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El mito de la domesticidad femenina

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Por: Javiera Errázuriz


Señor Director:      

A propósito del Día Internacional de la Mujer Trabajadora creo fundamental llamar la atención sobre el problema del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.

Históricamente, este tipo de labores han sido consideradas como una tarea exclusiva de mujeres, permitiendo a los varones reservarse el predominio de los trabajos productivos. Pese a que las distintas olas feministas y los estudios de género han desmantelado el mito de la domesticidad femenina, en pleno siglo XXI, este sigue siendo un obstáculo central para lograr la equidad de género.

La pandemia dejó en evidencia la enorme carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que todavía realizamos las mujeres, un trabajo invisibilizado y desvalorizado, y que, sin embargo, según un estudio de Comunidad Mujer (2020) equivale al 22% del PIB de nuestro país. Un trabajo que descansa en un 71% en hombros de las mujeres y que es una de las principales razones que explican la baja participación laboral femenina (que en marzo de 2021 era del 46%, según INE).

En este último siglo, las mujeres hemos realizado muchos avances en distintos ámbitos políticos, económicos y sociales. Sin embargo, en 2021, en nuestro país, un 38% de las mujeres que no participa del mercado laboral lo hace porque no puede conciliar el trabajo doméstico con alguna actividad remunerada. Hasta que no avancemos hacia la completa co-responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas, no lograremos la verdadera equidad de género.

Javiera Errázuriz,

historiadora y académica de la Universidad Andrés Bello.

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