Señor Director:
El tema de infancia ha calado hondo en el país este año, pero no podemos dejar que quede en el olvido. El último informe de la Corte Suprema sobre la situación de los hogares y residencias de protección de la red Sename y privados de todo Chile, es un nuevo toque de alerta que nos debe llamar a actuar.
Son varias las conclusiones que nos deja el documento: nos preocupa la “autogestión” de las instituciones que deben buscar recursos porque el aporte del Estado simplemente no alcanza; es grave la falta de soluciones para abordar las problemáticas de salud mental severas de algunos de nuestros niños, como quedó tristemente demostrado con el caso de Lissette; y compartimos la necesidad de contar con más personal calificado.
El Sename ha invertido recursos en residencias en los últimos años, principalmente vía fondos concursables, para financiar principalmente proyectos de infraestructura. Como institución, hemos postulado y recibido fondos para habilitar salas de intervención, toboganes de emergencia, red húmeda y seca, reparaciones de baños y techos, por ejemplo. Sin embargo, desde el Estado no se ha aumentado la subvención por niño aunque el aporte actual de Sename solo cubra el 40% de lo que una Corporación como la nuestra gasta en cada uno de ellos. Eso es una grave falencia que debe y puede ser subsanada hoy.
Chile debe tomar medidas ahora. El país debe trabajar con urgencia en el nuevo sistema de protección de la infancia para que lo tengamos implementado en dos años más. Pero en lo inmediato, ahora que se acerca la discusión del Presupuesto Nacional, es la hora de la voluntad política y que se destinen recursos. Y en esta coyuntura, lo principal es aumentar el presupuesto para los programas de residencias del Sename de modo de mejorar la calidad de la atención psicosocial y de salud de nuestros niños.
Ricardo H.C. Evangelista
Director Ejecutivo
María Ayuda
