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De la lógica de Trump o de la escalada de la guerra comercial Opinión

De la lógica de Trump o de la escalada de la guerra comercial


Del fracaso de la última reunión del grupo de los siete (G7) el 10-11 junio en Canadá (Quebec) ¿cómo entender  mejor la lógica que inspira al presidente Trump en su empeño de revisar unilateralmente el proceso de apertura comercial hasta ahora realizado?

Como es sabido el G7 es una especie de “directorio político” global sobre los asuntos económicos internacionales. El mismo está compuesto por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón. Instancia informal que se autoproclama “club de los países ricos” y donde ha predominado una fuerte influencia de los Estado Unidos. El G7 representa el 20% del PIB mundial y el 12% de la población.

La “chispa que encendió la pradera” fue la decisión unilateral que tomó el gobierno de Trump para subir los impuestos o aranceles en 25% y 10% a sus importaciones de acero y aluminio respectivamente. Sin embargo, los países europeos y Canadá,  antes de replicar con una subida de aranceles esperaron negociar una solución en la reunión del G7 indicada. No obstante que allí se logro consensuar un borrador de comunicado en el que se acordaba reducir aranceles y subsidios aunque de manera genérica, y se comprometían los países del G7 a modernizar el Organismo Mundial de Comercio (OMC), el Presidente Trump finalmente no firmó este acuerdo haciendo fracasar la reunión, aplicando la brutal lógica de la fuerza vía confrontación.

Según la prensa “el paso de Trump por Quebec fue turbulento y ciclotímico”. Pero ¿cuáles fueron los argumentos económicos que se esgrimieron? Para el presidente Trump su preocupación central parte del déficit comercial global de los Estados Unidos alcanzado  el 2017 equivalente a 566 mil millones de dólares de los cuales 151 mil millones corresponden al desequilibrio comercial con la Unión Europea y 375 mil millones de dólares de déficit con China. Por cierto es importante preocuparse de la evolución del déficit comercial de un país sobre todo tratándose de los Estados Unidos pues cuando ese déficit se junta con un déficit en cuenta corriente el país se ve obligado a endeudarse con el exterior.

[cita tipo=»destaque»]Desde el punto de vista del análisis económico  refrendado por los datos empíricos, la economía de los Estados Unidos ha generado períodos de un persistente déficit comercial debido a un crecimiento económico más fuerte que el de sus socios comerciales (1996-2000) y en particular cuando la principal causa del aumento de la demanda es la demanda interna. La segunda razón para explicar un creciente déficit comercial es la continua apreciación real de los bienes estadounidenses, es decir el aumento del tipo de cambio real efectivo de Estados Unidos que justo es lo que ocurrió a finales de la década del 1990.Por último, cuando los cambios no se deben a las dos razones precedente, según el economista francés, profesor en Harvard, O.Blanchard: “dado el nivel de ingreso y el tipo de cambio , los consumidores estadounidenses, por ejemplo compran una proporción mayor de bienes extranjeros , por ejemplo, más automóviles extranjeros, menos automóviles nacionales…Los datos muestran que estos desplazamientos también  han desempeñado un importante papel y explican hasta la mitad del déficit comercial” Aquí nos encontramos, nuevamente con la argumentación de Trump, lo cual naturalmente no significa que el profesor Blanchard esté apoyando las actuales proposiciones del Presidente Trump.[/cita]

Según el presidente Trump, el principal culpable de los déficits comerciales actuales  son los acuerdos comerciales injustos que ha firmado su país y los aranceles elevados como los que tiene el Canadá respecto a los productos lácteos del orden del 270%. Esta situación además inhibe el crecimiento de la industria americana. Por cierto esta es una manera muy primaria de ver la evolución del comercio exterior de un país pero ello le permite a Trump en conferencia de prensa decir que  Estados Unido “es como un cofre de la que todo el mundo roba.” Por otra parte para el Secretario de Comercio Exterior de Trump, W. Ross acotaba “sin una economía fuerte un país no puede tener una seguridad nacional fuerte, pues el debilitamiento de la industria es un riesgo para la producción o compra de armamento” Nos encontramos así frente una argumentación política o electoral de reindustrialización de la economía americana.

Desde el punto de vista del análisis económico  refrendado por los datos empíricos, la economía de los Estados Unidos ha generado períodos de un persistente déficit comercial debido a un crecimiento económico más fuerte que el de sus socios comerciales (1996-2000) y en particular cuando la principal causa del aumento de la demanda es la demanda interna. La segunda razón para explicar un creciente déficit comercial es la continua apreciación real de los bienes estadounidenses, es decir el aumento del tipo de cambio real efectivo de Estados Unidos que justo es lo que ocurrió a finales de la década del 1990.Por último, cuando los cambios no se deben a las dos razones precedente, según el economista francés, profesor en Harvard, O.Blanchard: “dado el nivel de ingreso y el tipo de cambio , los consumidores estadounidenses, por ejemplo compran una proporción mayor de bienes extranjeros , por ejemplo, más automóviles extranjeros, menos automóviles nacionales…Los datos muestran que estos desplazamientos también  han desempeñado un importante papel y explican hasta la mitad del déficit comercial” Aquí nos encontramos, nuevamente con la argumentación de Trump, lo cual naturalmente no significa que el profesor Blanchard esté apoyando las actuales proposiciones del Presidente Trump.

Fracasada la reunión del G7,  los países de la Unión Europea fijaron nuevos aranceles a los productos americanos, los cuales comprenden un tercio de productos siderúrgicos, un tercio de productos industriales y un tercio de productos agrícolas. Las medidas corresponden en valor al daño infringido por los aumentos de aranceles de Estados Unidos sobre las exportaciones europeas  de acero y aluminio, es decir 6,4 mil millones de euros en el 2017.

En la práctica la Unión Europea (UE) aumentó sus aranceles a 25% sobre 2,8 mil millones de euros de exportaciones americanas y el resto 3,6 mil millones de euros serán sujetos a un mayor impuesto una vez resuelto un contencioso en la OMC en un plazo máximo de 3 años. Por último si EEUU retira sus impuestos punitivos, la UE hará lo mismo inmediatamente. La reacción del presidente Trump a la resolución de la UE señalada fue de imponer un impuesto aduanero de 20% a los automóviles importados en EEUU provenientes de los Estados Unidos, relanzando con ello la guerra comercial.

En este ambiente de tensión y de guerra comercial que pudiese afectar seriamente la dinámica económica mundial, se da una paradoja, que de generalizarse, podría contrarrestar las tensiones señaladas. En efecto, dentro del paquete de productos industriales que la UE aumenta los aranceles se encuentra la empresa americana que fabrica motos Havinson-Davison. Esta empresa ha anunciado que va transferir fuera de los EEUU  su producción de motos destinada a la exportación, para escapar a las tarifas aduaneras fijadas por la UE en represalia a los derechos de aduanas americanos sobre el acero. Para esta empresa la UE es su segundo mercado después de los EEUU y ella se niega a repercutir esta alza de impuestos sobre los precios propuestos a sus clientes y por consiguiente prefiere desplazar la producción de motos destinadas a la UE hacia sus usinas internacionales más que hacerlo desde EEUU. La reacción de Trump a través de su Tweet se decía “sorprendido” que de todas las empresas americanas, Harley-Davidson sea la primera en levantar bandera blanca”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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