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Profe, aprobé pero no aprendí Opinión

Profe, aprobé pero no aprendí


“Profe, aprobé pero siento que no aprendí” con estas palabras se despedía una alumna al finalizar el semestre a través de videoconferencia. Quedé perplejo con su comentario ya que ella había aprobado el ramo, si bien no destacó, pero aprobó con cierta holgura. Inicié una conversación buscando entender lo que me planteaba, su punto era que si bien asistió a todas las clases on line y participó de todas las actividades y evaluaciones; su sensación es que no asimiló todos los contenidos, me indica que le faltó esa interacción tan necesaria con sus compañeros y que eso no lo puedo hacer ante un curso tan numeroso.

Es en este punto dónde me atrevo a sacar conclusiones de sus palabras. Quienes somos académicos de educación superior sabemos que, en formato presencial, un curso de hasta 30 alumnos es un grupo de estudiantes con los que se puede avanzar en contenidos de forma adecuada y apoyar a los que necesitan más tiempo. El tema es que todas las instituciones a causa del Covid migraron sus salas presenciales a aulas virtuales, algunas con tanta dedicación que los cursos llegaban a 60 o más estudiantes. Los profesores pueden manejar ese grupo de estudiantes, son múltiples las técnicas pedagógicas que permiten enseñar y evaluar adecuadamente los contenidos y objetivos de aprendizaje considerados en el programa de asignatura. Sin embargo, los alumnos más rezagados se resienten ya que por falta de tiempo o no tener redes con sus compañeros, se ven afectados. Esto va mas allá de la buena disposición del profesor que destina tiempo fuera de aula para apoyar a sus estudiantes, pero de forma asincrónica, es decir, el alumno pregunta por algún medio electrónico y la respuesta llega después de un tiempo (1 hora o al otro día).

Sin duda que el mundo que inauguró la pandemia nos obliga a readecuar todos nuestros procedimientos y actividades, el tránsito de clases presenciales a online fue un paso necesario y forzado. Suponer que las mismas prácticas se pueden homologar a un espacio de enseñanza-aprendizaje telemático es un error. El foco debe estar en instruir a los estudiantes a usar todos los increíbles recursos que internet pone al alcance de un click para construir proyectos o propuestas que aplique el contenido de la asignatura. Aplicar en vez de memorizar, resolución de casos en vez de preguntas. Sin duda que los profesores deben sintonizar con esta nueva realidad y adaptar sus clases y evaluaciones a esta nueva metodología. Para ello es necesario que las instituciones de educación superior reconozcan este trabajo y que ajusten sus planificaciones en ese sentido, reconocer que el tiempo dedicado a cada curso es mayor y que un grupo elevado de estudiantes transforma esa interacción en algo complejo de abordar. 

Los estudiantes de hoy están acostumbrados a la inmediatez, la paciencia no es una virtud que se cultive en estos tiempos, la Universidades, Institutos Profesionales y CFT están al debe en este sentido, reconocer la labor docente y considerar más tiempo para interacciones, me refiero a calcular un Ratio de tiempo extra fuera de aula por cada alumno en salas virtuales, tal vez esto permitiría que esa alumna me diga “Profe, aprobé y aprendí”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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