Chanta y de calidad
Señor Director:
Cuando la ministra Delpiano se refiere a que “lo voy a decir con todas sus palabras: no queremos nunca más universidades chantas; sino universidades de calidad, que no lucran, que hacen una oferta educativa en la que la familia puede confiar a dónde va a mandar a su joven brillante a formarse”, aún quedamos cortos en palabras, ya que no da ejemplos claros de qué hace a una universidad cumplir con dicha característica.
Que una universidad no lucre y le dé seguridad a la familia, no son aspectos sinónimos de calidad sino condiciones mínimas que un organismo debe cumplir para entregar educación mínima. ¿Es la universidad Arturo Prat una universidad «chanta»? Al menos, no debería pertenecer al Cruch, pues su fundación oficial es en 1984, siendo antes sede de la U. de Chile.
Además, no hay medidas concretas que se refieran a mejoras en la calidad en educación básica y media, sino en reformas estructurales de copago, malla y formación docente que llevan años siendo pasados por alto.
Hablemos de calidad en términos del aporte que sus egresados harán al país, de la calidad de la enseñanza (un profesor doctorado puede no ser de buena calidad docente) y, por supuesto, en el rol público, la innovación y el desarrollo del país en conjunto.
Sascha Hannig, vocera de la Organización de Federaciones de Educación Superior Privada (Ofesup) y presidenta de la FEUAI de Viña del Mar.