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Los «amarillos por Chile» Opinión

Los «amarillos por Chile»

Domingo Namuncura
Por : Domingo Namuncura Trabajador Social. Exdirector nacional de Conadi. Exembajador de Chile en Guatemala.
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Los firmantes del manifiesto «amarillos por chile», además de ponerse el parche antes de la herida se declaran como «una mayoría silenciosa del país» y anticipan —aun antes que la Convención Constituyente (CC) concluya toda su tarea y sabemos que habrá suficientes ajustes en el camino— que ya «se vislumbra» que dicha convención «nos llevará a un camino sin salida»… ¿Qué fortuna aquella de poder adivinar —como los oráculos de la antigüedad— los destinos de un pueblo?
No comparto la forma ni el fondo del manifiesto. Agreguemos, tampoco la oportunidad. Valoro no obstante a varias personas que firman, pero no puedo decir lo mismo de otros/as cuyo testimonio de vida política en estos 30 años post dictadura se encaminaron por sendas bastante diferentes a los «sueños realistas» o aquellas ideas «en la medida de lo posible» que abrazaron en los primeros años de la concertación y ahora es cuestión de ver dónde se han ubicado.
En el documento se califica el apruebo (indirectamente) y el debate espartano —por ahora— en la CC como «euforia refundacional» e incluso la comparan —entiendo así el párrafo— con «los maximalistas de la constitución del 80», supongo se refieren a Pinochet, Guzmán y Ortúzar entre los principales, que impusieron a sangre y fuego su constitución. Y tienen toda la razón: impusieron su constitución.
En el actual proceso una inmensa mayoría ciudadanía aprobó una nueva constitución y otorgó un mandato democrático a 155 convencionales que se atreven a soñar, nuevamente, con un país distinto, sin amarillismos. Y el debate recién ha comenzado. ¡¡Y ya lo están condenando!! ¿Saben los «amarillos por Chile» que todavía faltan varios meses para concluir el proyecto? ¿Están informados que luego ese proyecto irá a referéndum popular? ¿Cuál es el temor? ¿Al debate de los convencionales? ¿O el susto es que, finalmente y en forma soberana, el pueblo aprobará la nueva constitución? ¿Y Chile se vendrá abajo? ¿Se deprimirá la economía? ¿Se quebrarán las instituciones?
¿No resultan escandalosas estas premoniciones? Se cita a destacados y respetados autores y filósofos. Hay que estudiarlos más en profundidad. Me quedo, por el momento, con la frase pintarrajeada en los muros de París-Mayo 68: «Seamos realistas. Pidamos lo imposible» ¿Se quebró Europa después de aquello? ¿Fueron totalmente erradicados y derrotados los conservadores o liberales? ¿Se fracturó el mundo?
Amarillosear la realidad de un país cuyo debate constitucional recién ha comenzado es un contrasentido. Pero como todos los firmantes son personas apreciadas e inteligentes mi pregunta no va al contenido de su manifiesto, sino a tratar de entender ¿Por qué, después de décadas de hegemonía, poder e influencia ejercidos muy ampliamente, con altísimas funciones en el Estado y control absoluto en sus respectivos partidos políticos, finalmente, nos entregaron un país que enfrentó un estallido social?
Como muestra un botón: varios de los apreciados firmantes tienen importantes responsabilidades en la manera como condujeron o no permitieron políticas indígenas que habrían ayudado a un escenario distinto a los últimos tiempos. Entonces, con legitimidad puedo preguntar: ¿Con qué autoridad se firma este manifiesto? La autoridad personal no es suficiente. Hay muchos compromisos políticos que diversos firmantes no asumieron, no cumplieron, omitieron o simplemente descuidaron.  En esta ocasión, el parche antes de la herida se comprende.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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