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Debacle electoral en la NM: escándalos políticos, ineficacia y desconfianza institucional

Por: Juan Alberto Castañeda Alcaino, Cientista Político PUC- Doctor (c) en Sociología UAH. Académico U. Católica Silva Henríquez


Señor Director: 

Durante el último Congreso Nacional de Ciencia Política celebrado en la ciudad de Pucón, analizamos al interior de la comunidad científica el papel de los Escándalos Políticos y la confianza institucional en Chile. Un punto interesante esto último si consideramos las elecciones municipales desarrolladas el 23 de octubre. Tres elementos son interesantes de considerar sobre esta debacle electoral, particularmente en la Nueva Mayoría. Primero, se advierte un claro castigo hacia aquellos incumbentes involucrados en escándalos de corrupción. Véanse sobre este punto las derrotas en Cerro Navia, Santiago, Maipú, entre otras. Segundo, el desempeño y la ineficacia política para enfrentar temas de alta complejidad y de exigencia ciudadana sobre la gestión municipal. Desde la recolección de basuras hasta la gestión escolar y la salud primaria, la ciudadanía se ha tornado cada vez más exigente hacia sus autoridades locales. Tercero, apreciamos un prolongado escenario de desconfianza hacia las instituciones del sistema democrático como son los Partidos, el Congreso y las autoridades gubernamentales. ¿Qué es lo novedoso en este escenario? Simplemente la abstención. Esta representa un rechazo no solo a las figuras del poder local sino a las élites, principalmente de la Nueva Mayoría que con el despliegue territorial de debilitados y mal evaluados partidos políticos han sido objeto del rechazo generalizado de la opinión pública. Como una suerte depatología social, los Escándalos Políticos sumados a la ineficacia han generado una profunda ola de desconfianza en la sociedad chilena, mermando con creces la credibilidad sobre figuras tan relevantes como la Presidenta de la República. Las fases claramente identificables de los efectos de los escándalos fueron: 1) conciencia sobre la información de escándalos políticos; 2) conocimiento sobre el caso y generación de un malestar para el elector; 3) responsabilidad del gobierno o del personero político en la conducta impropia que ha motivado el escándalo político; 4) el votante determina que la corrupción es un importante ingrediente de evaluación de la gestión pública; 5) el votante percibe que existe una alternativa de recambio político; 6) cuando la votación es coherente a la hora de evaluar los cinco elementos antes descritos. ¿Qué queda ante los resultados de este fin de semana pasado? Primero, esperar las evaluaciones y reacciones que una golpeada Nueva Mayoría pueda generar y, segundo, proyectar la altamente probable derrota en las parlamentarias y presidenciales próximas. La suerte en este sentido está echada.

Juan Alberto Castañeda Alcaino, Cientista Político PUC- Doctor (c) en Sociología UAH. Académico U. Católica Silva Henríquez

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