A propósito de los resultados en Río 2016
Señor Director:
Los Juegos Olímpicos Río 2016 finalizaron y pronto se iniciaran los Paraolímpicos. Sin embargo, numerosas han sido las críticas dirigidas al desempeño de los deportistas que nos representaron por no superar sus marcas u obtenido medallas, así como también se culpabiliza al trabajo desarrollado por el Estado en la materia. Por ello, me parece necesario debatir sobre el deporte nacional y no esperar cuatro años más para repetir esta historia.
Primero, debemos ajustar las expectativas. Como país no podemos pretender competir de igual a igual con las superpotencias, pero si ambicionar subir al podio continental. Esa es la meta que se debe proponer y alcanzar. Recordemos que en los Juegos Suramericanos Santiago 2014, si bien Chile aportó la delegación más numerosa con 590 deportistas, obtuvo el quinto lugar en el medallero entre 14 países. Del mismo modo, en los Panamericanos Toronto 2015 se logró el decimo primer lugar… somos del montón, ni tan malos ni tan buenos.
Segundo, lamentablemente nuestro país aún carece de cultura deportiva a pesar del avance en los últimos años. Según la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes, el 70% de la población no realiza actividad física y/o deporte, siendo apenas un 20% las personas que practican frecuentemente alguna actividad física. Por lo tanto, aquí radica la madre de las batallas de profundo impacto social.
Tercero, las necesidades del país son múltiples y el deporte es una más entre varias. Sin embargo, todas las políticas públicas deberían apuntar al largo plazo, y en esto los Gobiernos fracasan sistemáticamente. Existen Gobiernos como del Presidente Piñera que se caracterizó por inversión en infraestructura deportiva sin precedentes y creación del Ministerio del Deporte, pero la posta no ha seguido ni el ritmo ni el rumbo. Incluso el programa Elige Vivir Sano, excelente iniciativa multisectorial de Gobierno que apuntaba a generar hábitos saludables en la población, pereció durante el actual mandato sin siquiera ver reemplazo.
Cuarto, si queremos ver a nuestro país encumbrándose en la élite mundial del deporte, primero debemos plantear una estrategia de desarrollo coherente y de largo plazo tanto para el deporte recreativo, formativo y competitivo. Sin duda alguna, el éxito estará en la correcta focalización y continuidad de los programas en el tiempo. Mientras que en los colegios no se practique sistemáticamente deporte, difícilmente cambiaremos los hábitos sedentarios de nuestra población. Sin un gran número de niños deportistas, difícil es obtener jóvenes talentos para el Alto Rendimiento o una población adulta activa y saludable. Fomentar el desarrollo deportivo del país permitirá que millones de personas conformen una robusta industria del deporte, clave para generar recursos para solventar las organizaciones deportivas, campeonatos, nueva y mejor infraestructura, como también real apoyo a nuestros deportistas.
Finalmente, la actividad física y el deporte conllevan valores ejemplares y tiene el poder de movilizar a las personas, ya que está en la naturaleza humana desde siempre ir más lejos, y debe jugar un rol importante en el esfuerzo nacional hacia la excelencia en materia de responsabilidad y cohesión social.
Manuel José Correa S.
Master en Economía Internacional y Desarrollo
Ex Director Metropolitano IND