedad y manipulación mientras conservan sus privilegios.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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