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Un 43% en peligro!!!

Por: Felipe Olavarría


Señor Director:

Cuando nos preguntan en qué trabajamos y respondemos que en una Fundación. Los típicos comentarios que escuchamos son:

– Qué lindo…
– Qué gratificante…
– Ese es un trabajo que me gustaría tener…
– Qué ganas de poder ayudar más…

Independiente que estas “palmaditas en la espalda”, tengan una cuota de verdad, la realidad de los que trabajamos en pos de un Chile mejor, sabemos que es más que eso.

Y muchas veces, ese “más que eso” se escapa de la visión romántica que se tiene del mundo de las Fundaciones.

El estrés de no llegar a fin de mes, las noches sin dormir pensando como conseguir financiamiento para las distintas obras que realizamos, la cantidad de puertas que se tocan, sin recibir si quiera un “siga participando” y, por sobre todo, la impotencia de no poder cubrir todas las necesidades de las familias que reciben nuestra ayuda, es nuestro pan de cada día.

Pero al final del día, lo hacemos. ¿Por qué? Aun no tengo una respuesta a eso. Algunos lo llaman vocación, yo lo llamo compromiso, tal vez masoquista… pero compromiso.

Compromiso y empatía. Porque a través de nuestro trabajo, podemos atender y dar soluciones más concretas, rápidas y efectivas a las necesidades de nuestras familias, que pertenecen a sectores donde no llega ni el progreso ni la acción del gobierno.

Pero todo esto, algunos Centros de Estudios no lo entienden y al parecer en el Ministerio de Hacienda tampoco. Porque ellos basan sus soluciones a la Pobreza, Discapacidad, Salud, Medio Ambiente, y Cultura en teorías. En leer leyes de países desarrollados, y dar cátedra de cómo hay que hacer las cosas, cuando al final del día no se dan cuenta que lo que hacen, es complicar y entorpecer nuestro trabajo.

Por estos días se habla de una Ley Única de Donaciones, una ley que dentro de sus soluciones propone nivelar para abajo los créditos fiscales, o en el peor de los casos eliminarlos directamente.

En qué se traduce esto, en que si hoy le quitan estos beneficios a las empresas que donan, el aporte, se reduciría a un 43%. Es decir, Fundaciones como las nuestra y muchas otras, dejaríamos de ayudar a un 43% de las familias que hoy “SOLO” reciben nuestra ayuda.

Felipe Olavarría, gerente general Mirada Compartidas

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