Publicidad
Sobregiro ecológico con salida Opinión

Sobregiro ecológico con salida

Victoria Uranga Harboe
Por : Victoria Uranga Harboe Presidenta de la Corporación Defensa de la Cuenca del Mapocho
Ver Más

Nuevas realidades, caminadas paso a paso desde cada uno de los territorios, despliegan posibilidades y demuestran en la acción que los cambios son posibles y están sucediendo. Hay miles de experiencias de las que aprender, aprendizajes que compartir y siempre es el trabajo comunitario, hecho a conciencia, el que nos recuerda que no es solo por terquedad que seguimos construyendo con esperanza.


“La esperanza es una necesidad ontológica”, decía Paulo Freire. El pedagogo y filósofo brasileño afirmaba que solo con esperanza no ganamos las luchas, pero sin ella perdemos el rumbo. Hoy la esperanza es un imperativo existencial.

Este 15 de mayo marca el día en que Chile utilizó todos los elementos naturales que nos debían alcanzar para vivir el 2023, convirtiéndose por cuarto año consecutivo en el primer país de Latinoamérica en iniciar su sobregiro ecológico. Este es un cálculo hecho por la Global Footprint Network y se refiere a la fecha en que nuestra huella ecológica o demanda de la humanidad por recursos y servicios de la naturaleza, sobrepasa lo que la Tierra puede regenerar en un año.

El triste récord se sustenta en que seguimos haciendo lo que nos hace tanto daño. Ejemplos recientes son: el proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), pero que permite concesiones para actividades industriales como minería, salmonicultura y otras que destruyen la biodiversidad; la peligrosa Estrategia Nacional del Litio, que pone en riesgo a los ecosistemas de los salares; la aprobación de Los Bronces Integrado de Anglo American por un comité de ministros que obvió la destrucción de glaciares y los riesgos para la seguridad hídrica y la salud de la población; el retroceso en materia ambiental del documento inicial de la propuesta constitucional hecha por el Comité de Expertos; y el protocolo acordado entre Gobierno y parlamentarios que incluye fast track a los proyectos mineros que alimentan un modelo de extractivismo sin límite y en condiciones neocoloniales.

La preocupación no basta. Lo que supusimos más fácil y menos disruptivo para los intereses arraigados, hoy nos destruye. El actual modelo de crecimiento infinito y de explotación de la naturaleza traspasó los límites de la vida. Es tiempo de escuchar la evidencia científica y los saberes sutiles que nos muestran la urgencia de actuar distinto.

Pienso en el lienzo de las comunidades que se oponen al proyecto hidroeléctrico Rucalhue en el Biobío: “Nosotrxs somos el río”. Por ahí está la clave: somos naturaleza y crear comunidad es la única manera de compartir y multiplicar fortalezas. Un mejor mundo posible se construye con personas reales haciendo cambios en el cotidiano y exigiendo que los poderes de turno también lo hagan. En vez de unos cuantos héroes o heroínas, necesitamos que todas y todos hagamos ejercicios de liderazgo transformacional.

Nuevas realidades, caminadas paso a paso desde cada uno de los territorios, despliegan posibilidades y demuestran en la acción que los cambios son posibles y están sucediendo. Hay miles de experiencias de las que aprender, aprendizajes que compartir y siempre es el trabajo comunitario, hecho a conciencia, el que nos recuerda que no es solo por terquedad que seguimos construyendo con esperanza.

Como dice Fito Páez, cuando los satélites no alcancen, ofreceremos el corazón. Ese mismo corazón es el que late fuerte en el Quipu Menstrual, la instalación de Cecilia Vicuña que es parte de la recién inaugurada exposición “Soñar el agua. Una retrospectiva del futuro (1964-)”, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Ahí la sangre de los glaciares que se desliza como lanas rojas y terracotas nos invita a conectar con el flujo regenerador de la vida para mantenernos unidos. A no soltarnos, hagamos que el próximo sobregiro sea virtuoso, en armonía con la naturaleza y con acciones individuales y colectivas que permitan que la esperanza florezca.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias