Desleal vitrina electoral desde el sillón municipal
Señor director:
“Ojalá las elecciones fuesen todos los años” me señaló una vecina, “así veríamos permanentemente el nivel de gestión y la presencia de autoridades en terreno que vemos ahora”.
El problema no es que las cosas se hagan ahora, sino que se hayan dejado de hacer cuando se debía. Así, las gestiones no se hacen cuando las necesidades de la población lo exigen, sino cuando las necesidades electorales lo requieren. En el fondo, se trata de una instrumentalización política de la labor que debe ejercerse en un cargo público.
Y, es precisamente a nivel municipal, donde dicha problemática se hace más notoria. Alcaldes que, por el cambio de fecha de las elecciones han vuelto a sus cargos, pero esta vez, sacando toda su artillería electoral, ad portas de los próximos comicios y desde el sillón municipal.
Lamentablemente en la esfera municipal esta personificación e instrumentalización electoral de los cargos públicos no es nada nuevo. Conflictos de interés, faltas a la probidad, y mal uso de recursos municipales no son cosas ajenas a nuestros municipios.
Necesitamos autoridades que piensen -antes que en su interés o bienestar particular- en sus vecinos. Habemos algunos que queremos jugárnoslas por una gestión pública más transparente, honesta y cercana.
El llamado es entonces a jugar limpio y a cambiar las lógicas políticas de antaño, dejando de lado nuestros intereses particulares, para mejorar la calidad de vida de cada uno de nuestros vecinos.
[*]Carta editada
Juan Carlos Gazmuri