Señor Director:
Frente al diagnóstico del ex presidente Ricardo Lagos, quien sostiene que la actual situación política de Chile es la “peor crisis institucional del país en toda su historia, con la excepción del quiebre de 1973”, considero que la señalada crisis se debe en parte a que todos los gobiernos de la Concertación (hoy Nueva Mayoría) no hicieron más que hacer visible el dominio de la oligarquía plutocrática y su modelo neoliberal, que con la dictadura de Pinochet había entrado en crisis. Dichos gobiernos concertacionistas, en efecto, por medio de métodos más legítimos, vinieron a representar la continuación del proyecto de los grandes conglomerados económicos y de las empresas transnacionales que las fuerzas armadas violentamente habían instaurado, pero no consolidado ni mucho menos legitimado. Fue entonces que personalidades de la Concertación de la época como Alejandro Foxley y Edgardo Boeninger sostuvieran que un régimen democrático estable sería posible si los intereses capitalistas no fueran cuestionados. Cuestión que, en consecuencia, terminó por consolidar el modelo económico neoliberal, pese a enfatizar discursivamente en la «restauración de la democracia», es decir, en la modificación producida en la superestructura política. Sin embargo, -y pese a sus defensores como los medios de comunicación y gremios patronales-, el modelo neoliberal no es el orden natural de las cosas, y cada vez son más los sectores de la población que proponen un cambio del orden actual que beneficie realmente al pueblo chileno, y no a los países desarrollados y grupos económicos locales.
Fabián Bustamante Olguín, Profesor U de Chile/UCSH.
